Alquimistas en el Congreso

La vieja y la nueva política han ensayado y corregido estrategias en el primer curso sin bipartidismo, con un Gobierno contra las cuerdas, buscando una suerte de fórmula mágica entre el rédito partidista y la responsabilidad institucional. Si las broncas estériles abundaron en invierno, los partidos lograron reconducir el espectáculo a una relación de trabajo que, si bien avanza tortuoso, ha logrado cristalizar en un puñado de acuerdos posibles, en gran medida gracias a los cambios de rumbo de PSOE y Podemos.

Producción legislativa

El Gobierno solo consigue aprobar dos proyectos de los siete remitidos al Parlamento: Presupuestos y una directiva europea sobre bienes culturales. PP y oposición han logrado entenderse en el al pacto de Estado contra la violencia de género, la Ley de Autónomos, la reforma de RTVE, la Ley de Contratación Pública y el Tratado de Libre Comercio con Canadá. Han comenzado los trabajos para reformar la Ley Electoral y subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Derogaciones del PP

El PSOE ha capitaneado las iniciativas de azote al PP para desmontar las políticas “más regresivas” de la mayoría absoluta. La oposición aprobó el primer paso en la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana (‘ley mordaza’)Ley de Seguridad Ciudadana (‘ley mordaza’), la suspensión del calendario de implantación de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE)(LOMCE) y la reforma del Tribunal Constitucional.

La reforma laboral del PP (2012) también ha comenzado a ser desmantelada por piezas en un trabajo legislativo extremadamente lento. La oposición protesta por el “filibusterismo parlamentario” que el Gobierno aplica para bloquear iniciativas. El PP vetado las iniciativas que denosta y alegando que implican un incremento del gasto.

Liderazgo de la oposición

La traumática abstención del PSOE en la investidura de Rajoy se llevó por delante a Pedro Sánchez y dejó el liderazgo de la oposición en manos de Podemos, pero los morados no lograron capitalizar esa oportunidad. Convencidos del triunfo de Susana Díaz en las primarias socialistas, los podemistas impulsaron la moción de censura para buscar la identificación de los socialistas con el PP. Pero el regreso de Sánchez frustró este esquema. La actitud del PSOE ha sido desde entonces firme, evitando pactos con Rajoy. Los dos partidos de izquierda han buscado estrechar sus lazos, aunque desconfianza sigue estando muy presente.    

Aliados variables del Gobierno

Rajoy ha aprendido que el PP carece de aliados estables. El PSOE, bajo la tutela de la gestora, arrancó la legislatura con voluntad pactista (16 acuerdos con el PP) pero la vuelta de Sánchez implicó un claro distanciamiento. A pesar de los desencuentros, el PP considera a Ciudadanos su socio preferente y lo rentabiliza en la fórmula más efectiva de apoyos que ha encontrado, aunque sea, a la vez, vertiginosa, puesto que logra mayorías con solo un voto de margen: la suma de C’s, PNV, UPN, Foro Asturias, Coalición Canaria y Nueva Canarias. Con estos aliados el Gobierno aprobó los Presupuestos y el techo de gasto. El PDECat ha apoyado en ocasiones puntuales, como en el decreto de la estiba.

Comisiones de investigación

El Congreso no acogía comisiones de investigación  desde el 11-M, en 2004. En este curso se han abierto tres: la ‘Operación Cataluña’, la caja b del PP y el rescate de las cajas de ahorro. La primera de ellas, que trataba de fiscalizar el uso espurio del Ministerio del Interior para castigar a los adversarios del PP, se cerró en falso tras una vida agónica en que los grupos lograron arrancar media docena de comparecencias que no aportaron información de relevancia pero sí sacudieron titulares. La comisión que investiga la financiación irregular del PP se abrió con las declaraciones de los extesoreros, que negaron la mayor. Tras el verano, comparecerá Mariano Rajoy.