TENSIONES EN LAS FILAS MORADAS

Podemos cambia de etiquetas

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón.

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Malasaña versus Vallecas. Posmodernos frente a obreristas. Vetusta Morla o Los Chikos del Maíz. Las etiquetas han funcionado bien en Podemos para sintetizar las dos identidades que laten en un partido que se fue fragmentando con el distanciamiento entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Los dirigentes se alinearon en torno a sus figuras y surgieron dos familias que, más allá de las divergencias políticas y estratégicas, se enconaron en dos bandos con una relación personal tan deficiente que ha esclerotizado el funcionamiento de la estructura morada. Ese malestar se percibía en las bases y desde ambos lados reconocen que es una de las causas de la desilusión entre la militancia.   

Esas dos almas parecían irreconciliables y lanzadas a un pulso de poder en el que los ‘errejonistas’, rodeado por los intelectuales del partido, tenían todos los números para perder, frente a un Iglesias amparado por la elevada potestad de decisión que le permite el cargo de secretario general. Algunas de esas determinaciones, como la destitución fulminante del brazo derecho de Errejón, Sergio Pascual, alimentaron las rencillas y el olor a tierra quemada.

TRASVASES DE DIRIGENTES

Y sin embargo. Esas fronteras perfectamente definidas para cualquiera que conozca la vida interna de Podemos han empezado a desdibujarse con un trasvase de dirigentes que ha invalidado las etiquetas que hasta ahora permitían entender todo lo que ocurría en el partido. El ‘errejonismo’ ha logrado, discretamente, seducir a personas de la confianza de Iglesias, para sorpresa del líder. Se han integrado en una candidatura para el congreso del partido en Madrid, Adelante Podemos, que encabeza Rita Maestre ('errejonista' y portavoz en el ayuntamiento de la capital) y Tania Sánchez, exdirigente de IU que aterrizó en Podemos del lado del número uno. Verlas juntas, en el mismo proyecto, disputando el liderazgo  a los oficialistas es una sacudida en el orden establecido y demuestra que el equilibrio de poder interno cambia. No solo eso.

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Las bases moradas, decepcionadas por la frustración de no lograr el ansiado 'sorpasso' al PSOE el 26-J, parecen reaccionar en positivo con la recuperación de cierta ilusión que se detecta en redes sociales y el trabajo en los barrios. Desde Adelante Podemos subrayan lo importante del 'fair play' y eluden toda visión belicista. Iglesias, sin embargo, envió un aviso a navegantes este sábado. "A veces, para decir determinadas cosas hay que sonar duro", continuó, "digo a la gente de los círculos: no nos vamos a dejar domesticar".

EXCESO DE AUTORIDAD

El secretario general pierde a gente valiosa, como el ‘número 2’ de Madrid, Miguel Vila, y otras personas significativas en la estructura de la formación que son menos visibles, pero solventes. ¿Creen súbitamente en las tesis ideológicas de Errejón? No es ese el motivo del acercamiento, sino que discrepan de las formas organizativas del líder y su equipo. Consideran que actúan con “autoritarismo” y que leen cualquier disenso “como una traición”.  

Iglesias está dolido en lo personal y en lo político. La situación le deja con menos apoyos, rodeado por un reducido núcleo de colaboradores y con la necesidad de fiar la lista que competirá con Rita Maestre a dirigentes que no ha sentido especialmente cerca. Los que se han resignificado hacia el sector 'errejonista' lamentan que les hayan llovido críticas usando claves personales y argumentos machistas, que, sospechan, pueden estar alimentadas para tratar de echar tierra sobre una candidatura que, si gana, puede preconfigurar un nuevo mapa de poder en Podemos.