Podemos frena la guerra interna por el riesgo de perder a las bases

Iglesias pide "perdón" y Errejón admite que Podemos necesita "madurar"

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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El pulso entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón continua, pero a partir de ahora evitarán el cruce de acusaciones en público. Ese es por lo menos el mensaje que ambos trasladaron este miércoles para poner freno a la guerra interna desatada en plena Navidad por la presunta “purga” de los pablistas en la estructura de Podemos en Madrid. Los máximos dirigentes morados tomaron la decisión conscientes del desgaste que supone para un partido que hace bandera de la nueva política asumir las viejas fórmulas de enfrentamiento entre bandos. La reacción de parte de las bases, que les ha recriminado enredarse en un fuego cruzado de críticas en lugar de tener altura de miras para ser una oposición útil, ha sido determinante.

Ni la familia pablista ni la errejonista tienen la intención de doblegarse, pero admiten que ventilar en público sus batallas les hiere a ambos. Como es imposible vaticinar a quién le pasaría más factura a las puertas del congreso estatal que celebrarán en febrero, asumen el error y dan por zanjado el intercambio de artillería en las redes sociales. El sector afín a Errejón ya adelantó el martes que no iba a seguir echando gasolina al fuego y el miércoles por la mañana Iglesias hizo público un vídeo en el que pide perdón. 

El secretario general emplea la petición de una anciana simpatizante de Podemos que les afea la disputa para reconocer el error. “Perdonadme por haceros pasar esta vergüenza”, dice Iglesias. Aún así aprovecha para lanzar una pulla velada al errejonismo: "No siempre hemos sabido distinguir la pluralidad y el debate interno de las lógicas de las familias que buscan cuotas de poder", reflexiona. Tras hacer público su mensaje a los simpatizantes, el secretario político respondió que Podemos debe estar a la altura de las circunstancias y que necesita “madurar”. Otros dirigentes afines al secretario político, como el responsable de Internacional, Pablo Bustinduy, también piden estar a la altura, pero recuerdan que el mayor tesoro del partido es, justamente, “la diversidad”. Es decir, desde ambos sectores se admite el error y se apuesta por el alto el fuego pero cada uno desde su visión.

La decisión llegó el día en que los diputados madrileños ratificaron el cese de José Manuel López como portavoz de la asamblea, destitución que desencadenó el cruce de acusaciones. Desde el errejonismo se considera una “purga”. Los pablistas atacaron a Errejón por expresar su opinión en Twitter con una campaña, #ÍñigoAsíNo, que incendió la red y acabó volviéndose en contra de Iglesias, que este miércoles acabó pidiendo disculpas. 

El cese de hostilidades no significa que los dos dirigentes vayan a concurrir juntos a su congreso, Vistalegre II. Solo indica que no van a seguir desangrándose en público. La guerra va por dentro y solo la reunión incierta entre ambos a la vuelta de vacaciones puede detenerla.