CAMINO DE LA INVESTIDURA

El repliegue de Sánchez

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, el pasado 13 de julio en el Congreso.

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, el pasado 13 de julio en el Congreso. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“Se acabó la presión”, dijo el pasado martes un destacado dirigente del PSOE. El hemiciclo acababa de elegir a los integrantes de la Mesa del Congreso de los Diputados (presidente, vicepresidentes y secretarios), y los nacionalistas catalanes y vascos habían prestado votos al PP y a Ciudadanos para blindar a sus candidatos. Los socialistas vieron cómo su aspirante a presidir la Cámara baja, Patxi López, había sido derrotado por Ana Pastor, pero el resultado de la votación también vino a demostrar que no era del todo imposible lo que ellos defendían desde los comicios del pasado 26 de junio. Presionado para facilitar mediante su abstención la continuidad de Mariano Rajoy en la Moncloa, Pedro Sánchez, que como el resto de los principales líderes se verá con el Rey el próximo jueves, lleva semanas insistiendo en que el presidente en funciones debe asegurarse su reelección con sus “afines ideológicos”, grupo en el que el secretario general del PSOE incluye a CDC y al PNV.

Los socialistas han estado bastante menos presionados a raíz de la constitución del Parlamento. El foco se ha desplazado a los nacionalistas catalanes y vascos como potenciales aliados en la investidura de Rajoy, un rol que ambos niegan con vehemencia. Aun así, la frase del dirigente socialista tenía mucho más de anhelo que de constatación. Las miradas no han estado tan posadas sobre Sánchez en los últimos días, pero la dirección de su partido teme que todo vuelva a empezar con las audiencias con el Monarca para explorar la gobernabilidad del país. Sobre todo si Rajoy, como anticipan los socialistas, le pide al Monarca que no le designe aún como candidato oficial, con el argumento de que sigue sin contar con la colaboración del PSOE.

AJENO A LA PRESIÓN

Sánchez, mientras tanto, intenta permanecer ajeno a cualquier presión, ocupando un segundo plano, reduciendo al mínimo sus apariciones públicas. Así permanecerá hasta que se reúna el jueves con Felipe VI. Desde los comicios solo ha dado una brevísima rueda y dos discursos, en el comité federal y ante los parlamentarios socialistas, en los que ha eludido cualquier autocrítica sobre los 85 diputados conseguidos, el peor resultado en la historia del partido. El líder socialista sigue formalmente manteniendo todas las opciones abiertas, pero insiste en que no facilitará la continuidad del PP. Sus colaboradores señalan que esta posición no cambiará si Rajoy continúa contando solo con sus 137 escaños, pero si los 32 diputados de Ciudadanos pasan de la abstención al apoyo, reconocen que esa alianza, a solo siete votos de la mayoría absoluta, será casi imposible de frenar.

La otra posibilidad, la del Gobierno alternativo junto a Podemos y los nacionalistas, nunca se ha planteado con seriedad dentro del PSOE, más allá de un sector minoritario de sus líderes territoriales (entre ellos, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta), y en cualquier caso ya ha sido desechada por Pablo IglesiasPablo Iglesias, que hasta ahora era su principal defensor. “Esa posibilidad no existe y no es viable”, dijo el secretario general del partido morado el pasado jueves.