Podemos suspende a la presidenta del Parlamento balear por un presunto amaño

Txelo Huertas y dos dirigentes habrían tratado de beneficiarse de un convenio del Govern con un laboratorio

Pablo Echenique comparece en rueda de prensa tras la ejecutiva.

Pablo Echenique comparece en rueda de prensa tras la ejecutiva. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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La ejecutiva de Podemos ha suspendido cautelarmente y ha abierto expediente disciplinario a tres dirigentes baleares por la presunta utilización de sus cargos orgánicos en beneficio propio. La decisión la ha tomado este lunes la cúpula y ahora el caso será analizado de inmediato por la Comisión de Garantías que determinará si la sanción es definitiva y, en todo caso, podría expulsarles del partido. 

Los suspendidos son Txelo Huertas, la presidenta del Parlamento balear; Montserrat Seijas, diputada, y Daniel Bachiller, consejero autonómico. Según ha explicado el secretario de organización, Pablo Echenique, los tres intentaron presuntamente amañar un convenio con un laboratorio dirigido por Bachiller utilizando sus cargos en la dirección del partido en Baleares

"Se han detectado indicios de que presuntamente han hecho uso de su posición como cargos públicos para avanzar intereses personales con la firma de un convenio entre el Gobierno balear y el laboratorio científico que dirige esta persona", ha anunciado Echenique.

Se da la circunstancia de que Bachiller participó en las negociaciones con la presidenta balear Francina Armengol (PSOE). El pasado mes de septiembre el partido ya lo apartó de la negociación de los presupuestos autonómicos.

DEL ESCAÑO "YA HABLAREMOS"

Huertas ha hecho declaraciones por la tarde a las puertas de su despacho para advertir: "Una cosa es dejar la presidencia y otra, dejar el Parlament". En una comparecencia improvisada, preguntada sobre qué hará en caso de no recibir el apoyo del partido, ha recalcado: "Por supuesto, presentaría la dimisión. A diferencia de otros no tengo apego este puesto. De dejar el acta de diputada ya hablaremos". 

Además, ha negado cualquier irregularidad y ha atribuido las acusaciones a "los celos, la envidia y la testosterona" de compañeros de la dirección balear de Podemos por la "visibilidad" que ella tiene como presidenta del Parlament. Y se ha quejado de las formas: "El partido no me ha comunicado absolutamente nada. Pensaba que éramos un poco caóticos, pero no tanto".