38º ANIVERSARIO DE LA CARTA MAGNA

Magno postureo por el 6-D

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Se conmemora este año el 38º aniversario de la aprobación de la Constitución en referéndum y, a falta de un intercambio de ideas de fondo, el soberanismo y el antisoberanismo catalanes se han dedicado este martes a competir en una política de gestos simbólicos y manifestaciones de rechazo o adhesión a la llamada Carta Magna. Todo ello esta vez sin alterar la ley y con la mirada conciliadora del nuevo delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo.

Y es que lo más significativo del nuevo gesto de protesta independentista en esta ocasión ha sido su contenido totalmente inocuo en términos legales. Los 350 ayuntamientos en los que concejales soberanistas dicen haber ido a trabajar (según datos de la Associació de Municipis per la IndependènciaAssociació de Municipis per la Independència) contrastan con la máxima institución, el Govern, que ha cumplido con la ley y ha evitado reunir al Consell Executiu como cada martes. Eso sí, el vicepresidente y 'conseller' Oriol Junqueras y la 'consellera' de Afers Socials, Dolors Bassa, han protestado visitando una residencia geriátrica. Nada que requiera del concurso de los funcionarios, los que realmente pueden tener problemas si trabajan este martes cara al público.

Uno de los municipios con protesta gestual ha sido el de Badalona. Tras sufrir la actuación judicial por la intención de abrir las puertas durante el Doce de octubre, y desobedecer explícitamente un requerimiento en este sentido, este 6-D los concejales y la alcaldesa de Guanyem Badalona en Comú han acudido al ayuntamiento a trabajar. Es decir, a reunirse entre ellos sin mediación de funcionarios. Una foto que se ha repetido en numerosos casos, como Barcelona, donde concejales de ERC y la CUP, así como el primer teniente de alcalde, de Barcelona en Comú, Gerardo Pisarelo, han acudido a su lugar de trabajo. O Girona, donde la alcaldesa y los concejales del PDC, ERC y la CUP han tomado café juntos y han entrado en el ayuntamiento.

Celrà, pueblo de 5.000 habitantes gobernado por la CUP, se ha convertido en el epicentro del simbolismo. Hasta allí ha acudido la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, a presidir un acto de cambio de nombre a la plaza de la Constitución, rebautizada como plaza Maria Mercè Marçal. Forcadell ha defendido la "soberanía municipal y los derechos de los concejales y alcaldes a trabajar". No ha hablado de los funcionarios. Según la CUP de Celrà, cuatro de los 30 trabajadores públicos sí han trabajado.

EL DELEGADO, COMEDIDO

El delegado del Gobierno en Catalunya se ha movido en la prudencia y apelando a la "responsabilidad". A diferencia de su predecesora, Millo no ha activado ningún mecanismo de presión o denuncia. Entre otras razones porque, según ha detallado, los ayuntamientos este martes no disponían de ningún "servicio habitual y ordinario" abierto al público. La protesta de los concejales no implicaba atención a la ciudadanía. Con todo, si se comprobara lo contrario, el delegado no descartaba tomar medidas.

LOS QUE SÍ LO HAN CELEBRADO

También se han dado casos curiosos, como la protesta de la CUP en Mataró. Al acudir al ayuntamiento, denuncian, se han encontrado el edificio cerrado. Cerrado por festivo. Mucho menos curioso y más polémico es lo sucedido en Rubí. El ayuntamiento socialista, envuelto en una polémica por transfuguismo, ha decidido conmemorar la Constitución en la plaza del ayuntamiento, leyendo fragmentos de la Carta Magna. Una protesta de la CUP y de la JNC ha irrumpido con una sonora protesta, incluyendo la quema de un ejemplar de la Constitución.

No han tenido problema alguno ni Ciutadans ni Societat Civil Catalana (SCC) en sus actos en favor de la Constitución. En L'Hospitalet de Llobregat (donde la sede de C's ha sido reiteradamente atacada en los últimos meses), la jefa de la oposición en el Parlament, Inés Arrimadas, ha atacado a quienes rechazan la Carta Magna por no creer "en la libertad, la igualdad ni la solidaridad". La entidad D'Espanya i Catalans apenas ha reunido a unas 200 personas en una manifestación en Barcelona.