ENTREVISTA

"La Tercera República es la catalana"

Gabriel Rufián y Joan Tardà, número 1 y 2 de ERC para las generales, conceden una entrevista conjunta a EL PERIÓDICO

XABIER BARRENA / BARCELONA

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Gabriel Rufián (Santa Coloma de Gramenet, 1982) fue elegido este sábado cabeza de lista para el 20-D por el consejo nacional de ERC. Fue propuesto por el hombre fuerte de Esquerra en Madrid, Joan Tardà (Cornellà, 1953). El partido afirma que forman un tándem. Y como tal se les entrevista. Una entrevista bilingüe.

-¿Cómo se organiza un tándem como el suyo, en campaña y en el Congreso?

-Joan Tardà: No lo hemos hablado. Sin ser petulantes, Gabriel y yo representamos lo mismo con formatos distintos. Queremos parir la república porque, y siento tirar de manual, es la manera de hacer realidad nuestro modelo social. Si se tratara solo de cambiar de bandera no valdría la pena, porque de las banderas no se come. Que Rufián sea un hijo de la clase trabajadora y un hijo de los catalanes de origen andaluz es un éxito del republicanismo y de las clases populares catalanas. La dialéctica ya es soberanía sí o no, pero no identidad sí o no. Yo quiero mucho a Catalunya, pero quiero más a mi familia. Y en mi familia hay personas de orígenes diversos.

-Gabriel Rufián: Esta es una campaña excepcional. Vamos a defender el voto de los catalanes, no vamos a cambiar un Estado que no quiere ser cambiado. Aquí se ha votado y ha ganado el independentismo.

-J. T.: Con unos resultados que no nos permiten declarar la república, pero sí iniciar un proceso constituyente y si la gente le da el apoyo, declararemos la república. Y si no, viva la democracia.

-Por primera vez se ha escuchado este sábado el castellano en un consejo nacional de ERC. ¿Lo raro es que no haya pasado hasta el 2015?

-J. T.: No. Durante muchos años tuvimos que conquistar la normalidad del catalán. Hace unos años hubiera sido un insulto a los catalanes castellanohablantes, por paternalista. Ahora hemos alcanzado un estadio superior. La lengua ya no es un problema. No estamos en la fase identitaria.

-G. R.: El independentismo empezó a ganar cuando superó su antiespañolismo. Y es por eso que el unionismo pierde, porque no consigue superar su anticatalanismo burdo y zafio. Que se haga independentismo en castellano significa que se ha ganado, se ha conseguido trascender el origen y la lengua. Tú te puedes sentir como te quieras sentir y hablar la lengua que quieras. En mi caso personal hay parte de posicionamiento político. De desmentir las insidias de que el castellano está perseguido en Catalunya.

-Además de por sus capacidades intelectuales, la elección de Rufián tiene un mucho de simbólica?

-G. R.: Yo me lo tomo como un hecho colectivo. Esto es de todos y para todos. Por ejemplo, Súmate empezó haciendo charlas a cuatro personas y ha llegado donde ha llegado. Todo el mundo puede sentirse partícipe del proyecto de la Catalunya republicana, sin importar su origen.

-J. T.: Rufián es la expresión de las victorias que vamos sumando como clases populares. Yo recuerdo haber ido a un acto de la Assemblea de Catalunya en 1972 en el que los catalanohablantes éramos tres de 45 del bus. ¡Iríamos mal si fuéramos símbolo de nada!

-¿El Congreso le sirve a ERC para marcar el perfil izquierdoso que en el Parlament quizá se diluye?

-J. T.: Cuando hablas con la izquierda aberzale te dicen que la independencia de Euskal Herria pasa por atraer al PNV. Nosotros ya lo hemos hecho aquí. Hemos sacado a CDC de los brazos del PP. Es posible que en el Parlament se haya visibilizado poco ese hilo rojo porque estábamos en plena función de arrastre. Y no ha sido fácil. Colaborar con un Govern que recorta no es fácil. Además, ERC es muy poliédrica y convivimos gente de orígenes políticos diversos.

-G. R.: Hay que poner en valor también la figura de Joan Tardà en el Congreso, que todos reconocemos como independentista, republicano y, sobre todo, de izquierdas. De la izquierda más decente y digna, la que no se pliega. Lo que ha hecho Tardà en Madrid ha sido enorme, ha sido decirle a un Estado en una regresión tremenda que se iba de la tradición democrática. Un Estado que ha caído en la indecencia.

-J. T.: Para no caer en el engreimiento, hay que destacar que siempre nos hemos llevado muy bien con el republicanismo español y de los pueblos de España. Con IU -si yo fuera de español, sería de IU-, con el BNG y con la izquierda aberzale. Y el papel de ERC también ha sobresalido por la dimisión de la socialdemocracia española [del PSOE].

-¿Cualquier candidato que se someta a una investidura en el Congreso recibirá el no de ERC?

-Ambos: Sí.

-J. T.: ERC no debería dar la investidura a ninguna fuerza que no reconozca el derecho a decidir.

-G. R.: Las opciones solo son Mariano Rajoy, del Partido Popular, que no es popular, o Pedro Sánchez, del PSOE, que no es ni socialista ni obrero. Con un Rivera por detrás que hará de bisagra con la derecha del PP, o con la derecha del PSOE

-¿Y Pablo Iglesias, que defiende el derecho a decidir?

-J. T.: Yo creo que solo nos podríamos entender con Podemos si ganaran por mayoría absoluta.

-G. R.: Nos hubiéramos entendido mejor con el Pablo Iglesias de hace dos o cuatro años, el de La Tuerka [programa televisivo que realizaba Iglesias] o con Juan Carlos Monedero. Uno de los políticos más decentes y que mejor entiende el panorama catalán es Alberto Garzón [IU], que es absolutamente intrascendente. Yo también votaría a Garzón, si fuera español. La hegemonía española sigue en manos de dos partidos minoritarios en Catalunya.

-J. T.: La república catalana no será un camino de rosas pero es posible. Cambiar la Monarquía española es poco plausible. De hecho, a mí en España me dicen algunos «Joan, sois la última oportunidad para nosotros». Un proceso constituyente en Catalunya podría llevar a un proceso constituyente en España.

-G. R.: Hay muchos en España que nos ven con simpatía, porque podemos ganar, frente al recuerdo de la derrota republicana. Al final, la Tercera República ha llegado y es la catalana.

-¿Temen que CDC sí de apoyo a algún candidato?

-J. T.: Estoy convencido de que la ciudadanía que votó el 27-S no entendería que se apoyara a un partido que no reconociera lo que ya ha votado la gente. Hay un antes y un después. Ya se ha votado. No es un punto de un programa electoral.

-G. R.: Votamos el 9-N, las municipales, el plebiscito... ¿cuántas veces más hay que ganar? Negociar poco, lo que hay que hacer es reivindicar lo hecho. Vamos p'alante.