EL PULSO INDEPENDENTISTA

Puigdemont equipara en Harvard el 'procés' con la lucha por los derechos civiles en EEUU

Una conferencia y un coloquio trasladan el debate sobre la independencia al prestigioso campus

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IDOYA NOAIN / CAMBRIDGE (enviada especial)

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Cambia el escenario y se adapta parte del mensaje pero, en el fondo, el debate se mantiene inalterado y moviéndose entre posiciones y divisiones habituales. Este lunes, en la primera jornada de un viaje de cinco días por Estados Unidos para “dar a conocer” el proceso político de Catalunya, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha estado en la Universidad de Harvard, donde ha ofrecido una conferencia y un posterior coloquio en una pequeña sala con capacidad para escasas 80 personas. Y aunque el guiño a lo local en su intervención ha incluido un salto tan arriesgado como equiparar la búsqueda de independencia para Catalunya con la lucha estadounidense por los derechos civiles (“nuestra lucha es un reflejo de esa pelea”, ha dicho), el resto de la sesión ha estado marcado por argumentos y discusiones mucho más frecuentes.

Ante un público compuesto sobre todo por estudiantes, y con notable presencia de catalanes, Puigdemont ha trazado en su intervención un retrato oscuro de España. Lo ha hecho en contraposición al decálogo de características que ha asegurado que definirían a la nación catalana independiente. Al prometer, por ejemplo, que reforzaría la Unión Europea y sus principios fundacionales ha asegurado que España es “incapaz de responder hoy a los retos que enfrenta” en la alianza continental. Al prometer un país con independencia judicial lo ha hecho subrayando que en los últimos tres años España ha caído 24 puestos, hasta el número 84, en la clasificación de 148 países que mide esa independencia.

Comparaciones y críticas similares han llegado cuando Puigdemont ha hablado de la libertad de expresión, la protección del medioambiente o los animales o la competitividad económica... Y también en el décimo punto, en el que ha abordado el respeto a la democracia. “La democracia es un derecho fundamental que no se extiende a los ciudadanos catalanes ni en casa ni en el extranjero”, ha dicho el president, que en otro momento de la conferencia ha llegado a recordar que la Constitución española es la única, junto a la de Turquía, que “autoriza al Ejército a actuar contra sus propios ciudadanos”.

CUADRO NEGRO

“Ha hecho un cuadro tan negro de España que no me puedo identificar con nada”, le ha criticado poco después Jose María Beneyto, antiguo portavoz de Asuntos Exteriores del PP en el Congreso y actualmente profesor visitante en Harvard. Beneyto ha sido uno de los participantes en el panel que ha intervenido antes de que se abriera el turno de preguntas y ha provocado algunas carcajadas al negar que actualmente exista un nacionalismo español divisivo, pero ha buscado también aligerar tensiones haciendo una llamada a que Rajoy y Puigdemont hagan diplomacia relajada con unas cervezas “o mejor, con unos vinos catalanes”.

A la hora de las preguntas del público Puigdemont ha encontrado también frentes habituales. Gonzalo Muñoz, un joven español en su segundo año en la escuela de Negocios de Harvard, ha abierto inquiriéndole por los ataques a quienes se oponen a la independencia de Catalunya, a lo que el president ha dicho que hay y ha habido incidentes “en todos los ámbitos” y ha destacado que personalmente ha recibido “tantas amenazas de muerte que he dejado de contar”. “Los que han atacado la sede del PP son los mismos que atacaron la de mi partido. Ni lo que ha pasado hoy ni en otras instancias representan a la mayoría de las dos posiciones”, ha asegurado.

También ha vuelto a encontrar interrogantes comunes sobre los porcentajes que harían falta para dar por triunfal el referéndum o sobre qué pasaría en el caso de que se celebrara la consulta y la independencia fuera rechazada. “Estaríamos dispuestos a aceptar una moratoria y esperar una generación”, ha dicho sobre la segunda cuestión. En el primer caso, se ha negado a marcar un número concreto, alegando que “podría animar el movimiento de boicot. Los referendums se ganan por quien tiene un voto más que otro, pero estamos dispuestos a pactar con el estado otras mayorías”, ha dicho también.

Esas preguntas se las había hecho Ana Díaz, una joven barcelonesa, opuesta a la independencia, que está en su primer año de doctorado en Cosmología en Harvard. Aunque ha quedado insatisfecha con las respuestas del president (“no esperaba que me satisfaciera”) si consideraba que la cita en Harvard había resultado muy interesante. Tanto en el panel como en el público habían intervenido estadounidenses, italianos... “Es la primera vez que oigo a gente ni española ni catalana debatir sobre el proceso soberanista. Nosotros, por más que lo intentemos, no podemos ser ya objetivos”.