LAS NEGOCIACIONES POSELECTORALES

Sánchez mira "a izquierda y derecha"

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pedro Sánchez lleva más de un mes, desde las generales del pasado 20 de diciembre, preparándose para esto. A su derecha, Mariano Rajoy sigue trasladándole la presión, cediendo la primera investidura, a la espera de que el secretario general socialista fracase y le obliguen a entenderse con el PP. A su izquierda, Pablo Iglesias le pide que arranque las negociaciones para formar el Gobierno de coalición que propone Podemos, que deje de “tomar el pelo a los españoles” y abandone toda esperanza de llegar a un acuerdo al mismo tiempo con el partido morado y Ciudadanos. Y dentro del PSOE, los principales barones intentan ponerle límites, exigiéndole que se comprometa a no gobernar gracias al independentismo. Pero Sánchez, que ha aguantado todas estas tentativas de imposición, se va a volcar ahora en marcar su propio paso. A izquierda y derecha.

La frase que más repitió este martes, después de que el Rey le propusiera como candidato a la Presidencia del Gobierno, fue esta: “Yo voy en serio”. Lo dijo en más de siete ocasiones, durante un discurso muy trabajado en el que, casi como si se tratase de su debate de investidura, desgranó los pilares de su proyecto de Gobierno. La creación de empleo. Un pacto educativo. La reconstrucción del Estado del Bienestar. La regeneración democrática. Y la reforma federal de la Constitución frente al “desafío soberanista”.

“Vamos a tender la mano a izquierda y derecha”, continuó Sánchez, que este miércoles comenzará las negociaciones. El líder socialista tampoco quiere precipitarse. No solo se juega ser el próximo presidente, sino quizá también su propia supervivencia como secretario general, ya que su distanciamiento con los principales barones de su partido (de la andaluza Susana Díaz al aragonés Javier Lambán, pasando por el castellano-manchego Emiliano García-Page) ese cada vez mayor. Así que se da un mes para intentar su investidura, negociando sobre todo con Podemos y Ciudadanos, sin cerrarse ninguna puerta.

NINGUNA CONTRAPARTIDA AL INDEPENDENTISMO

Sánchez insistió en que no pactará con ERC y Democràcia i Llibertat, pero no desechó su apoyo, o su abstención, si este llega a producirse sin contrapartidas. A Iglesias, mientras tanto, le pidió paciencia y amplitud de miras, igual que a Albert Rivera, ya que ambos dirigentes se han declarado incompatibles para formar un Ejecutivo. “El frentismo es un error”, les dijo, abriendo la puerta a un Gobierno multicolor pero priorizando siempre “los programas” frente a “los sillones”, el “para qué” frente al “con quién”.

Dado por amortizado varias veces a lo largo del último año, Sánchez se siente ahora "fuerte". A Iglesias le trasladó que “los votantes de Podemos no entenderían que no se apoyara a una candidatura de un presidente socialista que pusiera fin a cuatro años de gobierno del PP”. Y a los barones socialistas, a los que ha descolocado con su propuesta de someter cualquier pacto a una consulta a la militancia, les contestó que esta iniciativa se encuentra entre sus potestades como líder. Fue por la mañana, tras reunirse con Felipe VI, quien aún no se había citado con Mariano Rajoy. Sánchez evitó desvelar el referéndum interno a los líderes territoriales, incluso a quienes se lo preguntaron. “Yo no oculto nada. Soy el secretario general”, zanjó.