Pedro Sánchez se ofrece para cerrar la «crisis de convivencia» tras el 27-S

Iceta volvió a bailar ayer en Cornellà. Le secundó Antonio Balmón, en presencia de Sánchez y Eva Granados.

Iceta volvió a bailar ayer en Cornellà. Le secundó Antonio Balmón, en presencia de Sánchez y Eva Granados.

ERNEST ALÓS / CORNELLÀ

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La inmersión durante 10 días de Pedro Sánchez  en la campaña catalana parece haberle dejado huella: ayer se definió como un «catalanista progresista» en la Barceloneta; dijo que el PSC era también su partido, y se ofreció en Cornellà a «reconstruir» la «enorme fractura que está provocando el inmovilismo de Rajoy» así como la «unidad en Catalunya», amenazada por la «crisis de convivencia».

Por supuesto, en el periplo catalán, Sánchez no ha olvidado en ningún momento recordar su reto de diciembre. «El único partido que ofrece una solución que puede garantizar la convivencia entre el conjunto de españoles» , dijo, es el PSOE, «un partido que no es fruto de una torrentera y puede cambiar a España como lo hizo Felipe González en 1982».

Como el baile ha marcado la campaña de Miquel Iceta, tras el estallido inicial y las reticencias en los días siguientes, el candidato del PSC ha acabado explotándolo a fondo hasta en sus discursos. Aparte de sus bromas sobre la oportunidad que le brinda de roce con Sánchez -«a nadie le amarga un dulce»-, Iceta pidió ayer la movilización de los militantes porque «mientras unos están embalados, otros parece que están dormidetes». «Esto no lo vamos a conseguir con golpes de cadera», añadió. Y las metáforas dancing (no tan profusas como las marineras de Mas, pero casi) siguieron: «Queremos bailar con el resto de España, porque no se puede bailar solo. Yo no me puedo quejar porque he encontrado una nueva pareja de baile».

CIUTADANS Y SÍ QUE ES POT

Entre los responsables de campaña del PSC existe la sensación de que la posibilidad de rebasar a Catalunya sí que es Pot el próximo domingo está a tiro. Y que la batalla por el votante metropolitano con Ciutadans será dura. Quizá por eso Iceta dirigió ayer por primera vez sus críticas a la candidatura que encabeza Lluís Rabell, discrepando de la propuesta de este de plantear un referéndum sobre la independencia.

Iceta remarcó que su partido «no quiere la independencia» y por lo tanto quiere «derrotar» a Junts pel Sí y a la CUP, y sostuvo que además de echar a Mas se debe reformar España en un sentido federal, «y ni el PP ni Ciutadans quieren ese cambio». «Pero después -añadió- aún hay otros compañeros con los que tenemos alguna discrepancia, a los que saludamos siempre en las luchas de la justicia social; quieren que se pregunte a los catalanes sobre la independencia y les decimos: ¿no sería mejor preguntar antes sobre un nuevo acuerdo? Preguntar sobre la independencia sería el peor de los remedios, reconocer que no podemos convivir con nuestros vecinos».

En un mensaje a los independentistas, sostuvo que si celebran que una declaración de independencia no les prive de la nacionalidad española y quieren seguir manteniendo clientes y buenas relaciones con España (y que el Barça juegue la Liga), quizá hay una sola cosa que les haga rechazar la España actual. «Vamos a arreglar lo que realmente les molesta de España, que es la derecha más casposa de la Europa occidental», prometió en el mitin central de los socialistas en el Baix Llobregat.

ESPAÑOLIZAR A LOS NIÑOS CATALANES

Al empezar la mañana con un paseo en el mercadillo de Santa Perpètua de Mogoda, Iceta salió al paso de varias de las polémicas del día. Ante la propuesta de Xavier García Albiol de retirar las competencias en educación a la Generalitat replicó que «piensa exactamente al revés» del candidato del PP, «quien sigue cometiendo los mismos errores que el ministro Wert, que dijo que se debía españolizar a los niños».

Sobre la comparación, el día antes, que hizo Felipe González de Artur Mas y Pablo Iglesias con Nicolás Maduro y José Stalin, Iceta opinó que «es arriesgado encontrar ejemplos en la historia o en otros países, pero Felipe Gonzalez es un gran amigo de Catalunya y nos está alertando de los riesgos de dividir a los catalanes».