COLEGIOS ELECTORALES

Malestar en institutos establecidos como puntos de votación del 1-O

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Júlia Regué / Barcelona

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La presión dentro de los centros educativos que pueden convertirse en puntos de votación en el referéndum de este domingo se acrecienta con la orden de la fiscalía a los Mossos d'Esquadra de personarse en dichas instalaciones para advertir de las consecuencias de colaborar con el 1-O y con los encontronazos entre las directrices del Gobierno y del Ejecutivo de Carles Puigdemont. El duelo de misivas a las escuelas e institutos, protagonizado por el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, y la 'consellera' de Ensenyament, Clara Ponsatí, ha situado a los directores en una complicada tesitura a pocos días de la cita y, más aún, cuando algunos docentes entregaron a representantes de la Generalitat las llaves de sus centros y los códigos de acceso semanas antes.

Nada por escrito

"Las direcciones pensaban que dando las llaves quedaban exentas de responsabilidad y que la asumía entonces la 'conselleria'. Pero la carta de Millo genera incertezas", argumenta el profesor del Institut Vinyet de Sitges y secretario de organización de la Federació d'Empleats i Serveis Públics de l'Anoia-Penedès-Garraf de UGT, Jesús Martín.

Como la mayoría de maniobras del Govern para sortear las actuaciones del Ejecutivo central que pretenden evitar el 1-O, las comunicaciones de la Administración se han caracterizado por su opacidad. Antonio Tinajas, profesor del Institut Cubelles, critica, al igual que Martín, que desde la 'conselleria' se haya enviado a funcionarios a interlocutar con los responsables de los centros educativos "sin dejar nada por escrito", un compromiso que asumió la 'consellera' de Governació, Meritxell Borràs, en la Mesa de Función Pública para no poner en peligro a los funcionarios. "Avisaron a los directores telefónicamente y después se presentaron dos funcionarios de la Generalitat", asegura, y compara este procedimiento con el formulado para la consulta del 9-N, momento en el que él ejercía como director: "En ese momento nos convocaron desde Servicios Territoriales y nos vendieron la moto de que debíamos entregar las llaves y que nos darían un comprobante del trámite. Pero esta vez han ido centro por centro a pedirlas directamente", una acción por la que deberán responder cuando los agentes se personen en las escuelas e institutos.

Evitar la tensión

En algunos centros educativos se han celebrado reuniones de profesores para acordar una posición colegiada del centro sobre su papel en el 1-O. "Es un error tensar los claustros con este tema porque las relaciones y la cohesión de los equipos se ven afectados y los sistemas educativos se resienten inevitablemente. Tenemos que procurar que opiniones de ámbito privado no interfieran en la tarea docente", opina Martín, que denuncia el "malestar" y la "inquietud" que se vive en los institutos.

Coincide con su posición el profesor del IES Bruguers de Gavà y portavoz del sindicato de profesores de secundaria, David Rabadà, que aunque rechaza una ola de tensión en el claustro, mantiene que no se deben "traspasar las opiniones de los profesores a los alumnos". "Cada uno debe documentarse y finalmente tener un criterio que debemos dejar fuera del aula", argumenta.

Los profesores también explican que en algunos institutos se han impulsado manifiestos, como el de los profesores de la comarca del Alt Penedès, en el que "condenan y rechazan" la actitud del Ejecutivo central y "apoyan al Govern legítimo de Catalunya" ante la "suspensión de facto del autogobierno" y el "estado de miedo y asedio". Rabadà ve "lógicos y coherentes" algunos de estos escritos porque defienden la "democracia" y condenan la "represión", mientras que para Tinajas alimentan un debate que "nunca debería haber entrado en los centros". "¿Por qué tengo que posicionarme políticamente en mi trabajo? Solo he sido escogido para seguir un proyecto pedagógico", sostiene, y añade: "No necesitamos un papel en la sala de profesores que refleje quién está a favor y quién no del referéndum, porque quien no quiere firmar se siente señalado y juzgado".

Huelga de estudiantes

También hay inquietud en muchas familias. La madre de un alumno menor de edad del Institut Escola de Treball de Barcelona, por ejemplo, se puso en contacto con este diario para quejarse de que un profesor repartió hace unos días en clase un documento para sumarse a la huelga convocada por los sindicatos estudiantes en favor del 1-O que debían firmar los asistentes al aula. Desde el centro aseguran a este diario que se ha seguido el procedimiento habitual establecido en una convocatoria de huelga oficial. "Pedimos un comunicado de inasistencia, que todos los alumnos que se acogen a la huelga deben firmar, y a los menores de edad les pedimos el permiso paterno", zanja el jefe de estudios.