La oposición redobla la presión sobre Mas por el 'caso Gordó'

No una, sino varias veces ha dicho Artur Mas que ponía la mano en el fuego por Germà Gordó, secretario del Govern y 'conseller' de Justícia en su etapa como 'president' y gerente de Convergència entre julio del 2005 y diciembre del 2010, cuando el exjefe del Ejecutivo catalán era secretario general de su partido. Ahora, aquella estrecha relación entre ambos la ha empleado la oposición para señalar al exmandatario nacionalista y reclamarle explicaciones después de que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya haya decidido investigar a quien fue uno de sus hombres de confianza por el 'caso 3%'.

La presión empezó el martes y ayer subió un grado por boca del diputado de Catalunya Sí que es Pot Joan Giner. "A Mas se le está poniendo cara de Esperanza Aguirre: todos los que tiene alrededor acaban siendo imputados", espetó en la comisión de Justícia. El representante de la coalición de la izquierda alternativa anunció que su grupo pedirá la comparecencia del expresident en el Parlament "si la vieja guardia de CDC" no se pronuncia sobre su relación con la "imputación" de Gordó.

EL PSC CRITICA LA "HIPOCRESÍA"

"Hay cierta hipocresía del PDECat, y de la antigua CDC, porque por un lado piden la dimisión de Gordó pero no asumen ninguna responsabilidad política por la presunta financiación ilegal del partido", afirmó el martes la portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados. "Mas no debe esconderse tras [la líder del PDECat] Marta Pascal y tras [el presidente del grupo de JxSí] Jordi Turull. Si no aclara su posición, podríamos sospechar que todo forma parte de un pacto secreto para que Gordó le tape las vergüenzas", afirmó el portavoz del PPC, Alejandro Fernández.

Tales sentencias, sumadas a la posición inflexible de la CUP con cualquier sospecha sobre CDC, hacen prever que la intención de Sí que es Pot de citar a Mas en el Parlament podría salir adelante, con lo que sería la cuarta ocasión en la que el expresident tuviera que dar explicaciones ante los diputados por la supuesta corrupción en su partido (en las tres anteriores tampoco es que se aclarara gran cosa). Ampliando el foco, Ciutadans también trató de que fuera el 'president' Carles Puigdemont quien respondiera sobre el caso Gordó en el pleno, pero Junts pel Sí y la CUP tumbaron su propuesta.