El PNV se compromete con 90 presos de ETA a implicarse en el fin de la dispersión

El PNV se ha comprometido con 90 presos de ETA a implicarse en el fin de la dispersión. El propio presidente del partido, Andoni Ortuzar, ha enviado cartas de respuesta a los reclusos que le habían demandado su ayuda para acabar con el cumplimiento de penas en lugares alejados de sus localidades de origen. Ortuzar les ha respondido personalmente, a través de cartas con su firma, y les ha asegurado que su formación buscará una salida lo más humanitaria posible a la situación de los internos de la banda con enfermedades graves.

Esta campaña de envío de cartas para reclamar el fin de la dispersión de los reclusos de la banda en prisiones de España y Francia, iniciada el pasado mes de mayo, también ha incluido envíos al lendakari, Iñigo Urkullu y a la presidenta de Navarra, Uxue Barkos. Urkullu aún no ha decidido qué respuesta dará a los presos, que reclaman a los dirigentes que "en la medida de su responsabilidad", hagan "lo necesario" para que termine su "situación de sufrimiento".

Este intercambio de cartas se ha producido en un ambiente enrarecido, ya que en las últimas semanas se han producido una serie de ataques contra sedes del PNV, del PP y del PSE. Los peneuvistas han calificado de "inaceptables" e "incompatibles con el uso exclusivo de las vías políticas y democráticas" las pintadas amenazantes que han aparecido en varios de sus locales, en las que se les acusaba de "carceleros" o "asesinos", al tiempo que se pedía la libertad de los presos gravemente enfermos. Por su parte, los populares han vuelto a ver dianas dibujadas en sus sedes, con la palabra "fascistas", mientras los socialistas han tenido que soportar en la casa del pueblo de Lasarte-Oria (Guipúzcoa) mensajes en favor del etarra que asesinó a su compañero de partido Juan Priede.

AUTOCRITICA: RECONOCIMIENTO DEL DAÑO INJUSTO

Pese a esta tensión, Ortuzar ha trasladado a los presos de forma individualizada que el PNV lleva tiempo reclamando un cambio en la política penitenciaria, tanto en el Parlamento vasco como en el Congreso. Pero también reclama autocrítica a los reclusos, y les invita a que analicen las consecuencias negativas que la violencia ha provocado en Euskadi "y el injusto daño causado a tantas y tantas víctimas".

Las 90 cartas enviadas por los reclusos a la atención de Ortuzar tenían un contenido prácticamente idéntico. En ellas se relataba en qué cárcel están "deportados", los kilómetros que recorren sus familias para verles y el coste que ello supone. Además, recuerda que la política de dispersión fue puesta en marcha por el Gobierno del PSOE hace casi tres décadas, con el apoyo "total y la asesoría precisa del PNV". En su respuesta, Ortuzar niega que su partido haya defendido el alejamiento, y explica  que se limitó a hacerse eco de la postura de muchos presos que pidieron ser sacados del autodenominado colectivo de presos para poder decidir su futuro sin presiones.

NEGOCIACIÓN CON EL GOBIERNO CENTRAL

Urkullu ha recibido unas 60 cartas, aunque todavía no ha decidido qué postura adoptará ante las reclamaciones. En todo caso, el lendakari se ha comprometido a negociar con el Gobierno central el acercamiento de los presos de la banda a cárceles que no superen los 250 kilómetros de distancia de Euskadi.