Fernández Díaz llama "traidores" y "maniqueos" a los convergentes

En el Hotel Barceló Sants empezó todo. En el Hotel Barceló Sants Alicia Sánchez-Camacho fue proclamada presidenta del PPC en julio del 2008 en un convulso congreso del partido en que la aspirante derrotada, Montserrat Nebrera, acabó saliendo a hombros de sus seguidores. Pocos daban un duro por Camacho y después los populares batieron su récord en las autonómicas del 2010 y el 2012 y lograron el mayor porcentaje de votos en las generales del 2011. ¿Han buscado este domingo repetir el golpe de efecto al celebrar su mitin central en el mismo hotel cuando las encuestas les dan un batacazo de 11 a cuatro o cinco diputados? Difícil lo tienen.

Ayuda externa, lo que se dice ayuda externa, el PPC la ha recibido a cuentagotas en esta campaña. Como si vieran que tienen poco margen para remontar los sondeos en esta comunidad, Mariano Rajoy solo visitará Catalunya el día 17 y ni siquiera será para un mitin, sino para un almuerzo coloquio. Tampoco este domingo ha habido ningún invitado de renombre, por lo que el mensaje principal ha recaído en el ministro y cabeza de cartel por Barcelona, Jorge Fernández Díaz.

Arropado por unos 800 militantes, por los principales dirigentes del PPC y por los aspirantes en las demarcaciones de Tarragona, Lleida y Girona, el candidato ha calificado de "traidores" a los independentistas, en especial a los convergentes, por querer saltarse el pacto constitucional, porque "quien incumple un pacto es un traidor", ha espetado. "¡A la cárcel!", ha gritado una de las asistentes. "¡A la cárcel!", ha vuelto a gritar la misma mujer después de que Fernández Díaz acusara de "maniqueos" a los soberanistas catalanes. Según el ministro, los secesionistas han roto con aquel lema de la transición de 'Catalunya un sol poble' y han dividido a la sociedad "mintiendo y engañando".

"¡A LA CÁRCEL, A LA CÁRCEL!"

Aunque los gritos de "a la cárcel" se han vuelto a repetir en dos o tres ocasiones más, sobre todo cuando el candidato ha acusado a Artur Mas de situar la presidencia de la Generalitat en "una situación de indignidad", Fernández Díaz ha orillado esas prisas y ha defendido la forma de actuar del Gobierno de Mariano Rajoy. En la consulta alternativa del 9-N las críticas en parte de la militancia fueron feroces por haber permitido que el Govern de CiU sacara las urnas, pero la dirección del partido sigue defendiendo que era mejor no prohibirlo. "Seremos firmes en el fondo e inteligentes en la forma. No caeremos en provocaciones. Ellos (los independentistas) quieren una respuesta efectista y espectacular para multiplicar su victimismo. No les vamos a contentar. Ganaremos con la efectividad del Estado de derecho", ha afirmado el ministro sin que su comentario recibiera muchos aplausos. "Ganaremos con la fuerza de la ley", ha insistido en una clara advertencia a Mas.

Dentro de esa estrategia, el aspirante conservador ha dado a entender que los soberanisas caeran en el abismo por sí solos porque ellos mismos "saben que no lo van a conseguir". También ha dejado claro que su partido no está dispuesto a entablar ningún diálogo por ellos, porque el único diálogo que admite el PP, incluido sobre una reforma constitucional, "es aquel que sirva para reforzar y cohesionar mejor España". 

CIUTADANS ES "MÁRQUETING POLÍTICO"

Aunque su mensaje ha versado principalmente en atacar al soberanismo y solo ha ofrecido alguna pincelada sobre la recuperación económica, Fernández Díaz también ha aprovechado para arremeter contra Ciudadanos, su principal acreedor de votos descontentos. Al partido de Rivera lo ha acusado de ser una mera "operación de márqueting político" que tiene "mucho continente y ningún contenido", por lo que ha pedido que no se disperse el voto popular.

En el discurso introductorio, Camacho ha sido también muy directa a la hora de reclamar a los antiguos electores populares que vuelvan al redil. "Quiero pedir a todos los que han votado que el 20-D no se divida el voto del PP y no se vaya a otros que están de moda, porque las modas pasan y aquí el único voto solvente es el del PP. Es muy arriesgado votarles, no sea que descubran después que daban el voto a un tripartito de izquierdas", ha espetado en alusión a Ciudadanos.

Por supuesto, la líder de los populares catalanes tampoco ha desaprovechado la ocasión para repetir la tesis de su candidato de que el PSOE arrojará España a una vuelta al pasado de la crisis y ha rematado su intervención con uno de esos ataques a Artur Mas que tanto le gustan. El PP es el garante de la unidad frente a "un presidente que utiliza el lenguaje callejero de la CUP". Y ahí se ha ganado algunos de los mayores aplausos.