elecciones internas

Podemos en su encrucijada

Las primarias del partido morado en Madrid dirimen el pulso entre Iglesias y Errejón para ganar poder e imponer una revisión ideológica que eclipsa la decepción del 26-J

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en sus escaños del Congreso.

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en sus escaños del Congreso. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Pablo Iglesias e Íñigo Errejón salieron abatidos de la noche electoral el 26-J.26-J. La decepción dio paso al nerviosismo y al temor de quién iba a pagar los platos rotos de un augurado ‘sorpasso’ al PSOE que no llegó. La inquietud abrió un doloroso enfrentamiento entre los dirigentes afines a ambas facciones, pero los líderes dieron enseguida consignas para enterrar la disputa de las culpas. Agitaron, entonces, un nuevo debate ideológico que ha eclipsado las responsabilidades de lo que no se logró en las elecciones, que aleja a Podemos del pasado, del qué se hizo mal, y lo sitúa en una disyuntiva crucial cuya primera elección llega este viernes con los resultados de unas primarias en Madrid que han sido tuteladas por los equipos de los dos dirigentes estatales. Esta pugna, admiten, determinará en gran medida las posibilidades de las dos grandes familias moradas en la Asamblea Ciudadana (Vistalegre II) prevista para principio de 2017. 

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¿Se trata de una instrumentalización de la ideología? ¿Buscan con el cambio doctrinal sublimar las culpas por el 26-J y ganar el poder orgánico? A tenor de los acontecimientos, los tres elementos se mezclan en una maraña difícilmente desentrañable. 

Por el momento, ni Iglesias ni Errejón conciben un Podemos sin el otro. Sin embargo, tienen proyectos distintos. Apoyos distintos en la estructura orgánica. Y respaldos distintos en una militancia heterogénea y aparentemente tan confundida con el cambio de referentes doctrinarios que el resultado de las primarias en Madrid parece una lotería.

HUIR DE LA MOQUETA O POLÍTICA SALVAJE

Si este viernes gana Ramón Espinar, vencerá la tesis de Iglesias: Podemos debe emprender un repliegue resistencialista radical que se apoye más en la indignación y en las oleadas de protestas sociales, el contexto de excepcionalidad con el que el partido nació tras el 15-M . Augura que las movilizaciones se recrudecerán con la vuelta de Mariano Rajoy y que los dirigentes tienen que mostrar más rebeldía para no terminar atrapados en las moquetas de las instituciones. 

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Si gana Rita Maestre, esa victoria dará fuerza a Errejón para luchar contra esa concepción e intentar que se imponga la “guerra del cerco”: hacer un trabajo parlamentario impecable que despierte más confianzas y permita abrir el abanico del electorado. Opinan que la posición de Iglesias es una deriva hacia la vieja izquierda que les arrincona en el tablero político y les etiqueta como la “política salvaje” frente a los partidos constitucionalistas del orden. Desde ahí, sostienen, nunca serán mayoría ni tendrán opción de gobierno, como jamás la tuvo IU.

¿Significa esto que, si gana Maestre, Errejón podría arrebatar la secretaría general a Iglesias? No. El número dos quiere coser las discrepancias con él, pero como no le ha convencido a través del debate, necesitaría vencer en Madrid para forzar al jefe a cierta recapitulación intelectual y orgánica. Es decir, llegar a un consenso sobre cómo debe ser el nuevo Podemos y presentarse en la misma candidatura a Vistalegre II, con una lista de dirigentes equilibrada.  Propios y ajenos reconocen que la elevada tensión dificulta cada vez más esta posibilidad, pero recuerdan, también, que en Podemos todo es posible. O casi.

Los pablistas, en cambio, opinan que una victoria de Espinar reforzaría el liderazgo de Iglesias y sugieren en conversaciones informales que no sería fácil encontrar encaje para los errejonistas. “Errejón es imprescindible, no hay un Podemos sin él”, admiten, pero son renuentes a acoger en las listas a dirigentes del entorno errejonista.

EL CONTRAPESO DE LOS 'ANTICAPIS'

Los anticapitalistas son la tercera familia (de menor peso), y en el primer Vistalegre se enfrentaron (y perdieron) contra la lista conjunta de Iglesias y Errejón. En Madrid han sumado fuerzas con Espinar, en parte porque observan el viraje doctrinal de Iglesias como una vuelta a sus orígenes en el PCE y el alejamiento de las tesis populistas de Errejón, que nunca les han gustado.

Aún así, advierten que si Iglesias les quiere como aliados en Vistalegre II, tendrá que aceptar sus condiciones, que pasan fundamentalmente por una estructura menos vertical, con una severa limitación del poder para el secretario general. ¿Estaría dispuesto Iglesias a ceder competencias a cambio de mantenerse al frente de Podemos?