TERREMOTO EN LAS FILAS MORADAS

Iglesias postula a Echenique y maniobra para controlar un nuevo Podemos

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Podemos entra en una nueva etapa. No hay refundación. No hay congreso extraordinario. No hay -de momento- más dimisiones. Pero el partido morado cambia el ADN con el que nació a través de una transformación profunda en la dirección y en la arquitectura organizativa. Eso es, por lo menos, la hoja de ruta de Pablo Iglesias, que con este viraje espera tomar el control de una fuerza fragmentada por la pugna interna. Es más, confía en que con esta transformación Podemos corrija los “errores” cometidos por la construcción a toda prisa del partido y que en esta “nueva época” se imponga un valor: la lealtad. El aviso fue claro. 

El número uno explicó la mutación que emprende la fuerza morada tras proponer este viernes al líder en Aragón, Pablo Echenique, como nuevo secretario de organización, en substitución del destituido Sergio Pascual. La decisión constituye una maniobra inesperada que puede noquear a los partidarios de Íñigo Errejón

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Los errejonistas daban por hecho que Iglesias elegiría a un cargo de su máxima confianza y planeaban votar en contra en el órgano de dirección que debe aprobar el nombramiento, el consejo ciudadano estatal, que se reunirá el próximo dos de abril. En ese cónclave, los dirigentes considerados afines al número dos son mayoría. 

Sin embargo, la propuesta de Echenique les dejó este viernes desconcertados. Esperaban que el secretario general propusiese a Rafael Mayoral o Juan Manuel del Olmo, figuras que despiertan un profundo rechazo entre los errejonistas. El nombre de Echenique, por el contrario, genera admiración y simpatía. No será fácil que los cargos voten en contra de un dirigente que ha sabido dar un giro a su criticismo inicial y se ha granjeado complicidades en todo el territorio. 

EL CRÍTICO QUE DEJÓ DE SERLO

Echenique entró en Podemos desde Izquierda Anticapitalista, de la mano de la jefa en Andalucía, Teresa Rodriguez. En la asamblea fundacional de Vistalegre (Madrid), en octubre de 2014, propuso un modelo organizativo distinto al que plantearon Iglesias y Errejón, con los que se enfrentó en las votaciones y perdió. Se impuso la tesis de los fundadores, y Echenique y Rodríguez se visibilizaron desde entonces como los rostros del sector crítico. 

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Tanto es así que que la dirección de Podemos hizo campaña a favor de otra candidata como secretaria general en Aragón. Sin embargo, Echenique sí ganó el pulso en su tierra y consiguió así un lugar en el consejo ciudadano estatal. Tras llegar al cargo, inició un lento viraje hacia Iglesias, hasta que este jueves el líder le llamó. Le propuso que asumiese la secretaría de organización y Echenique aceptó el reto “con entusiasmo”. Si sale nombrado el dos de abril, Iglesias tendrá un firme apoyo. El empeño de querer ejercer esta responsabilidad desde Zaragoza y la sintonía sobrevenida con el líder hace temer a los errejonistas que sus funciones sean controladas desde la secretaría general. Es decir, que solo sea una pantalla tras la que opera Iglesias, acumulando poder.

“Somos amigos, pero no es esa amistad lo que construye la lealtad, sino un enorme respeto por lo que deben ser las lealtades”, explicó Iglesias en lo que pareció una referencia velada a la sobrevenida pérdida de confianza con los afines a Errejón, su amigo desde la facultad. 

Echenique preparará un documento sobre cómo ha de ser el nuevo Podemos y lo presentará en la reunión del consejo ciudadano estatal. Aunque todavía no lo ha desarrollado, su intención es potenciar la presencia autonómica en el partido y reforzar la participación, es decir, tener un mayor contacto con las bases. Aunque de momento no habrá congreso ni refundación del partido morado, nada es descartable cuando se despejen las dudas sobre el horizonte  de gobernabilidad. “Cuando la situación política se estabilice podremos abrir una discusión sobre qué somos”, aseguró Iglesias.

ATARSE LOS CORDONES

Ambos líderes reconocieron errores en la construcción del partido y la atribuyeron a las prisas para poder afrontar cinco elecciones en dos años de vida. Emplearon una metáfora acuñada por el número dos. “Como bien comenta el compañero Íñigo Errejón es como correr y atarse cordones a la vez, cosa que yo nunca he tenido que hacer”, dijo el líder autonómico en una referencia irónica.