Jordi Sànchez liderará una ANC partida en dos

Jordi Sànchez.

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FIDEL MASREAL / BARCELONA

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El desde hace un año presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, seguirá durante dos años más al frente de esta entidad independentista. Sànchez ha logrado imponerse por apenas cinco votos a la otra candidata, Liz Castro, entre los miembros de la dirección de la ANC, reunida hoy en Ripoll. Castro era la cabeza visible de un equipo de dirigentes críticos con la gestión del presidente de la entidad y había sido, por segundo año, la más votada en las elecciones previas de cargos dirigentes.

Sànchez logra así hacerse con la reelección en una entidad marcada por la división en los últimos tiempos. El presidente reelegido había sido criticado por un sector de la asociación que le acusa de haber actuado de forma partidista favoreciendo intereses de Convergència. Los fieles a Sànchez en cambio reprochan a Liz Castro y a su equipo que hayan actuado movidos por intereses cercanos a los de ERC y la CUP.

La reunión del secretariado de hoy en Ripoll reunía hasta a 77 personas. Y para escoger a los principales cargos (presidente, vicepresidente, secretario y tesorero) se requerían dos tercios de los votos presentes. Pese a que Liz Castro fue la más votada y que ha presentado batalla como lo hizo el pasado año, contando con ello con un equipo de dirigentes como Quim Torra o Antonio Baños, nuevamente Sànchez se ha impuesto en la confrontación interna tras una larga reunión a puerta cerrada en la que finalmente se ha optado por cambiar las reglas del juego y decidir que se lograría la presidencia por mayoría de votos. Es lo que ha conseguido Sànchez frente a Castro. Así, Sànchez ha precisado dos votaciones, en la primera ya había obtenido una ventaja parcial sobre su oponente.

CASTRO, LA ALTERNATIVA SIN ÉXITO

La alternativa a Sànchez, Liz Castro, pretendía abrir la organización a una mayor transversalidad ideológica, subrayar su independencia respecto a los partidos y generar una actividad más colegiada y menos presidencialista. Por su parte, Sànchez, ha mantenido sus opciones hasta el final, cediendo a la candidata alternativa la iniciativa de buscar apoyos durante los últimos días. Pero el actual presidente -que fue el segundo más votado entre los 77 miembros del secretariado- ha mantenido un equipo de dirigentes fieles a su figura, procedente de ámbitos de la izquierda (la Fundació Jaume Bofill, el Síndic de Greuges) y que se define como un presidente que pretende ampliar la base social del independentismo.

La guerra abierta interna ha incluido además durante los últimos tiempos acusaciones directas, como la de Liz Castro al exdirigente Jaume Marfany, al que acusa de haberla presionado el año pasado para que no se presentase a las elecciones a la presidencia.