Sánchez y Rivera toman contacto y coinciden en la necesidad de "diálogo"

Albert Rivera y Pedro Sánchez conversan en el hemicio del Congreso de los Diputados, en la sesión constitutiva de las Cortes, el miércoles pasado.

Albert Rivera y Pedro Sánchez conversan en el hemicio del Congreso de los Diputados, en la sesión constitutiva de las Cortes, el miércoles pasado.

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pedro Sánchez y Albert Rivera han mantenido este sábado una breve conversación telefónica en la que ambos han coincidido en la necesidad de “diálogo” en esta nueva coyuntura política. La toma de contacto se produce un día después de que el líder de Podemos, Pablo Iglesiasofreciera un gobierno de coalición a los socialistas (en el que él sería el vicepresidente y Sánchez el presidente) y de que el jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoydeclinara, “por el momento”, intentar la investidura debido a su falta de apoyos. El anuncio del líder del PP ha colocado toda la presión sobre el secretario general del PSOE, que se ve obligado a acelerar sus contactos.

“He hablado con Albert Rivera de la situación política. Coincidimos en que España necesita diálogo. Seguiremos en contacto los próximos días”, ha explicado Sánchez a través de su cuenta de Twitter.

La versión de Ciudadanos ha sido coincidente, pero menos escueta. “Ambos se han emplazado a dialogar en los próximos días ante la nueva situación política que se abrió tras la decisión de Rajoy. Esta conversación es la primera toma de contacto entre ambos líderes políticos ante el nuevo escenario político abierto después de los acontecimientos acaecidos ayer al finalizar el Rey la ronda de contactos para la formación de un nuevo Gobierno”, señala el partido de Rivera en un comunicado.

LA ABSTENCIÓN DEL INDEPENDENTISMO

La dirección socialista busca la ayuda de Ciudadanos. Hasta ahora, la fuerza emergente ha dicho que en ningún caso votaría a favor o se abstendría en un hipotético pacto entre el PSOE y Podemos, ya que considera que un Ejecutivo de este tipo no tendría un “proyecto común” para España. En ese caso, Sánchez se vería obligado a contar con la abstención de ERC y Democràcia i Llibertat para alcanzar la Moncloa, algo que inquieta a los principales barones socialistas, que consideran que el Ejecutivo tendría menos capacidad de actuación frente al proceso independentista catalán. Al mismo tiempo, Sánchez y su entorno exploran un ‘Plan b’ que consistiría en lograr el voto a favor de Ciudadanos y la abstención de Podemos.