LA NUEVA LEGISLATURA

Rivera levanta el veto a Rajoy y se abre a una abstención

El líder de Ciudadanos subraya la urgencia de formar gobierno

Albert Rivera

Albert Rivera / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Fue más significativo su empeño en no pronunciar ciertas palabras que el discurso completo que desgranó al recoger su acta de diputado en el Congreso, este jueves. Albert Rivera no quiso concretar cuál va a ser el sentido de su voto en una investidura que, reclama, llegue cuanto antes. Le preguntaron, le insistieron, y trataron de acorralarle con la pregunta: ¿se abstendría Ciudadanos para permitir a Mariano Rajoy la reválida como presidente? “No hay ninguna novedad”, “no hay ningún cambio”, “digo lo que he dicho siempre”, fueron sus únicas contestaciones, ambigüedades que disparan la sensación de que es partidario de una abstención que permita poner en marcha el Gobierno y pasar a la oposición.

Sí que confirmó Rivera lo que ya viene adelantando desde después del 26-J, que no pedirá la cabeza del líder del PP a cambio de su apoyo, como había apuntado meses atrás y sostuvo incluso durante la campaña electoral. “No hay veto a Rajoy”, señaló este jueves y se  envolvió de nuevo en el argumentario que defiende la urgencia de forjar un ejecutivo cuanto antes para poder asumir las exigencias de la UE y aprobar los presupuestos para el próximo ejercicio.

Rivera sigue a la espera que Rajoy le llame. Da por hecho que será en breve, en los próximos días y que entonces le podrá exponer lo que el líder conservador ya sabe. Dos planes. El primero, el deseado por el presidente de Ciudadanos, es que PP, PSOE y C’s formen  un gobierno con un serio compromiso de renovación y con el compromiso de abordar las grandes reformas pendientes que tiene el país. De no ser posible, dice, llegará ”el plan B”: él está dispuesto a irse a la oposición, pero es ahí cuando no especifica qué votaría en esa investidura de Rajoy en solitario. La mera negativa a concretarlo unido a la urgencia que subraya porque haya gobierno y la ausencia de veto a Rajoy arrojan como resultado de la suma una más que posible abstenciónpalabra mágica, eso sí, que Rivera se niega a pronunciar.