Tregua en el soberanismo

XABI BARRENA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Lo que la Audiencia Nacional resquebrajó, el Tribunal Constitucional lo ha unido de nuevo. Nada como el enemigo exterior para cohesionarse. El soberanismo inició la semana sometido a una gran tensión interna, por la detención de los cinco activistas de la izquierda independentista por la quema de unas fotos del Rey, tras un informe de oficio de los  informe de oficioMossos d’Esquadra. Entre peticiones de dimisión del ‘conseller’ de InteriorJordi Jané, por parte de unos, y un evidente malestar de los otros por considerar que la ‘desobediencia total’ de la CUP, en este punto del ‘procés’, ahuyenta de la independencia a parte del censo electoral, se ha llegado al viernes. La solidaridad alrededor de presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que ha declarado ante el TSJC por su supuesto desacato del dictado del Tribunal Constitucional, ha colocado un paño caliente sobre la herida. El independentismo vuelve a mostrarse unido poco antes de su examen casi final: los presupuestos.

Una unidad que se ha extendido más allá del independentismo, con la presencia, en la comitiva que ha acompañado a Forcadell del Parlament al Palau de Justícia, de miembros de Catalunya Sí que es Pot. No estuvo la alcaldesa Ada Colau, quien sí participó en el acto de solidaridad con la presidenta de la Cámara del jueves por la noche. Tampoco estuvo el ‘conseller’ de Justícia, Carles Mundó, en un oportuno viaje a la Vall d’Aran, quizá por aquello de interferir.Tampoco estuvieron, por problemas de agenda, los dos principales dolores de cabeza de Junts pel Sí, en el frente interno: Anna Gabriel y Benet Salellas. Y Carles Puigdemont, también por aquello de no interferir en el poder judicial, siendo máxima autoridad del Estado en Catalunya, encabezó la comitiva un trecho para después irse a su despacho. Como hizo en su día Artur Mas con Joana Ortega e Irene Rigau.

El independentismo siempre se ha hallado más cómodo en los grandes conceptos que en los menudillos. En la denuncia, por ejemplo, del socavamiento de los cimientos democráticos -la separación de poderes- por parte del Gobierno, que en explicar, por ejemplo, si los Mossos irán a buscar a independentistas o no tras la aprobación de la llamada ley de desconexión. Y en esa lectura cabe decir que ha sido un buen día para el secesionismo.

“Lo volvería a hacer” ha afirmado firme y desafiante Carme Forcadell tras prestar declaración. Recuérdense los hechos. La ponencia del proceso constituyente, creada por la mayoría parlamentaria que dieron las urnas el 27-S, elabora unas conclusiones. El TC exige, por primera vez con antelación, que dichas conclusiones no se debatan y voten en el pleno del Parlament. Junts pel Sí y la CUP, acogiéndose al reglamento, piden su inclusión en el orden del día. Forcadell acepta. Y se vota. Pasados cinco meses, Forcadell no dio muestras de contricción y sí el pleno convencimiento de haber obrado correctamente, en defensa de la libertad de expresión y de la soberanía popular, es decir, del propio Parlament. Y una advertencia a quien corresponda: “Ningún tribunal impedirá que en el Parlament se debata sobre la independencia de Catalunya”.

Para la segunda autoridad catalana, lo que está en juego, con la querella contra la presidenta de un parlamento, es “la democracia”, pero no porque ella se sitúe “por encima de la ley”, ha aclarado, sino porque es “inconcebible que en un estado democrático se ataque por la vía penal el debate de las ideas”.

TREGUA NAVIDEÑA

La ‘pax’ independentista debería alargarse, como mínimo, hasta enero. Aunque la semana que viene hay dos citas que pueden torcerla. El martes se debate y se vota, en el Parlament, la admisión a trámite de los presupuestos del 2017. La CUP ya ha avanzado su apoyo en este primer paso de las cuentas. Y el viernes, se supone que con la admisión a trámite de las cuentas en el bolsillo del Govern, se celebrará la cumbre sobre el referéndum, donde el papel que deben de jugar los Mossos en la cita con las urnas estará, a buen seguro sobre la mesa.

La aranesa Mireia Boya (CUP) ha subrayado que sí, que la unidad de este viernes demuestra que “habrá referéndum y que la Constitución del 78 está muerta”, y que los anticapitalistas habían querido acompañar a Forcadell.  Pero, también ha deslizado que a su partido le gustaría recibir “el mismo apoyo cuando los que declaran” son de la CUP. Los paños calientes proporcionan bienestar, pero no cierran heridas.

Otro asunto que a buen seguro se abordará en la cumbre es la repercusión internacional del procés. Y el ‘caso Forcadell’ ha roto, si bien tímidamente, el muro de indiferencia pública (el soberanismo apunta que puertas adentro hay mucho interés) que hasta ahora ha rodeado al ‘procés’ en el exterior. De ello se ha jactado la presidenta del Parlament , quien ha asegurado que corren vientos preocupacion en las cancillerías europeas “por la deriva judiciliciadora” del Gobierno español.