La 'vía Puigdemont'

‘Piano piano si arriva lontano’. El dicho italiano parece inspirar la estrategia de Carles Puigdemont, quien ha confundido a más de un propio tras sus enigmáticas declaraciones sobre la estrategia a seguir para desbloquear el conflicto abierto con el Estado. ¿Y cómo pretende el presidente de la Generalitat llegar lejos? Pues, calendario en mano, el primer reto --a priori salvado tras anunciarse el apoyo de los diputados de la CUP-- es superar la cuestión de confianza, fijada para el próximo día 28. Revestido de la solemnidad del Parlament y consciente de la atención mediática que despertará la sesión, aprovechará su discurso para reiterar su predisposición a pactar una fecha y una pregunta. Es el mismo mensaje que ha trasladado en privado a dirigentes tanto del PP, como del PSOE y Ciudadanos. El resultado de su propuesta está cantado.

Entre los motivos por los que España no tiene un gobierno es evidente que el principal es el desafío soberanista planteado por la antigua Convergència y ERC. Su apuesta por la independencia les ha expulsado de los juegos de alianzas pese a que en el caso del partido de Puigdemont también se ha hecho llegar el mensaje a los socialistas de que podría buscarse una fórmula intermedia, léase una comisión en el Congreso, en la que se abordaría el futuro encaje de Catalunya. Francesc Homs lanzó esta propuesta en campaña electoral, pero al otro lado nadie recogió el guante.

La siguiente cita en la agenda inmediata es el debate de política general, previsto para los días 5 y 6 de octubre. El Govern es consciente de que sus socios de la CUP querrán marcar perfil propio y por lo tanto la duda es cuántas resoluciones podrán pactarse con los anticapitalistas. Las negociaciones para intentar acordar el presupuesto de la Generalitat ya han empezado y para esa fecha todavía no habrán culminado. El Ejecutivo se ha fijado como plazo el 31 de octubre para que hayan sido aprobados por el Consell Executiu y enviados a la Cámara catalana.

EVITAR EL PORTAZO

La CUP mantiene conversaciones desde hace un par de semanas con el departamento de Economía y fuentes cercanas al 'president' aseguran que esta vez, a diferencia de la anterior negociación, Puigdemont está siguiéndolas de cerca para no encontrarse en el último momento con otro portazo de sus socios. Fuentes del Govern explican que el mensaje que les trasladan los parlamentarios de la CUP es que no habrá enmienda a la totalidad, lo que significa que las cuentas se podrán tramitar. Otra cosa es que, como también asumen en el Ejecutivo, en las próximas semanas se reabrirá el debate sobre la fiscalidad. Sí, prepárense para asistir a la discusión sobre porcentajes de IRPF y cargas a las rentas más altas. Una controversia en la que el Partit Demòcrata y Esquerra tienen posiciones distintas, y más si el debate les pilla a las puertas de unas elecciones (un horizonte probable puesto que la amenaza de unas terceras generales cada vez se atisba más cerca).

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El Govern confía en que, pese al ruido asegurado, conseguirá sacar adelante los presupuestos. Si no fuese así lo que se avecinaría son también unas elecciones autonómicas. Si logra aprobar las cuentas, el siguiente 'round', este en clave interna, será aclarar cómo concurrir a las generales si estas se acaban celebrando en diciembre. ERC se resistirá a que se plantee otra vez la pugna por la lista única y en el PDC algunos reconocen que Homs no tiene asegurada la continuidad como cabeza de lista. Aún escuece la gestión que hizo de su extraña táctica para la elección de la Mesa del Congreso, en la que votos de los diputados nacionalistas fueron a parar al saco del PP. Eso sí, a Homs puede salvarle el protagonismo que tendrá en tanto que 'mártir' del 'procés', como se evidenciará este lunes cuando declare ante el Supremo por haber participado en la organización de la consulta del 9-N. 

EL PRÓXIMO AÑO

Situado ya en el 2017, el propósito de Puigdemont es, diga lo que diga el Gobierno central que haya, formalizar la convocatoria de un referéndum, el famoso RUI. Pero, atención, convocarlo no es sinónimo de celebrarlo. El 'president' quiere escuchar a las entidades soberanistas antes de tomar una decisión y, como asumen también en el Govern, el papel que quiera jugar el 'colauismo' se tendrá también en cuenta. Si la alcaldesa de Barcelona, inmersa junto a Xavier Domènech en la construcción de un nuevo partido, está dispuesta a apoyar el anuncio de la consulta aunque esta no tenga reconocimiento alguno.

A fecha de hoy, el RUI provoca tal división que la lógica llevaría a pensar que esta opción no pasará del anuncio. A partir de ahí, y aprobadas las leyes de desconexión, Catalunya volverá a las urnas.