LA RESACA DEL 1-O

Los observadores concluyen que el 1-O no cumplió los estándares por la represión policial

Agentes policiales actúan contra quienes impiden el paso de la Policía Nacional tras la carga en la escuela Ramon Llull, el 1-O.

Agentes policiales actúan contra quienes impiden el paso de la Policía Nacional tras la carga en la escuela Ramon Llull, el 1-O. / periodico

El Periódico / Barcelona

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Los observadores internacionales del 1-O concluyen que el referéndum unilateral no pudo cumplir los estándares internacionales "por las circunstancias adversas en las que se celebró" debido a la represión policial. En un comunicado en base a un informe, el equipo International Limited Observation Mission (Ilom), liderado por el exembajador holandés Daan Everts, avisa de que "la respuesta del Gobierno español, que pretende respetar el Estado de derecho y proteger la integridad territorial, ha tenido el efecto contraproducente de reforzar el resultado" de las votaciones del domingo.

El equipo ha seguido el proceso desde principios de septiembre y ha constatado, señala el documento, que "el uso de la fuerza mostrada por la policía española no tiene lugar en democracias consolidadas", informa Europa Press. Los observadores destacan que, aunque durante la jornada se produjeron cargas policiales y se requisó material, "el personal de las mesas de votación se esforzó mucho para tratar de seguir los procedimientos electorales".

El pasado domingo, se dividieron en diez equipos y visitaron 106 centros de votación. En dos tercios de las mesas faltaba material esencial como papeletas y el registro electoral, apuntan, si bien "en el 98% de los centros visitados las personas podían votar" porque se ofrecían alternativas y recursos.

Críticas a la vía exprés

El informe también analiza el procedimiento por el que se alumbró la ley del referéndum, y recuerda, con tono crítico, que este se aprobó "incumpliendo una serie de buenas prácticas", sin consultar al consejo de garantías "y sin una mayoría simple cualificada". 

En cuanto a la Sindicatura Electoral de Catalunya -la junta electoral del 1-O, que se disolvió una semana antes-, los observadores internacionales explican que se reunieron en varias ocasiones con sus miembros, que sufrieron "amenazas y multas" por parte del Estado y los tribunales. Esto provocó, alertan, que "muchas de las disposiciones para el referéndum no se hicieron públicas y el proceso no fuera transparente".