LA ESTABILIDAD DEL EJECUTIVO CATALÁN

Junts pel Sí y CUP: una ruta, dos caminos

Puigdemont y Gabriel

Puigdemont y Gabriel / periodico

FIDEL MASREAL / XABI BARRENA / BARCELONA

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Junts pel Sí y la CUP asumen con resignación que hoy por hoy la estrategia de unos y otros para ampliar la base social del soberanismo es radicalmente divergente. Mientras los anticapitalistas acusan al Govern de ser incapaz de actuar en fase preconstituyente y pensando en la necesidad de desobedecer, el Govern reprocha a sus socios que quemando fotos del rey y provocando acciones judiciales se va en dirección contraria a la necesaria "unidad, coherencia y seriedad" del proceso que algún día se bautizó como la revolución de las sonrisas. Y no sólo eso sino que, en palabras de un 'conseller', el soberanismo va perdiendo apoyos.

La CUP sigue desconfiando de lo esencial: de la voluntad del Ejecutivo de llevar a Catalunya a la independencia. Se fijan en la trayectoria política del 'conseller' de Interior, Jordi Jané (del que cuestionan su independentismo), y del jefe político de los Mossos, Albert Batlle, para subrayar que ni uno ni otro están por la labor de actuar en favor del proceso y de las desobediencias que defienden los anticapitalistas. La tesis 'cupera' es que si en un operativo policial por la Diada los jefes políticos de los Mossos son incapaces de diseñar un perímetro amplio pendientes de la ultraderecha o de la amenaza yihadista, en lugar de estar pendientes de las habituales quemas de fotos del rey en la concentración de la izquierda radical, poco se podrá esperar nada de ellos cuando el proceso soberanista entre en momentos mucho más tensos respecto a la legalidad estatal.

La CUP sigue convencida que la única manera de ampliar el apoyo a la independencia es centrando por un lado el foco en lo social y, por otra parte, desobedecer las estructuras del Estado español. Para ello buscaron el amparo de resoluciones como la del 9 de noviembre del 2015, que decretaba que las decisiones del Tribunal Constitucional ya no eran de obligado cumplimiento en Catalunya. Una declaración que contó con el apoyo de JxSí, algo que enojó a no pocos dirigentes moderados de la antigua Convergencia.

EL GOVERN, EN LAS ANTÍPODAS DE LOS 'CUPAIRES'

Frente a estas tesis, los dos socios del Govern, el PDECat y ERC coinciden en esta ocasión sin fisuras: el proceso soberanista gana más adeptos si se distancia del 'agit-prop' propio del independentismo de los años 80. 

Los republicanos intentan, desde años, con varios artículos de Oriol Junqueras en este diario defendiendo la oficialidad del castellano en una Catalunya independiente, llevar el debate lejos del terreno de las cuestiones simbólicas. El rescate público de las autopistas radiales de Madrid, o los 80 kilómetros construidos de vía en las Cercanías de la capital, cuando el gasto en infrastructuras en catalunyaLas radiales madrileñas, rescatadas con el dinero público son el ejemplo perfecto que queda oculto tras fotos del jefe de Estado o, hace unas semanas, 'estelades'. 

No es sólo que los 'consellers' de ERC hayan cerrado filas con Jané, es que genera irritación en el entorno del 'conseller' que se cuestione su perfil soberanista por haber sido uno de los diputados del Congreso con mayor conocimiento del marco jurídico y legal.

El Govern se resigna a mantener como socio a la CUP entre otras razones porque de los anticapitalistas depende la aprobación de los presupuestos, porque no existe alternativa y porque el camino soberanista está en un momento ya decisivo del recorrido, a las puertas del año clave del posible referéndum. Un camino que genera incertidumbres en privado pero que ya no puede desandarse.

Lo que irrita y genera pesimismo entre los 'consellers' es la estrategia de los anticapitalistas de forzar la legalidad. "No ayuda a avanzar con serenidad" e "introduce crispación", denuncia un miembro del Govern. "Buscan la provocación", añade.La conclusión en el Ejecutivo de Puigdemont es que con acciones como la de esta semana no se logrará "crear las condiciones para avanzar en el proceso con la máxima unidad, coherencia y seriedad". A todo ello añaden que si un área del Govern ha de dar imagen de certidumbre y seguridad es Interior.

En un mensaje que puede leerse en clave interna ante la desazón en el PDECat, este jueves Puigdemont ha marcado distancias con la estrategia de la desobediencia de la CUP ("no es la nuestra, no la compartimos, saben las consecuencias que tiene") y ha defendido "hacer las cosas bien hechas". También en lo que puede ser una respuesta a las incertidumbres internas, Puigdemont apunta que la estabilidad está garantizada.

LOS PRESUPUESTOS COMO PRUEBA

Con este mensaje, el 'president' sostiene que cuenta con el sí de la CUP a los presupuestos. Y es que el Ejecutivo tan sólo puede aferrarse al apoyo recibido por la CUP en el debate de la cuestión de confianza y el debate de política general. En el primero de ambos, Puigdemont apeló a generar una "cadena de confianzas" entre los socios del proceso. Sin embargo, es evidente que la cadena se mantiene hoy por hoy por la necesidad de comprobar si es posible celebrar el prometido referéndum. Para todo lo demás, las visiones no son distintas sino radicalmente opuestas. Y cada vez se esfuerzan menos, unos y otros, en disimularlo.

Preguntado un dirigente republicano si confiaba en la aprobación de las cuentas, este se encoge de hombros: "Si se salva la admisión a trámite quedará la aprobación en comisión de cada uno de los presupuestos de cada 'conselleria', solo que falle una se acaba el juego", asevera. "Y, evidentemente, luego está sacar adelante la aprobación en el pleno de febrero". El referéndum, pues, queda al final de la cuesta de enero y de febrero.