LA GESTIÓN DE LA PAZ
Euskadi, el futuro sin ETA
Aitor Ubarretxena
Periodista
AITOR UBARRETXENA / SAN SEBASTIÁN
Aunque eclipsado por el desarme, los últimos días han dejado una imagen de calado: la de todos los partidos políticos y sindicatos vascos, a excepción del PP, para respaldar el acto de desarme de ETA. La normalización de la vida política en Euskadi ha recibido un nuevo impulso con la entrega de las armas, deseada también por la izquierda aberzale. EH Bildu ha apostado en los últimos años por hacer política sin complejos en la Cámara vasca, la que tantas veces criticó Herri Batasuna. Pese a las muchas heridas que han dejado 50 años de terrorismo, los avances han sido muy rápidos, y de hecho el pasado año alcanzó pactos con PNV y PSE, como el que permitió aprobar los presupuestos de Álava.
El Gobierno vasco ya tiene preparado su plan de convivencia para los próximos años. Presentado apenas dos días antes del desarme de ETA, el documento aborda cuestiones relacionadas con la política penitenciaria y la reinserción de los presos de la organización terrorista. Pero también incluye medidas relacionadas con las víctimas de todas las violencias, la memoria y la revisión crítica del pasado.
De esta forma, el Ejecutivo autonómico, formado por PNV y PSE, se sitúa en un escenario en el ETA ha desaparecido totalmente. La disolución, todavía pendiente, podría una realidad en breve, toda vez que la propia banda ha admitido que abordará ese debate en las próximas semanas, como admitió su dirigente David Pla desde prisión en una reciente entrevista.
REFUNDACION DE EH BILDU
EH Bildu, que negoció con el PNV la formación del Gobierno vasco durante semanas, aunque finalmente comprobara que los peneuvistas preferían reeditar sus pactos con el PSE, ha anunciado nuevas iniciativas para recuperar protagonismo social y político. La izquierda aberzale admite públicamente que no ha sabido aprovechar las posibilidades de ganar capacidad de influencia que les ha brindado el final de ETA. Para reforzar su estructura política, EH Bildu, coalición que engloba a Sortu, EA, Aralar y Alternatiba, celebrará en junio un congreso de refundación, en el que las formaciones que la integran perderán protagonismo y se apostará por un modelo similar al de un partido político, con una única dirección que liderará una secretaría general. Pretende, según anuncian, ganar efectividad a la hora de tomar decisiones.
En este proceso, EH Bildu ha anunciado su intención de incorporar a independientes de izquierdas, no necesariamente identificados con ninguna de las fuerzas que componen la coalición. Esta 'apertura' quiere, por un lado, hacer frente a la irrupción de Podemos en Euskadi, rompiendo con la imagen de una izquierda aberzale 'monolítica' y cerrada. Y al mismo tiempo, pretende reforzar un perfil más dialogante en la búsqueda de aliados para seguir la senda soberanista abierta en Catalunya.
INDEPENDENTISMO A LA BAJA
Los cinco años transcurridos desde el cese definitivo de ETA han coincidido con un descenso en las aspiraciones independentistas de los vascos. En el último Euskobarómetro, el estudio realizado por la Universidad del País Vasco, se constata que el 41% de los vascos desea una consulta sobre su relación con España, aunque el Estado no la acepte, mientras un 16% la apoyaría únicamente si estuviera pactada. Pero la encuesta también desvela que los partidarios de la independencia se quedan en un 31% del electorado, frente a un 39% que se opone y un 18% que vincula su apoyo a las circunstancias.
Idénticas sensaciones han dejado las recientes consultas soberanistas realizadas por el movimiento Gure Esku dago (Está en nuestras manos) en 34 municipios de Guipúzcoa y uno de Vizcaya, ya que pese a su mayoría nacionalista, la participación media se situó en el 24,45%. Eso sí, entre los votantes, el 95,8% se mostró a favor de la independencia del País Vasco.
También ha decrecido, en paralelo, la importancia de ETA. La banda ha pasado de ser la principal preocupación de los vascos (39%) en el 2001 a su "práctica desaparición del horizonte cotidiano desde 2010", como explica el profesor de la Universidad del País Vasco Francisco Llera, responsable de la elaboración del Euskobarómetro. Ahora, casi seis años después del fin de la violencia, el mercado laboral, los problemas económicos o la corrupción son las cuestiones que más inquietan a los vascos, mientras que la violencia, el terrorismo, los presos y el proceso de paz fue mencionado por el 1% de los encuestados por el Sociómetro vasco, la encuesta que elabora el Gobierno vasco, en septiembre de 2016.
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