LA JORNADA DEL 1-O

Puigdemont anuncia el camino hacia la independencia de Catalunya

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Fidel Masreal / Xabier Barrena / Barcelona

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Fue una victoria que se podría calificar como de nunca deseada por las vías por las que se consiguió: la victoria del soberanismo porque la represión policial del Estado dio la vuelta al mundo sin lograr cortocircuitar, al contrario, la masiva presencia de catalanes en las urnas en una larga jornada de votaciones, de colas y sobre todo de acciones de defensa de las urnas. Tras la intensa jornada, con 844 heridos, a las diez y media de la noche comparecía el 'president', Carles Puigdemont, y  anunciaba el inicio de los trámites para proclamar la independencia, tal como marca la ley del referéndum. Más tarde, el 'conseller' Jordi Turull anunció los resultados: 2.262.424 votantes (el 42,3% de un censo de 5,3 millones) y victoria del 'sí' con 2.020.144 electores (el 90%) frente a 176.566 'noes', según el Govern.

A finales de semana, el Parlament podría proclamar la secesión. Veremos si, como apuntan algunos, vinculada a la celebración de elecciones... Además, la Taula per la Democràcia convocaba de entrada un paro, para el lunes a mediodía, de 15 minutos y para el martes, otro general.

La jornada ha sido histórica, como históricas han sido las palabras del 'president': "Nos hemos ganado el derecho a tener un Estado independiente que se constituya en forma de república. En consecuencia, el Govern trasladará en los próximos días al Parlament de Catalunya los resultados de la jornada para que actúe de acuerdo con lo previsto en la ley del referéndum". Y añadía: "Hoy, tras la jornada de dignidad de millones de personas que lo han hecho posible, Catalunya se ha ganado a pulso su soberanía y todo el respeto. Las instituciones catalanas han de implementar lo que han decidido los ciudadanos, para levantar digna y colectivamente un país pacífico y democrático”.

"Un mensaje al mundo"

"Hoy Catalunya ha ganado muchos referéndums, el derecho a ser escuchados, a ser respetados y reconocidos. Hoy millones de personas movilizadas, haciendo frente a todo tipo de dificultades y amenazas, habéis dirigido un mensaje al mundo: tenemos derecho a decidir nuestro futuro, a la libertad, y queremos vivir en paz sin violencia, fuera de un Estado que es incapaz de ofrecer una razón que no sea la de la imposición y la fuerza bruta", añadía.

Puigdemont comparecía con gesto serio rodeado de todos los miembros del Govern y solemnizaba así el choque frontal vivido ayer entre las instituciones y buena parte de la ciudadanía catalana y las fuerzas policiales del Estado: "El estado ha escrito hoy una página vergonzosa en su historia de relación con Catalunya, tristemente no es la primera, demasiadas veces la represión y la violencia han sido la respuesta a las aspiraciones catalanas por parte del Estado”.

Petición a la UE

El 'president' también dirigía una petición directa a la UE: que actúe "con rapidez" y deje de "mirar hacia otro lado" ante la represión sufrida. "Los catalanes nos hemos ganado el derecho a ser respetados en Europa", proclamaba. Todo ello gracias a los resultados, que ofrecerán los 'consellers' de Presidència y Exteriors, Jordi Turull Raül Romeva respectivamente, y el vicepresidente, Oriol Junqueras, al filo de la medianoche.

Una de las primeras medidas tras la represión policial de este domingo ha sido la convocatoria por parte de la Taula per la Democràcia (que agrupa a sindicatos, entidades sociales y vecinales y organizaciones soberanistas) de un paro este lunes de 15 minutos a mediodía y de un paro general el martes en protesta por lo sucedido en calles y plazas catalanas el 1-O. Una convocatoria que comenzó a triunfar desde muy temprano.

Una victoria desde la madrugada

En concreto, desde antes de las cinco de la mañana se vio que el Govern contaba con algo esencial en democracia: movilización ciudadana a favor del referéndum. Centenares de ciudadanos se concentraban frente a los puntos de votación. Era el primer indicio favorable a las tesis de la Generalitat, y ya a las ocho podían comparecer con gesto satisfactorio Turull y Romeva con otro golpe de efecto: el censo universal, que significaba que los ciudadanos podían votar en cualquier colegio gracias a un sistema de recuento digital.

Una hora más tarde, coincidiendo con la apertura de los colegios, comenzaba a desplegarse la violenta actuación de la Guardia Civil y la Policía Nacional en colegios electorales de Barcelona y de otros puntos del país. Entonces el Govern volvía a ganar la batalla, esta vez dada la condición de víctima de numerosos ciudadanos golpeados en los colegios electorales donde la policía se llevaba las urnas y el material del referéndum.

“Lo que nos están haciendo no tiene nombre”

A partir de ahí empezaba una reacción de gran carga emotiva por parte de la Generalitat. No en vano el propio Puigdemont no podíavotar en Sant Julià de Ramis, en su colegio electoral, porque había entrado la policía a actuar contra las urnas. Lo hacía en Cornellà de Terri, pero posteriormente se desplazaba, emocionado, a Sant Julià. Y allí proclamaba la frase del día: "La imagen exterior del Estado ha llegado a cotas de vergüenza que le perseguirá para siempre". También se refería a la actuación de los catalanes al ir a votar: "Nos acompañará para siempre". Un punto y aparte, en definitiva. "Lo que nos han hecho no tiene nombre", clamaba una fuente gubernamental de primer nivel.

Y los hechos se precipitaban hasta un final de día épico para el soberanismo.