Artur Mas condiciona el futuro del proceso a su investidura

Artur Mas persigue la investidura: la segunda jornada del debate, en directo

Artur Mas

Artur Mas / periodico

XABI BARRENA / RAFA JULVE / BARCELONA

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Tras años coqueteando con la imagen del choque de trenes, los convoyes, Estado y Generalitat, ahora sí, ya están en la misma vía. El Parlament ha aprobado este lunes la resolución por la que da inicio "de la creación del  Estado catalán independiente en forma de república", en palabras de Raül Romeva, ponente del texto en el hemiciclo. Y el Gobierno de España, como explicó el mismo Mariano Rajoy, ha respondido dando los primeros pasos hacia la segura suspensión del texto esta misma semana. Cuando ello suceda, la cuenta atrás para el choque se habrá iniciado. Pero con una enorme salvedad: la máquina de la Generalitat no cuenta, aún, con maquinista. Artur Mas, con toda seguridad, no será investido como president este martes, en la primer votación de su investidura. Porque si por la mañana se aprobó la resolución, por la tarde, Mas inicio su examen ante la Cámara.Y vinculó el futuro del proceso a que él sea investido.

A falta de lo que diga la CUP, en el turno de los partidos, quede en la memoria una frase de Anna Gabriel de este lunes: "Hay que dejar la Catalunya subordinada, pero también la Catalunya de los recortes y de la corrupción", plagas estas que la fuerza anticapitalista personifica en el president en funciones. Y otro detalle: el grupo de Antonio Baños no aplaudió el discurso de Mas.

Pero mientras las búsqueda de maquinista sigue sus cauces, y a diferencia de la declaración de soberanía de enero del 2013, impugnada y anulada por el Tribunal Constitucional, la resolución de este lunes contiene, en su punto quinto, una activación temporal de 30 días para desarrollar su contenido en forma de leyes. Lo que significaría una desobediencia flagrante de la suspensión segura del Tribunal Constitucional (TC). Ese es el periodo de tiempo, por tanto, que falta para que los convoyes se encuentren.

Los 72 votos de los dos partidos soberanistas han aprobado una declaración de ruptura que llama al futuro Ejecutivo (ya se verá si lo hay y con qué president) a acatar solo las normas que emanen de la Cámara catalana y hacer caso omiso del Gabinete central y de las sentencias del TC, cuya reacción se verá en breve>. De momento, Rajoy, en Béjar, ya ha dicho que "Catalunya no se va desconectar".Tanto Romeva (Junts pel Sí) como Gabriel (CUP) defiendieron su propuesta de resolución conjunta con un discurso de manual (soberanista), aunque con enfoques distintos que ejemplifican su discusión en torno a la investidura del president. El rechazo de la oposición ha sido meridiano. Inés Arrimadas Ciutadans<strong>Miquel Iceta</strong>(PSC) y Xavier García Albiol(PPC), cuyos 11 diputados han mostrado banderas de España y senyeres tras acabar la votación, manifestaron que la declaración rupturista desborda todos los marcos legales y no hace más que acentuar la división de los catalanes en dos bloques justo después de unos resultados electorales, los del 27-S, en los que los soberanistas perdieron su "plebiscito". 

También Catalunya Sí que es Pot, en plena convulsión interna como demuestra la denuncia del diputado Joan Giner de que fue obligado a votar contra la resolución contra su voluntad, cargó contra el texto. Joan Coscubiela acusó a los soberanistas de presentar un documento que no es más que una "declaración de insurgencia inviable". Sí que es pot, en ese papel de bloque de los sin bloque, presentó una propuesta alternativa que plantea un referéndum pactado con el Estado para el 2016. Solo ha logrado el apoyo de sus 11 diputados, mientras que los 10 de la CUP se han abstenido.

Ya por la tarde, Mas ha trazado un discurso en dos bloques. El primero, de auto-reivindicación, de recordatorio de que era el president del 9-N y en el que ha dibujado un sutil hilo de continuidad entre la resolución matinal y su eventual investidura que ha concluido con un "no sobra nadie", sin duda en referencia a él mismo. Y un segundo más programático, en el que ha dado cabida a cuestiones sociales e incluso ha rozado, solo ha rozado, el espinoso asunto de la corrupción, sobre el que ha prometido "transparencia". Sobre los recortes ha afirmado que una Catalunya independiente hubiera pasado de puntillas por la crisis y que no habría necesitado ajsutes en los servicios públicos para salir adelante.

Todo ello ante los ojos del mundo, valga lo relamido del término. El Parlament ha batido récords de acreditaciones de medios, entre los cuales, sirva ahora el orgullo provinciano, se encuentran el 'The New York Times', la CNN, Associated Press, Reuters. Eso sí, que haya ojos no significa que se emitan opiniones. La Comisión Europea ha rehusado valorar la aprobación del texto y ha reiterado que no comenta asuntos que "pertenecen al orden constitucional interno" de un Estado de la Unión Europea.

Y por cierto, por aquello de las barbas del vecino. La Unesco vetó la entrada del Kosovo gracias a la alianza de Rusia (y sus satélites), Serbia y España contra el resto de países de la UE y EEUU. La delegación española se ha ufanado de que se hubiere cumplido la legalidad internacional. Y a Kosovo lo reconocen 111 estados.