ENTREVISTA

Miquel Roca: "Pactar con la CUP supera los límites de Convergència"

El exnúmero dos de CDC asegura que se siente "orgulloso" del papel del partido en la construcción de la Catalunya contemporánea y la democracia española

Miquel Roca, en su despacho, durante la entrevista con EL PERIÓDICO.

Miquel Roca, en su despacho, durante la entrevista con EL PERIÓDICO. / periodico

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Pocos como Miquel Roca (Burdeos, 1940) conocen mejor Convergència.Y ante el cierre inminente de CDC, Roca analiza los cambios con mirada crítica hacia lo que se está haciendo en este partido y en la política.

¿Cuál fue el secreto del éxito de CDC? Que era un partido necesario, que respondía a una necesidad concreta del país y la sociedad: encontrar un espacio en el que el catalanismo liderase la centralidad del país. CDC no era un partido de centro, era central.

Un partido en el que su líder decía tener como referentes al 'Guti' y a Paco Candel y era también capaz de pactar con Aznar... Déjeme decir: en el pacto con José Maria Aznar del Majestic comienza la crisis de Convergència.

¿Comienza la crisis porque se superan los límites del pacto? Se superan los límites. Yo no estaba. No critico el hecho del pacto, sino la visualización del pacto.

¿Pactar con la CUP supera estos límites? Sí, porque lógicamente y coherentemente la CUP quiere la revolución. Convergència, no. Convergència es un partido con mucho sentido institucional. Para la CUP es el escenario a batir. Hay diferencias fundamentales, lo que alguien ha calificado como líneas rojas.

"¿Pactar con la Cup supera los límites del pacto? Sí, porque lógicamente y coherentemente la CUP quiere la revolución. Convergència, no”

CDC se acaba, ¿la va a añorar? No es un problema de añoranza. Me sabe mal. Me siento muy orgulloso de lo que hicimos. Estoy diciendo de lo que hicimos.

¿No de lo que se está haciendo? De lo que hicimos. Hemos sido un elemento fundamental para la construcción de la Catalunya contemporánea y para la construcción de la democracia española. No le atribuyo a nadie más méritos de los que me puedo dar a mí en la contribución democrática en España. Tantos, sí. Esto tiene un mérito extraordinario. Tiene un final malo, se ha acabado.

“Me siento muy orgulloso de lo que hicimos. ¿No de lo que se está haciendo? De lo que hicimos”

Hay dos factores importantes en la decisión de CDC: el escándalo de la familia Pujol y la corrupción... Del primero no puedo discutir ni minimizar el enorme papel de Jordi Pujol en la historia de CDC, pero reclamo para muchos otros, a veces anónimos, un papel también decisivo. Segundo, la corrupción es indefendible. Indefendible. Pero CDC no acaba como víctima de la corrupción, sino por otras cuestiones.

¿Cuáles? Se ha creído que los valores que la hicieron posible ya no valen. Y yo sigo creyendo que los valores son los mismos. Cuando en toda Europa se buscan referentes nos seguimos moviendo en lo mismo: una fuerza capaz de cohesionar, de integrar, de transversalizar.

“CDC no acaba como víctima de la corrupción, sino por otras cuestiones. ¿Cuáles? Se ha creído que los valores que la hicieron posible ya no valen”

Hay una gran diferencia en la nueva CDC: el independentismo. Dejemos que los nuevos protagonistas decidan lo que quieran. Yo pertenezco a lo antiguo.

Y desde hace medio año ya no existe CiU... Creo que soy un buen testigo de que tuve discrepancias muy serias con esta colaboración, pero CiU ha sido una herramienta muy importante y un ejemplo de lo que quiere decir el entendimiento democrático. La ruptura de CiU es el preludio del final de CDC.

"La ruptura de CiU es el preludio del final de CDC"

¿Tras la dictadura, la financiación de los partidos importantes, incluida CDC, traspasó los límites legales para dar estabilidad a estos partidos? La respuesta políticamente correcta es decir que sí. Pero en el mundo de la política hay miles de personas honestas. Miles. No es justo que a toda esta gente se le cargue el estigma que unos cuantos hayan podido practicar. Es un hecho notorio y desgraciadamente conocido que ha habido corrupción y seguramente existe todavía. No lo sé. Pero sería muy hipócrita querer cargar a la corrupción muchas de las carencias que la política tiene hoy: hemos perdido la capacidad de respetar al adversario, de aceptar el pluralismo como un hecho positivo, la obligación del pacto, hemos renunciado a entendernos, hemos manipulado a la opinión pública, hemos ridiculizado la discrepancia.

“Sería muy hipócrita querer cargar a la corrupción muchas de las carencias que la política tiene hoy: hemos perdido la capacidad de respetar al adversario”

¿En este listado podemos añadir que los grandes partidos se ha convertido en maquinarias cerradas, poco democráticas y que mandan sobre los tres podres del Estado? No me atrevería a decir que fuera esto. Lo que es tan preocupante como lo que usted dice es que existe la tentación de hacerlo.