Podemos busca conjurar al PSOE en la tierra hostil andaluza

Pablo Iglesias recaló en Cádiz en su primera jornada de campaña electoral en una imagen que refleja la paradoja a la que se enfrenta la fuerza morada en el sur. Andalucía es el talón de Aquiles de Podemos, la anomalía incomprensible de un partido cuya base son las clases obreras y, en menor proporción, las medias. 

El feudo socialista sigue pareciendo inexpugnable para los dirigentes podemistas que comprueban, con estupefacción, cómo no logran penetrar en el territorio sur. El barómetro preelectoral del CIS les atribuía solo cinco escaños, frente a los 25 del PSOE, y no obtendrían representación en Almería, Huelva y Jaén. Los datos desconciertan a la dirección de Podemos, máxime con un PSOE nacional debilitado.

Consciente de que algo falla para no cosechar voto en Andalucía, Pablo Iglesias trató de clavar anoche una pica en Flandes. En el Palacio de Congresos de Cádiz, ante 1.400 simpatizantes, el candidato apeló a los sentimientos para seducir a los electores que dudan entre el PSOE y Podemos, el 7,7% de los indecisos que irán a votar pero siguen sin concretar su elección. 

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Los dirigentes apuestan en esta campaña por más actos de cercanía y menos triunfalismos. Lo aprendieron en su Waterloo. El mitin de Dos Hermanas (Sevilla), en marzo, congregó a 18.000 personas, pero consiguieron un discreto resultado, que se resumió en el rostro de angustia de la líder en Andalucía, Teresa Rodríguez, la noche electoral: 15 diputados, cuando confiaban en arañar hasta 20 a PSOE e IU.

DERECHO A DECIDIR

Ante los gaditanos, en la cuna de la Constitución, Pablo Iglesias reivindicó el papel de 'La Pepa', pero subrayó que también los andaluces merecen un "reconocimiento especial" en el "país de países" que defiende.

"Aquí, en Cádiz, digo lo mismo que en Barcelona: derecho a decidir y que voten los catalanes. Estemos en Badalona o en Cádiz somos la única fuerza política que puede garantizar la unidad de este país", señaló.

Iglesias defendió la necesidad de respetar las identidades territoriales en la reforma de la Constitución a la que apeló. "Si soy presidente, quiero escuchar a los andaluces como a los catalanes, porque no puede ser que Madrid tenga que imponer siempre su voluntad", se comprometió.

PAZ INTERNA HASTA EL 20D

Sobre el escenario de Cádiz, la escenificación de la paz interna firmada entre el politburó y los críticos para hacer campaña juntos hasta el 20-D quedó resumida en una imagen: el secretario de organización, Sergio Pascual, el hombre de Iglesias en Andalucía, y Teresa Rodríguez, la líder de los 'rebeldes'.

En la sede madrileña de Princesa no esconden que las tensiones con Rodríguez han complicado la implantación en un territorio aparentemente idóneo para Podemos. Las luchas internas han permitido a la líder consolidar un perfil de fortaleza, pero en detrimento de votos. Los cuadros en Andalucía, lamentan desde Madrid, han invertido más energías en construir poder territorial que en ampliar las bases de simpatizantes.

Los líderes estatales admiten la dificultad que tienen para arraigar en una autonomía donde la lógica de voto al PSOE se mide en más términos de pertenencia que de decisión racional. “En Andalucía no te dicen ‘yo voto al PSOE’, sino ‘yo soy del PSOE”, reflexionan los líderes podemistas, que también señalan lo complejo de seducir a una amplia capa de población subsidiada para que cambio su voto.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Los Clinton de C\u00e1diz\u00a0","text":"Kichi y Rodr\u00edguez demostraron que irradian pasiones. Pusieron el pie a un auditorio entregado, que se levant\u00f3 a cantar el himno el himno regional y les aplaudi\u00f3 con fervor. Como broche final, el alcalde cant\u00f3 una comparsa de Antonio Mart\u00ednez Ares, 'Era un cuatro de diciembre',\u00a0en recuerdo de\u00a01977, cuando\u00a0miles de andaluces salieron a las calles a reivindicar su autonom\u00eda.\u00a0"}}