la negociación presupuestaria

CDC y ERC aplazan la 'batalla fiscal' a después del 26-J

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras entran en el hemiciclo del Parlament.

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras entran en el hemiciclo del Parlament. / periodico

XABI BARRENA / FIDEL MASREAL / BARCELONA

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La Generalitat encamina sus pasos hacia una subida de los tipos impositivos a las rentas más altas para compensar el aligeramiento fiscal que se aplicará a las capas más populares y medias de Catalunya. No será, sin embargo, un proceso fácil, por lo que CDC y ERC quieren aplazar el debate a después de las elecciones del 26-J. Tratarán a su vez de evitar la sensación de que hay vencedores y vencidos. Toda vez por cuanto no haya tales.

Y es que Carles Puigdemont, según fuentes del Govern, ha tenido claro desde el principio que si desea el apoyo de la CUP para la aprobación de los presupuestos alguna cesión tendrá que hacer, aunque en parte las bases convergentes estén algo saturadas de cesiones a los anticapitalistas.

Pero la realidad aritmética del Parlament manda. Y para contar con sus primeros presupuestos, Puigdemont deberá hacer una oferta. Y esta muy bien podría ser la rebaja de lo que los contribuyentes con menores rentas deben pagar en concepto de IRPF. Una medida que la CUP ya ha bendecido.

La controversia en el seno del Govern, a nivel técnico, radica en que mientras ERC sostiene que las rentas de más de 90.000 euros soportan menor presión fiscal que otras autonomías y se les puede subir el IRPF ligeramente, CDC alega que hay que añadir el efecto del impuesto de patrimonio, sobre estos ciudadanos, con lo que la presión que aguantan “no da para mucho más”. La clave puede pasar por afinar entre unos y otros qué nivel de renta es clase media y cuál es susceptible de la subida de impuestos.

DEJARLO EN MANOS DEL PARLAMENT

Lo que en ningún caso se permitirá el ‘president’ es conceder esta cesión en el seno del Govern, lo que sería interpretado como un acogotamiento ante ERC. No solo por esta razón, que ya en sí tiene peso, sino porque si se procediera de esta forma sería evidente que la CUP pediría un nuevo botín. Este podría ser la recuperación en su totalidad de impuestos como el de patrimonio o sucesiones que no solo CDC, sino tampoco ERC, pretenden volver a poner sobre la mesa.

Así, el proyecto de ley de presupuestos no preverá dicho aumento de la fiscalidad a los contribuyentes con una base imponible de más de 90.000 euros (no confundir con los ingresos, a una base de 90.000 pueden corresponder sueldos de más de 100.000 euros). Tampoco incluirá la reducción de la carga fiscal a las rentas más bajas, tal como ha confirmado este miércoles el vicepresidente Oriol Junqueras, quien enseguida ha dado a entender que todo cambiará en el trámite de enmiendas, cuando “se expondrán escenarios fiscales diferentes”.

Puigdemont ha parecido también preparar el terreno este miércoles al afirmar que el problema es el "sistema de financiación injusto", restando importancia al debate del IRPF: “Tocar puntos arriba o abajo nos da una cifra de determinados euros, pero el déficit estructural que tiene este país por un mal sistema de financiación no lo atraparemos ni subiendo todos los impuestos”. El 'president' además, ha sugerido a Catalunya Sí que es Pot que las cuentas que se presentarán la próxima semana serán del agrado de este grupo de izquierdas. Lo que subrayan republicanos y convergentes es que no se puede presionar fiscalmente a las clases medias, que acumulan esfuerzos durante los años de la crisis.

EL CONTEXTO ELECTORAL

Fuentes del Govern apuntan, también, que la precampaña para el 26-J y el deseo de CDC y de ERC de marcar su propio perfil han enturbiado el ambiente, aunque el encuentro privado del martes entre Puigdemont y Junqueras fue cordial. El 58% del Govern, el bloque convergente, opina que los republicanos han tratado de hacer una especie de opa hostil “desleal” a Puigdemont. Mientras que los republicanos, e incluso algún convergente, afirman que el momento de ‘impasse’ que vive CDC no ayuda en nada. Así, hay quien señala al director de Comunicación del partido, Jordi Cuminal, y al precandidato al CongresoFrancesc Homs, de haber tensado la cuerda en exceso con el fin de aupar las expectativas del segundo cara al 26-J.

Y es que Homs ha diseñado una estrategia basada en recuperar el espacio ideológico clásico, centrista, de su partido. Para ello ha lanzado dardos tanto a la CUP como al propio Junqueras.

Pero tras la cita con las urnas, la previsión es la de que baje el souflé y convergentes, republicanos y cuperos tracen un acuerdo de presupuesto. Nadie quiere imaginar las consecuencias de no lograrlo.