EL ÓRDAGO SOBERANISTA

La Generalitat desiste de ganarse a Francia para la causa independentista

Diplomáticos galos dicen que el Govern ha asumido que París nunca apoyará "una ruptura constitucional en España"

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PILAR SANTOS / MADRID

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Después de varios años intentándolo, la Generalitat se ha convencido de que París nunca apoyará "una ruptura constitucional en España" y ha dejado de hacer proselitismo ante el Gobierno francés, según explicaron diplomáticos galos en una conversación informal con la prensa.

Las autoridades catalanas, a través del Diplocat y también aprovechando todos los contactos de los principales representantes del Govern con políticos extranjeros, han intentado granjearse la comprensión de la comunidad internacional hacia el 'procés'. Francia estaba marcada en rojo en su lista de países clave. Como vecino y como miembro potente de la Unión Europea, su voz era determinante en la campaña internacional del soberanismo catalán. Sin embargo, tanto en público como en privado, los independentistas se han encontrado la negativa francesa a apoyar un referéndum ilegal.

Los dirigentes catalanes, según fuentes diplomáticas galas, intentaron vender durante varios años las bondades de una "república catalana" a los principales representantes de la república francesa, que consideran, como el propio Mariano Rajoy, que el desafío independentista es el principal reto que tiene España actualmente. "En un primer momento los responsables de la Generalitat intentaron convencernos, pero ya no insisten más. '¿Cómo van a decir que la perspectiva de una república catalana les parece mal?', nos preguntaban", cuenta uno de los altos funcionarios franceses.

LA CARTA A HOLLANDE

El 'expresident' Artur Mas llegó a mandarle una carta al presidente francés, François Hollande, a finales del 2013, en la que defendía el derecho a decidir de Catalunya. El Elíseo no consideró oportuno responder la misiva porque, como había dicho meses antes el jefe de Estado galo, no quería comentar un tema que es "interno" porque "Catalunya es una región de España". Tampoco el exprimer ministro Manuel Valls, de origen catalán, apoyó la causa cuando estuvo en el cargo (2014-2016) y llegó a advertir en una visita a Madrid de las "graves consecuencias políticas y económicas" que tendría la secesión.

La relación entre la Generalitat y el Gobierno francés también vivió otro momento de tensión en otoño pasado, cuando Francia consideró como "un gesto inamistoso" que el Parlament de Catalunya aprobara una declaración que pide el derecho de autodeterminación de los "Països Catalans", incluida la región gala de la Catalunya Nord. Según informaron en su momento fuentes diplomáticas francesas, el contenido de la resolución, apoyada por Junts pel Sí y la CUP, no les gustó y así se lo hicieron saber al Gobierno español y también al de la Generalitat directamente.

Mariano Rajoy y Hollande, que abandonará dentro de unos meses la jefatura del Estado, podrán hablar del desafío independentista catalán en la cumbre que la próxima semana se celebrará en Málaga entre los dos países, aunque no será el asunto principal, según fuentes de los dos gobiernos.

REACCIÓN DEL PDECAT

La coordinadora del PDECatMarta Pascal, afirmó tras conocer la noticia que no le consta que el Govern haya decidido tirar la toalla con Francia, informa Fidel Masreal. En rueda de prensa en la sede del partido, Pascal dijo que consideraba que era el 'conseller' de Exteriors, Raül Romeva, el que debía comentar este tema, pero subrayó que una "parte fundamental del 'procés' es la internacionalización".

"Se ha de hacer con la diplomacia 'hard' (dura), con el cuerpo diplomático, y también con la diplomacia 'soft' (suave), podemos usar todas las vías para hacer llegar nuestro mensaje y posicionamiento respecto al futuro político de Catalunya, la capacidad económica, la proyección de nuestro territorio", añadió.

Tanto Jordi Pujol como Artur Mas y también Carles Puigdemont, en diferentes momentos de la historia reciente, han admitido que han intentado ganarse la complicidad de Francia aunque siempre con el mismo pobre resultado. Pujol mimó y priorizó los contactos con el sur del país vecino y Mas no consiguió nunca ninguna reunión trascendente con las autoridades galas a partir del 2012, cuando el exlíder de Convergència Democràtica cambió de rumbo político y viró hacia la independencia. La presencia de los miembros de los Ejecutivos catalanes en los tres últimos años en París se limitan a pequeñas intervenciones y conferencias sin apenas eco en los medios.