Las entidades soberanistas advierten al Govern de que no organizarán de nuevo "otro 9-N"

'Senyeres' y 'estelades' en la histórica manifestación de la Diada del 2012.

'Senyeres' y 'estelades' en la histórica manifestación de la Diada del 2012. / periodico

XABI BARRENA / FIDEL MASREAL / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las entidades soberanistas ceden el paso. O aguzando el ingenio, puede decirse que dan un paso al lado. El referéndum no es cosa de ellos, en el sentido de que no van a participar en la organización de cualquier tipo de remedo a la consulta vinculante en el caso de que no se pueda hacer. Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, los presidentes de las principales entidades (ANC y Òmnium, respectivamente) se muestran tajantes en sendas conversaciones con este diario: "Estamos por el referéndum, que no nos hagan montar otro 9-N”.

Sànchez, líder de la ANC, lanza un aviso muy claro al Govern: “La sociedad civil organizada no puede sustituir a las instituciones, por tanto, nosotros no haremos como en el 9-N, no organizaremos el referéndum, no seremos el elemento que lo haga viable, esto lo han de hacer las instituciones”.

Queda así disipada cualquier hipótesis de desviar la responsabilidad del Govern hacia los voluntarios independentistas o las organizaciones, como se hizo con el 9-N. Además, Sànchez no quiere una convocatoria como la del 2014, sino una plenamente vinculante. “Un nuevo 9-N --afirma el dirigente soberanista-- no lo quieren ni el Parlament ni el Govern ni las entidades. Contribuiremos a que haya un entorno favorable al referéndum, pero en cualquier democracia, el referéndum lo convoca el Govern, lo prepara el Govern y lo ejecuta el Govern, con la participación ciudadana y con el paraguas de un marco normativo hecho por el Parlament”.

Sánchez insiste: “Nuestra función no es garantizar que haya urnas, papeletas o voluntarios, sino que nuestra determinación es permitir que el Govern pueda hacer lo que hace cualquier gobierno del mundo para convocar a sus ciudadanos a las urnas en una consulta que se quiere vinculante”.

AMPLIAR LA BASE SOCIAL

Eso sí, la ANC quiere jugar un doble papel: por un lado, movilizaciones de apoyo al Govern, al Parlament y a los ayuntamientos para que “cumplan con el mandato democrático” de poner las urnas, y por otro, las actuaciones para “seguir ampliando la base social favorable no solo al referéndum, sino al sí” a la independencia.

Sànchez quiere poner todos los huevos en el cesto del referéndum y por ello considera “una pequeña probabilidad” el plan B que la propia ANC aprobará el próximo día 29 en asamblea, consistente en una declaración unilateral de independencia si el Estado hace imposible la consulta. “La DUI nunca sustituirá, nunca, un referéndum, y si llegara a hacerse, algo poco probable porque el Estado no optará por esta vía abiertamente represora, solo lo hemos de entender como una decisión para crear las condiciones para poder consultar al pueblo cuál ha de ser el futuro del país”.

Sànchez considera que el acto unitario del Govern del pasado viernes es un punto y aparte tras días de zozobra interna en la nave independentista y de riesgo cierto de descalabro. Es decir, representa un estado de ánimo diferente, nuevamente positivo, entre la militancia soberanista. “Visibiliza una realidad que a veces ha sido puesta en cuestión”, apunta, en referencia a la decisión “de avanzar en la preparación, convocatoria y ejecución del referéndum”. Un acto que “hace evidente un compromiso claro de la presidencia y vicepresidencia, que representan a las dos grandes almas de Junts pel Sí y que sintonizan con una mayoría del país, la que votó el 27-S a favor de que el país diera un paso”.

MOVILIZACIÓN, A PUNTO

¿Y en Òmnium? Tirando de clásico, de Laszy Kubala, puede resumirse, a tenor de lo que explica Cuixart, en el famoso “chicos bien, moral alta”. “Los asociados a Òmnium (son ya más de 65.000) son gente de largo recorrido. Y están a punto. No es fácil aguantar este grado de movilización durante seis años”. Cuixart pone como ejemplo los miles de voluntarios que recogieron firmas este Sant Jordi a favor del referéndum acordado.

Porque el acuerdo con el Gobierno y la labor del Pacte Nacional pel Referéndum (PNR) es, ahora mismo, la máxima prioridad de Òmnium. “Había que hacer y se está haciendo una apuesta sincera por el acuerdo. No simplemente cubrir el expediente”, señala. Fuentes de la entidad han aseverado que el grado de implicación de Òmnium es máximo, cual oficina técnica del PNR.

“El referéndum debe ser efectivo”, apunta Cuixart, alineándose con las tesis que defienden los ‘comuns’. Sobre estos, pide cambiar la óptica. “Hasta el momento, Ada Colau no ha fallado”, asevera. “Hay quien espera el momento en que los seguidores de Colau se sumen al proceso, cuando en verdad ya están inmersos en él. En todo caso optarán, como pueden hacer los otros partidos, por irse. Y están inmersos porque, por encima de todo, este proceso va sobre la opción de votar”, sentencia.

Fuentes de Òmnium apuntan también que el que la apuesta por el referéndum pactado sea “sincera” no significa que no sean “escépticos” con el éxito de la misión. La entidad tiene ya a punto la campaña para el ‘Sí’, a la que no dará inicio hasta que el PNR finalice su trabajo. “Calculamos que a finales de mayo”, puntualiza esta fuente.

“Tenemos que demostrar, tanto internamente como fuera de Catalunya, que somos capaces de hacerlo, y que si no se lleva a cabo solo sea porque el Estado tira de la cuerda hacia un estado de máxima excepcionalidad”. ¿Movilización? Toda. “Si hubiéramos querido, habríamos sacado 50.000 personas este Sant Jordi. No son pocas. A ver cuánta gente se moviliza, en plena crisis, el próximo Primero de Mayo”, desafía esta voz.