RONDA DE CONTACTOS EN MONCLOA

Iglesias blande el miedo a una gran coalición de PP, PSOE y C's

Pablo Iglesias y Mariano Rajoy, durante la reunión en la Moncloa.

Pablo Iglesias y Mariano Rajoy, durante la reunión en la Moncloa. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Pablo Iglesias y Mariano Rajoy conversaron durante casi dos horas, pero todo lo sustancial había quedado dicho en los dos primeros minutos: Podemos votará en contra de una eventual investidura del candidato popular como jefe del Ejecutivo, y no existe margen para reconsiderar ese rechazo.

Resuelto lo obvio, Iglesias pasó de puntillas en la explicación de su reunión con Rajoy en la Moncloa y aprovechó su comparecencia en la sede presidencial para trasladar el pálpito que tiene: la amenaza de una "gran coalición" entre PP, Ciudadanos y un PSOE que se resiste pero que, a su juicio, acabará cediendo. La presión de los barones socialistas para que Pedro Sánchez no se avenga a pactar con Podemos, opina, acabará por doblegar al secretario general, que formalizará un acuerdo a tres, "el pacto de la restauración", y renunciará a su intención de gobernar con Iglesias.

Ante este escenario de "luchas intestinas y cuchillos", el uno de Podemos pidió a los socialistas que abandonen la impostura y dejen de criticar al candidato del PP si piensan que investirle sería un mal menor. "Ya está bien de teatros. Si van a terminar permitiendo que Rajoy gobierne, que lo digan a los españoles de una vez", reclamó.

EL ESCOLLO INSALVABLE

Iglesias trasladó toda la presión de las negociaciones sobre Sánchez, a quien obliga a decidir entre sus barones y Podemos, aunque sin ninguna expectativa. Aduce que ya percibió en la conversación "altamente decepcionante" que mantuvo con Sánchez en nochebuena que no iba a ser posible un pacto. Según el líder de Podemos, el referéndum sigue siendo un escollo insalvable, y si no se avanzó en este reto es porque la consulta en Catalunya "es un tema tabú para el PSOE". Aludió a esta negativa para volver a meter al PSOE en el saco del "inmovilismo" y a dibujar a Sánchez como un cargo con las manos atadas por sus barones. "Que digan si le quieren mover el sillón y cuándo lo van a hacer" exigió. Incluso citó la posibilidad de "sustitución de Pedro Sánchez por otro candidato o candidata", en una referencia cristalina a la presidenta andaluza, Susana Díaz, que ha mostrado sin remilgos sus discrepancias con el secretario general por la política de pactos.

A nadie se le escapa que, en plena estrategia negociadora, el primer interesado en airear los desencuentros entre socialistas es el propio Iglesias, a quien le sería más fácil negociar con un secretario general cuestionado. Incluso el fantasma de la gran coalición -aunque fuese sólo un pacto de investidura- le beneficiaría, pues situaría simbólicamente a Podemos como partido líder de la oposición, con una posición nítida y justificable para sus bases. Ante un Rajoy sin apoyos y un Sánchez "sin liderazgo", Iglesias defendió de nuevo la figura de un presidente independiente.