Sánchez, a sus diputados: "La prioridad es cambiar el Gobierno"

Pedro Sánchez abraza a Antonio Hernando, este martes en el Congreso.

Pedro Sánchez abraza a Antonio Hernando, este martes en el Congreso. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pedro Sánchez dejó claro este martes ante sus diputados que la labor que realizarán a partir de ahora, tras su victoria en las primarias, será distinta respecto a la llevada a cabo en los últimos meses. Desde la forzada dimisión del secretario general, en octubre, la prioridad del PSOE, pilotado por una gestora muy cercana a Susana Díaz, había sido arrancar compromisos sociales al PP y pactar con el resto de la oposición iniciativas para tumbar leyes conservadoras, pero eso, explicó Sánchez, va a cambiar. “La prioridad es cambiar el Gobierno”, dijo el nuevo líder a sus diputados, que permitieron con su abstención la continuidad del Ejecutivo.

“Solo competimos con el PP. Por eso debemos marcar una hoja de ruta clara”, continuó Sánchez antes de acusar a Mariano Rajoy de “amparar la corrupción y la impunidad”. Esa hoja de ruta pasa por la creación de una “mesa por el cambio” liderada por el PSOE, que buscará que Podemos y Ciudadanos tengan allí un papel preferente.

Sánchez vuelve a intentar, como a principios del pasado año, un entendimiento entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. Ambos dirigentes ya le han dicho que se desengañe, pero él insiste. “¿Cuántos metros podemos avanzar juntos? ¿15, 20, hasta la Moncloa? No lo sé, pero empecemos a andar”, dijo el líder socialista, que solo planteará una moción de censura si cuenta con el apoyo de morados y naranjas. Esta “mesa por el cambio” servirá como ensayo de un entendimiento más amplio, pero en ella también estarán invitados el resto de grupos, pese a que el PSOE ya ha descartado sustentar en los partidos independentistas una alternativa de gobierno al PP. Con ERC y el PDECat lo que busca es llegar a pactos concretos para derogar la obra legislativa de Rajoy.

LAS RESPUESTAS DE LOS CONVIDADOS

Por el momento, Sánchez, durante su primera reunión con los diputados, en un ambiente que varios de ellos calificaron de "frío", anunció  que llamará a Iglesias y Rivera para pedirles una reunión la próxima semana. “Me imagino que por separado, pero en el formato que ellos quieran”, explicó. Su primera propuesta será pactar entre los tres un plan de rescate para los jóvenes. 

Rivera se mostró abierto a esta idea, pero reacio a ir mucho más allá. El líder de Ciudadanos dejó claro que solo se citará con Sánchez para hablar de reformas concretas, pero no para formar un "gobierno Frankenstein". "No vamos a entrar en el bucle" del 2016, concluyó Rivera. La portavoz morada, Irene Montero, en cambio, sí dijo estar dispuesta a que su grupo se reuna con todos, incluido Ciudadanos, pero avisó a Sánchez de que esta vía no permitirá sacar al PP del Gobierno. Moreno no cree que se pueda contar con el partido naranja para impulsar una nueva moción de censura. Iglesias, por su parte, ratificó que irá al encuentro y argumentó que lo "razonable" es que Sánchez y él mantengan "reuniones frecuentes". 

Rafael Hernando, portavoz del PP, también contestó al líder socialista. “Ha utilizado un tono faltón y descalificador contra el presidente del Gobierno. Si Sánchez quiere competir con Iglesias en insultos me parece muy bien, pero se equivocará”, argumentó el dirigente conservador, informa Pilar Santos.  

LA DIFÍCIL ELECCIÓN DEL PORTAVOZ

La victoria de Sánchez en las primarias también es, en parte, la derrota del grupo socialista en el Congreso. La mayoría de sus 84 diputados apoyaban a la presidenta de la Junta. Muy pocos se posicionaron junto a  nuevo secretario general, de ahí que este, que ha buscado rodearse casi exclusivamente de fieles para evitar “traiciones” como las del año pasado, tuviera tantos problemas para elegir a su nuevo portavoz en la Cámara baja. La primera opción era Adriana Lastra, pero esta puso objeciones. Tras darle muchas vueltas, optó por Margarita Robles, independiente, exmagistrada del Supremo e integrante del grupo de 15 parlamentarios que rompieron la disciplina en la investidura de Rajoy y votaron en contra.

Pese a la distancia que ha separado a Sánchez, que renunció a su escaño para no abstenerse ante el líder del PP, y los parlamentarios socialistas en los últimos meses, el secretario general fue recibido con un aplauso a la entrada de la reunión. Él saludó y abrazó a todos los diputados y senadores. También a sus más cercanos colaboradores en el pasado, que cambiaron de bando en cuanto Sánchez dimitió. Con César Luena y Óscar López fue frío. Con Antonio Hernando, más cálido.   

Tras el discurso del líder, la reunión del grupo socialista transcurrió a puerta cerrada sin grandes convulsiones, según fuentes presentes en el encuentro. Las únicas palabras críticas fueron del valenciano Ciprià Ciscar. “Has ganado con el 50,26% de los votos. El 49,74% de los militantes tenía otras preferencias. Ganar democráticamente también es respetar democráticamente a quien ha perdido”, dijo el diputado, que también incidió en que el margen de maniobra del PSOE es ahora el mismo que antes de las primarias. “Aquí estamos. Seguimos siendo los mismos. No hemos crecido. Seguimos siendo 84 diputados”, explicó.

Sánchez evitó entrar en polémicas. Contemporizador, contestó a Ciscar que estaba “de acuerdo” en todo lo que había dicho.