Los policías españoles, blanco de la indignación tras las cargas del 1-O

Concentración delante de la Jefatura de Policia Nacional, en Via Laietana.

Concentración delante de la Jefatura de Policia Nacional, en Via Laietana. / periodico

G. Sànchez / Barcelona i J. Salicrú / Pineda

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La comisaría que el Cuerpo Nacional de Policía tiene en la Via Laietana de Barcelona se ha convertido este martes de huelga general en una diana sobre la que los ciudadanos han volcado su indignación por las cargas policiales en 92 colegios electorales que se cobraron más de 800 heridos el pasado domingo.

Desde primera hora de la mañana se han concentrado centenares de independentistas frente al edificio. El escrache se ha contado por miles, e incluso por decenas de miles, cuando por esta vía han descendido las dos grandes manifestaciones que, a las 12.00 y a las 18.00 horas, se habían convocado para denunciar la represión policial que intentó impedir el referéndum independentista. La multitudinaria protesta ha mantenido asediada la entrada del edificio de la Jefatura, que ha estado protegida por un cordón de seguridad de antidisturbios de los Mossos d’Esquadra.

Por las ventanas cerradas de la comisaría se colaban los gritos de "¡Asesinos!" o "¡Fuera las fuerzas de ocupación!" que llegaban hasta los oídos de funcionarios que hoy han tenido que entrar y salir de su lugar de trabajo por la puerta de atrás. La tensión que están aguantando estos días los agentes españoles "es preocupante", subraya un policía a este diario. "El estado actual de nerviosismo en ambos bandos puede provocar que haya algún susto", avisa. Los Mossos han pedido a través de su cuenta de Twitter que no se cierren los accesos de las comisarías de los cuerpos estatales. El diputado Lluís Llach ha pedido a última hora del día que cesaran unas concentraciones que se han dado en la capital catalana pero también en otros puntos de Catalunya como en Igualada o en Pineda de Mar.  

Manifestación cruzada en Pineda

En Pineda de Mar dos manifestaciones de signo opuesto se han cruzado este martes frente al hotel Checkin Montpalau, que aloja una parte de los 400 policías nacionales que pernoctan en esta localidad. La movilización más menuda, integrada por 50 personas, era en apoyo de los agentes españoles. Y desde los balcones del hotel la observaban varios de estos funcionarios. Una policía la ha agradecido tímidamente levantando su dedo pulgar en señal de aprobación. 

La concentración más numerosa, situada al otro lado de un cordón de seguridad desplegado por los Mossos, era de independentistas. Han sido muchas más pero no tan enardecidos. Gritaban como los de Barcelona: "¡Fuera las fuerzas de ocupación!". "Hasta ahora ellos han estado en el pueblo y nadie les ha dicho nada. Pero el domingo traspasaron una línea con su actuación. Por eso estoy aquí. No los queremos en Pineda", ha explicado Santi Rossell, uno de los concentrados.

La inquietud que late en Catalunya, se nota especialmente en Pineda. Esta es la tercera noche de protestas. Comenzaron el mismo día de las cargas policiales, cuando los agentes regresaron al hotel tras el operativo que retiró urnas durante el 1-O. Aquella noche se produjo una cacerolada delante del hotel.

La tensión, sin embargo, se disparó durante la noche del lunes, cuando hubo policías que pidieron permiso a sus superiores para salir del hotel y disolver por su cuenta una protesta de centenares de manifestantes que pedían su expulsión del municipio. "Dejadnos actuar", se les escuchó decir en voz alta. Esas palabras, que aún resuenan entre la gente del pueblo y que implican que los funcionarios estaban dispuestos a cargar contra ellos, quizá explican que algunas de las personas que esta tarde se han reunido ante el ayuntamiento para rechazar la violencia policial lo hicieran con rostros de miedo, e incluso con lágrimas en los ojos.

Durante la pasada madrugada, tras el careo entre policías y vecinos, la primera teniente de alcalde, Carme Aragonès, anunció un preacuerdo con los responsables del grupo Checkin para que los policías nacionales se marcharan hoy martes a las 16.00 horas. Pero este mediodía, el alcalde de Pineda de Mar, Javi Amor, del PSC, ha anunciado que finalmente los efectivos que se alojan en el municipio se quedarán hasta el día 5. Según ha aclarado, el Ministerio de Interior ha exigido el cumplimiento del contrato. Los vecinos confían en que este anuncio, que implicará una expulsión de policías como la que ayer lunes ya tuvo lugar en Calella, contribuya a rebajar la tensión en el municipio.