LA ESTABILIDAD DEL EJECUTIVO CATALÁN

La fiscalidad abre la primera brecha en el frente pro-referéndum

Artur Mas atiende a los medios en la manifestación de Barcelona.

Artur Mas atiende a los medios en la manifestación de Barcelona. / periodico

XABIER BARRENA / FIDEL MASREAL / BARCELONA

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La felicidad referendista ha durado exactamente cinco días. Los que distan del apoyo de la CUP a Carles Puigdemont, en la cuestión de confianza, a las palabras de Artur Mas, el martes en Catalunya Ràdio. El ‘expresident’, y líder del Partit Demòcrata Europeu Català (PDECat), de gira mediática por aquello de la petición de 10 años de inhabilitación a cuenta del 9-N abrió un melón que muchos daban por descontado que no se serviría hasta que pasase el debate de política general de esta semana, el de la fiscalidad. Mas, pues, ha decidido llevar la iniciativa y ha sido mucho más que tajante al aseverar que Catalunya ya soporta "los impuestos más altos de todo el Estado", por lo que no hay que subirlos todavía más por el simple hecho de que a la CUP eso "se le pase por la cabeza". "No podemos convertir Catalunya en un país de hiperpresión fiscal", ha subrayado el 'expresident'.

El debate sobre la fiscalidad ya generó tensión entre CDC y ERC y entre el Govern y la CUP en la negociación del proyecto presupuestario del 2016, que acabó embarrancando. En ese momento, la CUP reclamaba una subida de impuestos a las rentas más altas, una opción que Oriol Junqueras estaba dispuesto a estudiar pero a la que se opuso frontalmente CDC. Según Mas, la creación de nuevas estructuras de Estado "no justifica" una subida de impuestos, porque "se puede llevar a cabo" con la actual presión fiscal. La portavoz del Govern, y vicepresidenta del PDECat, Neus Munté, ha hecho suyas las palabras de Mas. Tan sólo tres horas después, el portavoz adjunto de Junts pel Sí, Roger Torrent (ERC), ha sido mucho más comedido y ha señalado que "en el marco del debate presupuestario se pueda hablar también de política fiscal y escuchar las propuestas no sólo de la cup sino de todos los grupos parlamentarios”.

La respuesta de la CUP no se ha hecho esperar y el jueves someterá a votación una propuesta de resolución en que propone al Govern "modificar el límite del tramo alto" del IRPF.  La CUP pide hacer el IRPF más progresivo "añadiendo nuevos tramos o modificando los ya existentes y sus límites por la parte superior y reduciendo las deducciones existentes". Además, solicita "eliminar el mínimo exento" del impuesto de patrimonio y devolver el impuesto de sucesiones y donaciones a la regulación de 2008, realizada por el segundo Govern tripartito, es decir, recuperarlo. Sobre estas concreciones, Torrent también tendía la mano; "Siempre leemos con atención las propuestas de los grupos, especialmente de los que comparten con nosotros sensibilidad social y estabilidad parlamentaria”.

ENCUESTA DE AGOSTO

Los anticapitalistas echan mano de la encuesta del CEO del mes de agosto en la que un 76,8% de los catalanes- y un 84,7% de los votantes de Junts pel Sí- se muestran favorables a que la Generalitat aumentara los impuestos a los que más ingresan o más patrimonio disponen- para afirmar que “el Govern tarde o temprano tendrá que afrontar ese debate”.

Y a todo esto, ¿qué dice ERC? Nada. Fuentes republicanas han indicado que no entrarán en el debate por cuanto su intervención contribuiría a empeorar las cosas y remiten a la hemeroteca para saber qué opina el partido . Es decir, se muestra favorable a rebajar la presión de las clases medias mediante la reducción de impuestos a los tramos inferiores del IRPF y el aumento, para compensar, de las altas. Fuentes de la ‘conselleria’ de Economía han aseverado que estaban a la espera de conocer las propuestas de la CUP sobre fiscalidad. “No quisieron abordarlas hasta verse con Puigdemont”, hace un mes, y después “la cuestión de confianza centró la atención de todos”, ha señalado, conciliadora, una voz de Economia.

JUNTS PEL SÍ NEGOCIA A DOS BANDAS

La discrepancia sobre fiscalidad desdibuja la voluntad de pacto a dos bandas con la que Junts pel Sí trata de encarar el debate de política general que comienza este miércoles en el Parlament. El grupo del Govern negocia con la CUP una resolución para concretar el referéndum anunciado por Puigdemont para dentro de un año. Los anticapitalistas lo quieren adelantar: antes de julio del año próximo y no en septiembre. Pero JxSí quiere ser más discreta en los detalles, y negocia con Catalunya Sí que es Pot una votación conjunta sobre la (enésima) invitación al Estado a pactar la consulta, y también sobre el proceso constituyente. En paralelo, Puigdemont prepara una intervención inicial más bien técnica para demostrar la vocación social del Govern, con medidas como el llamado plan de choque y propuestas de resolución de su grupo como la que lanza una nueva promesa sobre la renta mínima de inserción: volver al nivel de cobertura que tenía en el 2011 antes del tijeretazo severo que le infringió el Govern de Mas.