El PP burla el veto de la oposición a Jorge Fernández Díaz

IOLANDA MÁRMOL / PILAR SANTOS / MADRID

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El PP ha encontrado finalmente acomodo a Jorge Fernández Díaz en el Congreso. Ante el veto de la oposición (al final también del PSOE) para que el exministro ocupara las presidencias de las comisiones de Exteriores y del Tribunal de Cuentas, los populares le han buscado una para la que no es necesaria la votación de los otros grupos: la Comisión de Peticiones. El principal puesto de este órgano, al igual que pasa en el del Estatuto del Diputado, recaen directamente al grupo parlamentario mayoritario, en este caso, el del PP. 

El exministro del Interior debía ser nombrado este mismo miércoles presidente de la Comisión de Exteriores, pero toda la oposición se opuso por considerar que un político reprobado por el Congreso por la llamada 'Operación Cataluña', y que deberá pasar por una comisión de investigación para esclarecer su actuación al frente de Interior, no es digno de ocupar ese asiento. Sin embargo, los conservadores han conseguido burlar el muro levantado por todos los grupos y le han hallado un hueco a un político que es amigo desde hace décadas de Mariano Rajoy. 

Esta comisión recibe peticiones individuales o colectivas, con ruegos de cualquier tipo, y las remite al organismo correspondiente (al Defensor del Pueblo, al Senado, al Ministerio Fiscal, a un ayuntamiento determinado...). Una tarea que, hasta ahora al menos, había pasado desapercibida. Hasta el miércoles por la tarde, la presidenta era la gallega Pilar Rojo, cuyo relevo fue comunicado por el grupo parlamentario del PP antes de que cerrara el registro.

PRESIÓN DEL PARTIDO MORADO

La maniobra de presión para impedir que Fernández Díaz acabara en la presidencia de la Comisión de Exteriores la inició el martes Podemos y, horas después, se unió el PSOE. Los morados intentaron que los populares propusieran un candidato alternativo, pero la respuesta fue un 'no' rotundo. Pidieron entonces a los socialistas que fuesen ellos los que postulasen a alguien y se comprometieron a apoyarlo. El portavoz podemista, Íñigo Errejón, conversó con su homólogo en el PSOE, Antonio Hernando, y la respuesta también fue negativa. El PSOE anunció que votaría en blanco.

Los morados decidieron entonces forzar a los socialistas a moverse: advirtieron de que si el PP mantenía a Fernández Díaz y el PSOE no proponía candidato alternativo, serían ellos los que postulasen a uno de sus dirigentes. En la votación, los grupos quedarían retratados al tener que decidir entre Fernández Díaz o Pablo Bustinduy, el reponsable de Internacional de Podemos, un perfil de elevada reputación que cuenta con el respeto de todos los grupos. Con esa espada sobrevolando, los socialistas movieron ficha.

IMPOSIBLE VOTAR 'NO'

El PSOE pasó al ataque para presionar al PP y forzarle, ahora sí, a que eligieran a otro dirigente en lugar de Fernández Díaz. En esas conversaciones el PSOE se mostró dispuesto a presentar un candidato alternativo, con el compromiso de que si salía elegido y los populares retiraban al exministro, el socialista dimitiría de inmediato para permitir a los conservadores mantener la presidencia de la Comisión de Exteriores.

En declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso, Fernández Díaz acusó el miércoles por la mañana a los socialistas de incumplir el pacto sobre el reparto de las comisiones y juzgó la actitud del PSOE de "gravísima". "Un partido serio cumple los pactos", insistió al tiempo que mostró su disposición a acatar lo que decidiera su grupo parlamentario: "Haré lo que me pida. No estoy para hacer de esto una cuestión personal ni para crear problema alguno", dijo.

En cualquier caso, las presiones de Podemos y el PSOE permitieron que los populares aceptasen un aplazamiento, que fue suscrito por el resto de grupos con representación en la comisión. Los más optimistas confiaban en que el PP planteara un candidato de consenso, pero horas después esa esperanza se desvaneció al saberse que lo recolocaba en Peticiones.

MÁS SUELDO QUE DE MINISTRO

En la reunión de la Comisión de Exteriores hubo cruces de acusaciones intensos. El portavoz del PP, José Ramón García Hernández, negó que fueran a proponer otro nombre y comparó la actuación de la oposición con "asesinos" y "escorpiones que inoculan veneno".

Con este nuevo cargo, Fernández Díaz cobrará más que como ministro. El extitular de Interior percibirá 14 pagas de 6.069,04 euros cada una. Es decir, 84.966,56 euros al año. En su etapa como ministro, cobró 76.478,06 en el 2015 y 68.981 euros en años anteriores, cuando el Gobierno se bajó el sueldo en una cantidad equivalente a una paga extra, informa Rafa Julve.