Los críticos con Jordi Sànchez buscan un candidato para liderar la ANC

El presidente de la Assemblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez.

El presidente de la Assemblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez. / EFE / ANDREU DALMAU

XABI BARRENA / FIDEL MASREAL / BARCELONA

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La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha sido siempre un oscuro objeto de deseo (y de control) por parte de los partidos soberanistas. De ello se derivan lógicos reproches cruzados de politización de una entidad en principio cívica, nacida para influir desde fuera en las propias fuerzas. A dos semanas de la asamblea general de la ANC, el 17 de abril, las aguas bajan turbias en el seno del colectivo.

Son muchos los que en la Assemblea los que critican las formas del actual presidente, Jordi Sànchez, y le acusan de ser un 'submarino' del siempre poderoso consejero áulico de Mas, David Madí. De ahí que un sector de la entidad, cercano a los postulados de ERC y la CUP, ande buscando un candidato alternativo. Trascendió el miércoles, en Vilaweb, el nombre de Antonio Baños (que declinó), pero también forman parte de esa lista el escritor Roc Casagran, la abogada y miembro del secretariado de la ANC Anna Pérez, el también dirigente Jordi Sabaté e, incluso, la activista Simona Levi.

MÁS DEMOCRATIZACIÓN

En los últimos días ha aparecido también una especie de tercera vía. Se trata del movimiento Més Assemblea, que lidera el exvicepresidente de la entidad Jaume Marfany, descrito por sus adversarios internos como afín a CDC. Més Assemblea está recogiendo firmas para lograr un cambio de estatutos que democratice más la entidad y permita que todos los afilados, y no solo la cúpula, elijan a su presidente.

Este movimiento es del agrado de Sànchez, cuyo entorno explica que medita presentarse a la reelección y que, a su vez, él también es crítico con la cercanía a ERC y la CUP de algunos sectores. Fuentes de la entidad añaden que el secretariado no ha actuado en ocasiones de acuerdo con las preferencias de Sánchez, quien, de hecho, llegó a la presidencia como figura de consenso.

ENFRENTAMIENTO EN LAS REDES SOCIALES

Las hostilidades internas estallaron en público este jueves, cuando la escritora y editora Liz Castro ha denunciado en Twitter que recibió presiones por parte de la directiva de la ANC, y más concretamente de Marfany, para que no optara a presidirla "para preservar la unidad". Castro fue la más votada por las bases, pero el secretariado (75 miembros) decidió por amplia mayoría situar a Sànchez al frente. "Me pediste mi opinión y te la di. Jordi Sànchez era la persona más adecuada", ha contestado Marfany a Castro, que entonces ha apostillado: "Tú me llamaste y tú me presionaste solito".

A todo esto, ¿cuál es el posicionamiento oficial de los partidos, en especial de CDC y ERC? Lógicamente, el de una supuesta no ingerencia. Ya fuera de micro, una voz de los republicanos con mando en plaza apunta “que no vale la pena cuestionar el liderazgo de este señor”, a pesar de que hace unos meses Esquerra era muy crítica con Sànchez. Lo que subyace tras este comentario es, sobre todo, la voluntad de evitar una guerra abierta que acabe definitivamente con una organización que, desde el 27-S, parece casi desaparecida del mapa.