EL ÓRDAGO SOBERANISTA

Día de la independencia: 1 de enero del 2018

El exsecretario de Hisenda de la Generalitat Lluís Salvadó, en septiembre del 2016, en el Parlament.

El exsecretario de Hisenda de la Generalitat Lluís Salvadó, en septiembre del 2016, en el Parlament. / periodico

XABI BARRENA / BARCELONA

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Ni el 11 de septiembre, ni el 23 de abril. La entrada efectiva en vigor de la independencia catalana, en caso de que el eventual referéndum de septiembre se realizara y sus resultados tuvieran algún tipo de efecto, podría ser un triste y administrativo 1 de enero. Al menos esa ha sido la apuesta medio en broma medio en serio del secretario de Hisenda del Govern, el siempre circunspecto Lluís Salvadó, este jueves, en el transcurso de una charla organizada por la ANC en La Violeta de Gràcia. 

“El día que proclamemos la independencia, esperemos que sea el primero de enero, así las empresas y contribuyentes lo tendrán más fácil…”, ha señalado Salvadó quien, seguramente, ha pensado más como jefe de la hacienda catalana y ha tenido en cuenta la dificultad de organizarse si la entrada efectiva se produjera con el año fiscal. Hay múltiples ejemplos de esta ducha de practicidad alejada de la épica. Por ejemplo, la división de Checoslovaquia (en Chequia y Eslovaquia) y el retorno de Hong Kong  a la soberanía china se sancionaron, también, en el primer día del año.

“Vamos a necesitar 5.000 millones de euros por mes durante el primer año”, es decir, hasta que el futuro gobierno catalán recaude por sí mismo todos los impuestos. Y estos 60.000 millones habrá que ir a buscarlos a los mercados financieros, motivo y razón del reciente viaje del vicepresidente, Oriol Junqueras, a los EEUU, donde se entrevistó con intermediaros de entidades financieros y fondos de inversión.

DE REYES A SANT ANTONI

Salvadó también ha explicado que en la actualidad la Generalitat recauda 1.200 millones de euros anuales (“con eso llegamos a Reyes”) y que a partir de septiembre se podrán ya recoger más de 3.000 (“ya estaríamos en Sant Antoni [17 de enero])”.

Se supone que en esos dos meses y poco que median entre el supuesto referéndum y la no menos eventual proclamación de independencia se produciría la negociación con el Estado. Una negociación que es “necesaria” y que el Estado “no querrá hacer, pero que habrá que forzarles a llevar a cabo”. ¿Cómo? “Tenemos 75.000 millones de deuda, de los cuales 50.000 son del FLA” ha apuntado Salvadó, insinuando que si el Estado quiere ver algúno de esos 50.000 millones de euros (más el asunto de la deuda española, que ya alcanza el billón de euros y de la que Catalunya debería responsabilizarse en parte) deberá sentarse a la mesa.