Susana Díaz corteja a las bases del PSC ante el avance de Sánchez

Andalucía y Catalunya, por este orden, eran los feudos que históricamente decantaban las balanzas orgánica y electoral en el PSOE. Quien aspirase a gobernar el partido o a ganar las elecciones debía tener de su parte a estas dos comunidades. La batalla de los avales dejó a las claras que Susana Díaz domina con mano de hierro en su tierra, pero también que está muy lejos de contar con la querencia del PSC, entre cuyos militantes Pedro Sánchez multiplicó por seis el apenas millar de firmas de su adversaria.

Cierto es que los socialistas catalanes ya no son el segundo territorio en número de afiliados, sino el cuarto, tras ser superados por la Comunitat Valenciana y Madrid. Pero en la primera también ganó Sánchez con holgura, y en la segunda Díaz solo pudo vencer por la mínima. Es decir, de los cuatro feudos con más peso, tan solo arrolló en Andalucía. Así pues, aunque en el total de apoyos se impuso, la presidenta andaluza necesita varias remontadas autonómicas, entre ellas la de Catalunya.

Esta necesidad justificaba el pentatlón de actos que Díaz ha celebrado este sábado en el área metropolitana de Barcelona en busca de la simpatía del socialista de toda la vida, de los afiliados más veteranos, de 'la Catalunya andaluza', consciente de que Sánchez le tiene ganada la partida entre los perfiles más jóvenes. Ella misma se ha fijado el reto: "Me voy a dejar la piel para que el 21 de mayo el número de votos aquí en Catalunya sea superior al número de avales en Catalunya".

MENSAJE CONCILIADOR

"Como partimos de un resultado en avales inferior, tenemos mucho terreno por delante por ganar y estoy segura de que así será", ha aseverado en un desayuno "con raíces extremeñas" en Sant Boi de Llobregat. La jornada de Díaz en tierras catalanes ha incluido encuentros con militantes en L'Hospitalet y Badalona, un almuerzo popular con migas en Cànoves i Samalús y una visita a la Feria de Abril de Catalunya.

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Ante la pujanza de Sánchez entre las bases del PSC, la candidata andaluza -cuyo principal valedor en Catalunya es el alcalde de Cornellà, Antonio Balmón- ha querido lanzar mensajes conciliadores, muy alejados de aquellos obuses anticatalanistas que envió en pasadas campañas electorales: "No aspiro a que el PSC sea mío, ni que yo sea todo el PSC y el PSOE juntos".

En la cuestión territorial se ha mojado poco. Ha abogado una vez más por el diálogo y el pacto frente al independentismo y al inmovilismo del PP, y ha revindicado una España federal "respetuosa" con los territorios y las personas. No ha concretado más, obviando por ejemplo el debate sobre la financiación autonómica y las inversiones. Un debate que ha rebrotado esta semana con el pacto presupuestario del Gobierno del PP con el PNV, pero que también suele plasmar las diferencias de criterio entre Catalunya y Andalucía.

MAYOR PRESENCIA

Díaz ha atribuido su falta de 'punch' en Catalunya a su menor presencia en los últimos meses al "no ser secretaria general" del PSOE. Por eso aumentará sus visitas y reforzará los grupos de apoyo que se han formado en diferentes federaciones y agrupaciones del PSC, como el que el jueves se presentará en Cornellà integrado por alcaldes, concejales y cargos orgánicos del Baix Llobregat. "Transmitiremos que queremos un PSOE fuerte, unido, ganador y sin complejos que ayude al PSC a volver a ser mayoría social", ha subrayado.

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SÁNCHEZ Y LA REMONTADA

Pero el final casi en tablas de la batalla de los avales en el PSOE ha obligado a Díaz no solo a pisar el acelerador en algunos territorios, sino también a subir unos cuantos octanos su campaña contra Sánchez. La jugada del exsecretario general de intentar abrir una brecha entre los afines a Patxi López con una infructuosa opa ha llevado a la presidenta andaluza a lanzar uno de los dardos más directos hasta la fecha contra su principal adversario: "Yo nunca le voy a pedir el apoyo a un socialista para ir contra otro socialista". Lo que sí hará si gana, ha avisado, es reclamarles unidad.

Sánchez se ha dado este sábado un nuevo baño de masas (2.000 personas en un polideportivo de Elche) y, valiéndose de su pasado como baloncestista, ha apelado a la remontada: "Vamos 53 a 59, eso son dos triples que meteremos en el inicio del segundo tiempo". El exlendakari, desde València, ha llamado a tumbar la dinámica de bloques en el PSOE y ha advertido: "Las tripas piden sangre: si no sacamos la rabia, acabaremos todos desangrados".