EL JUICIO DEL CASO DEL PALAU DE LA MÚSICA

El proceso de la Casa Nostra

ROJO VIVO Reunión del patronato de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música, en noviembre del 2009

ROJO VIVO Reunión del patronato de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música, en noviembre del 2009

ANDREU FARRÀS / BARCELONA

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Jordi Pujol bajó sin prisas la escalera principal del Palau de la Música. Iba con su esposa, Marta Ferrusola, y un escolta. Quería salir antes de que acabase el evento que tenía lugar en la sala principal y entonces, como expresidente de la Generalitat, ya no estaba obligado a quedarse hasta el final. El periodista le salió al paso antes de que cogiera el coche. Quería conocer su opinión sobre la detención de Fèlix Millet, ocurrida pocos meses antes.

«Marta, ve tu sola a casa. Yo ya iré luego», le dijo a su esposa, habituada a estas improvisaciones tras tantos quinquenios de vida conyugal con Pujol y con Catalunya.

Era otoño y la temperatura permitía pasear por la calle sin mucho abrigo. El expresident y el periodista estuvieron media hora hablando sobre Millet y sus andanzas, bajo el compromiso de que no apareciera nada de lo dicho en EL PERIÓDICO a la mañana siguiente ni en los meses posteriores.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"La viuda de Cendr\u00f3s, abuela de David Mad\u00ed,\u00a0","text":"reproch\u00f3 a Millet su flirteo con la FAES aznarista"}}«Al contrario de su hermano Xavier, nunca me he fiado de Fèlix Millet», decía Pujol, que recordaba los anteriores problemas que aquel había tenido con la justicia por asuntos de dinero. El expresident quería dejar claro que no había mantenido ningún trato con él y evocaba su detención en 1983 por un fraude en Renta Catalana. Pujol hablaba y gesticulaba con inhabitual parsimonia, mientras pasaba varias veces por delante de la fachada del Petit Palau, a lo largo de la plaza dedicada a Lluís Millet, fundador del Orfeó, impulsor del Palau y tío abuelo de Fèlix Maria, el saqueador del edificio de Lluís Domènech i Montaner.

Xavier Millet, hermano de Fèlix, se considera muy amigo de Pujol. Por esta amistad aceptó presentarse de candidato a la alcaldía de Barcelona por Convergència en las primeras elecciones municipales democráticas y porque estaba convencido -- confesó años después-- de que no resultaría elegido pues ganaría la izquierda. Xavier siempre se refiere a su hermano como Fèlix Maria, para distinguirle -y distanciarle-- de su padre, Fèlix Millet Maristany, destacado financiero y mecenas catalán, fundador de Òmnium Cultural y patrocinador del Palau de la Música, el templo del catalanismo y escenario de innumerables hitos culturales y políticos del nacionalismo.

EL BOICOT A FRANCO

El mismo Pujol fue detenido, torturado por la Policía, juzgado y condenado en un consejo de guerra en 1960 por impulsar un boicot a la visita de Francisco Franco al Palau de la Música, una presencia en «la casa nostra» que resultaba una ignominia intolerable para los catalanistas acendrados.

El siciliano Andrea Camilleri, uno de los escritores más leídos en Europa, cuenta en un libro sobre la Cosa Nostra la desconfianza que sus paisanos muestran hacia la justicia. La expresan en refranes como: «La liggi pi' l'amici s'interpreta, pi l'autri s'applica» (Para los amigos la ley se interpreta, a los otros se les aplica).

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"En el actual patronato del Palau\u00a0","text":"se sientan dos parejas de hermanos: los Carulla y los Vallv\u00e9"}}Montserrat Tusell llamaba cariñosamente bitxitu a su espabilado hijo Fèlix Maria. Fue ella quien intercedió con éxito para que entrase en 1976 como vicepresidente del Orfeó. Montserrat hizo la petición ante un antiguo pretendiente suyo, Joan Anton Maragall, hijo del poeta, reputado galerista de arte y tío de Pasqual Maragall. Durante los antes citados Fets del Palau, que acabarían con Pujol entre rejas, los boicoteadores cantaron el entonces sedicioso Cant de la Senyera, una obra que unía los apellidos Millet (Lluís compuso la música) y Maragall (Joan escribió la letra).

LA GALLINA BLANCA Y 'MISTER FLOÏD'

Millet no fue el único imputado por el saqueo del Palau que usó sus vínculos familiares para entrar en su momento en la cúpula de este organismo. Rosa Garicano, que sería investigada por ser directora general del Palau, es hija de Tomás Garicano Goñi, que fue gobernador civil de Barcelona en los años 60. Pese a ser franquista hasta las cachas, Garicano permitió por su amistad con el catalanista Millet Maristany que, cuando este murió, su capilla ardiente fuera instalada dentro del Palau de la Música, un hecho tan insólito en aquellos tiempos como que algunos meses después permitiera que la senyera ondease junto a la rojigualada en su fachada con motivo de la diada de Sant Jordi. Rosa Garicano está casada con Xavier Ribó, hijo de quien fue uno de los hombres de confianza de Francesc Cambó y hermano del actual síndic de greuges, Rafael Ribó, exsecretario general del PSUC.

«La furca è pi lu poviru, la Giustizia pi lu fissa» (en siciliano, la horca es para el pobre, la justicia para el necio).

Fèlix Maria Millet, el sacristán que se quedó con los millonarios cepillos que pasaba en la catedral del catalanismo, siempre nadó entre las dos aguas identitarias de Catalunya. Cuando los donativos escaseaban, no tuvo inconveniente en seducir nada menos que a José María Aznar. Lo logró y el Gobierno español más conservador desde el franquismo llegó a financiar el Palau con casi 15 millones de euros. A comienzos de este siglo, una disgustada Maria Rosa Jorba, viuda de Joan Baptista Cendrós, un catalanista de pedra picada que cofundó Òmnium, recriminó a Millet que flirteara con el españolismo.

Además de cofundar Òmnium, Cendrós refinanció el Institut d'Estudis Catalans, fue unos de los procesados por el caso Banca Catalana yestuvo en la génesis de la Nova Cançó. Buena parte de su fortuna se debió al éxito de la loción para después del afeitado Floïd, cuya exclusiva representación le concedió la francesa Rochas. Cendrós, conocido como míster Floïd, era uno de los dos empresarios catalanes que en los tiempos difíciles de la dictadura se podía dirigir directamente al gobernador civil para resolver censuras, multas y prohibiciones. El otro burgués con licencia para telefonear a los gerifaltes franquistas era Lluís Carulla, el creador de Agrolimen y La Gallina Blanca.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Diversos patronos participan\u00a0","text":"en las directivas de otras entidades como el C\u00edrculo del Liceo o el Cercle d'Economia"}}

En el actual patronato de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música hay dos Carulla y un Cendrós. Mariona Carulla sustituyó a Millet en la presidencia del patronato después del escándalo. Artur Carulla, su hermano, es uno de los vocales, al igual que David Madí, nieto de Joan B. Cendrós y amigo íntimo de Artur Mas y, al menos en el pasado, de Oriol Pujol Ferrusola, el único hijo del expresident que se dedicó a la política activa. Artur Carulla se sienta en el órgano de gobierno del Palau en nombre de la empresa familiar, Agrolimen. Madí, en nombre de una multinacional eléctrica, Endesa.

«La Giustizia è fatta a manicu di mola» (La Justicia está torcida por naturaleza); «Cu havi dinari e amicizia teni'n cula la Giustizia» (Quien tiene dinero y amigos se pasa la Justicia por el culo).

DIRECCIÓN FAMILIAR

Los Carulla no son los únicos hermanos que comparten mesa en el patronato; también figuran los hermanos Joan y Maria Àngels Vallvé. Joan fue conseller de varios gobiernos de Jordi Pujol. La notaria Maria Àngels Vallvé, la primera mujer que fue agente de cambio y bolsa de España, es la esposa del actual presidente de la Borsa de Barcelona, Joan Hortalà, exsecretario general de ERC y conseller de Indústria con Pujol.

El actual tesorero del Palau postsaqueo es el financiero Ignacio García-Nieto, que compagina esta responsabilidad con la presidencia del Círculo del Liceo, organismo donde también se encuentra Àngels Vallvé con el cargo de contadora. El hermano de Ignacio García-Nieto, Borja, presidió el Círculo Ecuestre (2007-2015), otra entidad de prestigio entre la burguesía barcelonesa, aunque con unas connotaciones mucho menos catalanistas que el Palau.

Mariona Carulla preside el patronato de la Fundació Orfeó-Palau porque, según los estatutos reformados tras el saqueo de Millet por Miquel Roca Junyent, también encabeza la junta directiva del Orfeó. En está junta también están integrados patricios relevantes como Joaquim Uriach Torelló, presidente del pujante grupo farmacéutico Uriach, y el abogado Carlos Cuatrecasas Targa, vinculado a la financiera Riva y García de los hermanos García-Nieto. Cuatrecasas es secretario segundo del Orfeó y compagina esta responsabilidad con otras similares en instituciones de la llamada sociedad civil como el Círculo del Liceo, el Cercle d'Economia y el Reial Club de Polo de Barcelona; en su día participó en la fundación de la católica Universitat Ramon Llull. En el patronato también se encuentra representada la Fundació La Caixa, a través de Josep Vilarasau, que durante 27 años pilotó esta caja de ahorros antes de que se convirtiera en banco.

Recitan en Sicilia: «Judici, prisidenti e avvucatti in Paradisu nun 'nni truvati» (Jueces, presidentes de tribunal y abogados, en el Paraíso no los hay); «Lu codici è fattu da li cappeddi pi jiri'n culu a coppuli» (El código está hecho por los señores con sombrero para metérselo por el culo a los pobres con boina).

La noche que Pujol renegó por tres veces de Fèlix Millet frente al Palau de la Música apenas se tenían noticias de la magnitud del saqueo del Palau ni del alcance de las salpicaduras. Por supuesto, la opinión pública aún ignoraba las relaciones de Millet con Àngel Colom y responsables de Convergència. Y también faltaban muchos meses antes de la famosa carta expiatoria del expresident. Aquella noche del Palau, Pujol salió de un acto organizado por la Unión Patronal Metalúrgica (UPM). Su presidente, Antoni Marsal, sería detenido tres años después y condenado en el 2016 a casi seis años de cárcel por saquear esta organización empresarial.

Recuerda Andrea Camilleri: «I processi sono come muluna» (los procesos judiciales son como las sandías), no se sabe qué tal son hasta que no se abren.