EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

Referéndum en Venecia

Joan Coscubiela, portavoz de Catalunya Sí que es Pot.

Joan Coscubiela, portavoz de Catalunya Sí que es Pot.

XABI BARRENA / FIDEL MASREAL/ BARCELONA

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La Comisión de Venecia, un organismo que depende del Consejo de Europa, se ha convertido en los últimos meses en una especie de fetiche para independentistas y no independentistas, casi como lo fue Tadzio para Gustav von Aschenbach en la obra de Thomas Mann 'Muerte en Venecia'. Unos y otros escrutan el código de buenas prácticas para la celebración de referendos de la Comisión Europea para la Democracia a través del Derecho (este es su nombre oficial), en búsqueda de argumentos que respalden sus posiciones. A cinco meses de la celebración del referéndum de autodeterminación, Catalunya Sí que es Pot ha reclamado al Govern que  trate de conseguir el aval de este organismo a la consulta vinculante. Si hubiera éxito, CSQEP se sumaría a la convocatoria.Junts pel Sí apunta que la Generalitat no puede hacer tal petición

"Las condiciones que pusimos en su día", ha explicado Joan Coscubiela tras intervenir en el pleno del Parlament donde ha lanzado la propuesta, o casi mejor dicho, el reto, “no especificaban si eran válidas para un referéndum pactado o unilateral”. Entre esas condiciones estaban que fuera una consulta “efectiva” y que contara con algún tipo de "reconocimiento previo internacional". A la vista de la dificultad de que los Estados o las corporaciones de estados, como la propia Unión Europea, se mojen ‘a priori’ con un referéndum de autodeterminación, los ‘comuns’ consideran que la Comisión de Venecia es el sujeto ideal para dar ese ‘placet’.

MANDATO DEL PARLAMENT

En la interpelación parlamentaria, Oriol Junqueras ha respondido a Coscubiela que “si el acuerdo  que nos propone exige lo mismo a todas las partes (es decir, a la Generalitat y el Estado) estaremos encantados de buscar ese consenso", pero que no exigiera "condiciones que sabe inasumibles viendo la actitud sistemática del Gobierno” de Mariano Rajoy. Dicho de otro modo, el Govern y Junts pel Sí están satisfechos con que los 'comuns' acepten que se pueda celebrar un referéndum que no se sustente en un pacto con el Estado, pero que el mandato del Parlament prima por encima de las condiciones que pueda imponer un organismo europeo.

Junts pel Sí, además, niega que la Generalitat pueda pedir un dictamen a la Comisión de Venecia, por cuanto es un órgano consultivo independiente que coopera con los estados miembros del Consejo de Europa, con estados no miembros interesados y con el resto de organizaciones internacionacionales. Fuentes del Ejecutivo han reconocido que están estudiando si la única manera de acceder a la comisión sería que fuera el representante español en dicho organismo quien pusiera la cuestión sobre la mesa. Algo que, óbviamente, se descarta por que ese intermediario es elegido por el Gobierno.

Algunos de los postulados de la Comisión de Venecia han sido ampliamente abrazados por el independentismo. En concreto, el no fijar un límite inferior a la participación en un referéndum, para no ayudar a aquellas fuerzas que pretendan, mediante el boicot, conseguir sus objetivos políticos.

DIFÍCIL CUMPLIMIENTO

Aunque hay otras exigencias que, a cinco meses para la celebración del referéndum, parecen más que inasumibles para el Govern. En concreto aquellas que hacen referencia al marco legal: "Los aspectos fundamentales de la ley del referéndum no deben poder ser reformados durante el año anterior a un referéndum, o deben incluirse en la Constitución o en una norma superior a la ley ordinaria", dice el código. Todo ello lleva a los ‘comuns’ a una pregunta: ¿Quieren hacer un referéndum sin el apoyo del Estado y sin el de la Comisión de Venecia? CSQEP llevarán la cuestión a votación en el pleno del Parlament buscando, óbviamente, que Junts pel Sí 'se retrate'.