LA NUEVA LEGISLATURA

¿A qué juega Francesc Homs?

El portavoz de CDC negó primero el apoyo a los candidatos de PP y C's a la Mesa del Congreso para luego regalarles votos

Francesc Homs a su salida del Congreso tras la sesión constitutiva de la XII lesgislatura.

Francesc Homs a su salida del Congreso tras la sesión constitutiva de la XII lesgislatura. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pablo Iglesias ha dicho que Francesc Homs es capaz de envolverse en la bandera del 9-N para acabar apoyando, directa o indirectamente, a quienes defendieron la querella por la consulta catalana. El pasado lunes, poco después de que la Fiscalía renunciara a pedir penas de prisión a Artur Mas por el simulacro de referéndum, el portavoz de CDC anunció que al día siguiente se postularía a la presidencia del Congreso. Se trataba, dijo, de una forma de protesta por las acciones legales que el Gobierno ha emprendido contra él. La decisión tenía tan escasas posibilidades de prosperar que cuando le plantearon cuál iba a ser el voto final de sus ocho diputados en la segunda ronda, entonó el “ya veremos”. Este martes, en una conversación informal, volvió a asegurar que no iba a apoyar de ninguna forma a los candidatos consensuados por el PP y Ciudadanos para gobernar la Cámara baja. Y, sin embargo, los números no cuadran.

Los aspirantes a las vicepresidencias del Congreso del partido naranja y los populares, José Ignacio Prendes y Rosa Romero, fueron designados con 10 votos más de los 169 que suman los escaños de ambas formaciones. Homs dijo que él no había tenido nada que ver, pero fuentes de Convergència admitieron que sí habían sido ellos los aliados de estos dos dirigentes de la derecha. Al menos, parte de sus ocho diputados. Las sospechas sobre el origen del resto de apoyos se dirigen al PNV, pero los nacionalistas vascos insistieron en que sus votos fueron en blanco.

PACTO CON QUIENES "QUIEREN ENCARCELARLO"

El inesperado movimiento de la fuerza catalana, en cualquier caso, provocó un rosario de críticas entre la oposición al PP. Sobre todo, desde Podemos, molesto porque CDC rechazó apoyar a Xavier Domènechel candidato del partido morado a presidir la Cámara baja. “Parece que Homs ha decidido pactar con quienes quieren encarcelarlo”, señaló Iglesias, que recordó que Convergència es la misma organización que ya apoyó a José María Aznar en 1996. Los soberanistas, en proceso de refundación, de cambio de caras y de nombre (a partir de ahora se harán llamar Partit Demòcrata Català), huyen de ese precedente, pero al mismo tiempo lo mantienen vivo con comportamientos como el de este martes.

“Quién sabe si Rajoy está practicando catalán para entenderse con el señor Homs”, se planteó Iglesias. “Rajoy ha demostrado que tiene capacidad para llegar a acuerdos con nacionalistas e independentistas. Estaría bien que nos dijera a cambio de qué”, señaló el portavoz de los socialistas, Antonio Hernando.

Homs podría haber respondido, pero el ‘exconseller’, en su línea habitual (exigió que su reunión de la semana pasada con Rajoy fuera discreta) evitó, a diferencia de la mayoría de portavoces, dar explicaciones sobre la votación. Salió a la carrera del Congreso.

Según la versión del PP, todo se reduce a la obtención de un grupo parlamentario propio, algo a lo que los ocho diputados de CDC no tendrían derecho en una aplicación rigorista del reglamento, ya que el 26-J no obtuvieron el 15% de los votos en Catalunya. Tener una organización autónoma dentro de la Cámara, y no como parte del grupo mixto, lleva aparejada una abultada subvención, y eso es algo que el PP, en principio, le puede conseguir, pese a contar aquí con el rechazo de Ciudadanos. La tradición en el Congreso dicta que estos tipos de gestos se suelen facilitar, a veces a través del préstamo temporal de diputados, y Homs se jactó de conocer la fórmula para conseguirlo. La vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, vino a amparar dicha tesis. En esta legislatura, dijo, “va a tener que ser todo muy colaborativo”.