Neus Munté, de cuota a casi presidenta

Pese a que estos días ha sonado como presidenta de la Generalitat, hace cuatro años casi nadie conocía a Neus Munté. Asumió Benestar Social i Família tras las elecciones del 2012 por cuestiones de paridad: Artur Mas se vio obligado a prescindir del entonces responsable del área, Josep Lluís Cleries, y elegir a una mujer. Munté atesoraba el hecho de ser, a un tiempo, sindicalista de UGT, donde tuvo un papel de peso, y militante de Convergència. Dos almas en una. 

Licenciada en Derecho, llegó a Benestar con escaso conocimiento del área, según detectaron los representantes del llamado tercer sector, el de las entidades sociales. Suplió esta carencia con una decidida apuesta por el discurso de su 'president': la culpa es de Madrid; el progreso social y el nacional van de la mano. Cierto es que, como denuncia, el Gobierno central ha hecho dejación de funciones presupuestarias en un aspecto tan relevante como la  ley de la dependencia. Pero también lo es que los 270 millones de euros ofrecidos ahora a la CUP en forma de plan de choque social nunca aparecieron durante la legislatura: el Ejecutivo de Mas siempre dijo que no había un euro más disponible.

RECORTES

A Munté le tocó dar la cara ante los recortes, que sobre todo se tradujeron en impagos o retrasos en los pagos a las entidades. Por suerte para ella, no es un sector que tenga por costumbre tomar la calle. Dio el salto cuando Unió se fue del Govern y ella suplió a Joana Ortega como vicepresidenta y a Francesc Homs, como portavoz del Govern, responsabilidad, esta última, que mantendrá. También será consellera de Presidència y tutelará los departamentos de Benestar, Ensenyament y Salut.