¿Una Catalunya sin 'erasmus'?

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ

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La salida de Catalunya de la Unión Europea y, por lo tanto, su expulsión de los programas educativos que esta gestiona acarrearía la consiguiente salida de las universidades catalanas y de sus estudiantes del popular programa de movilidad Erasmus. Cada año, unos 4.000 jóvenes catalanes viajan a universidades europeas para completar su formación superior, mientras que a Catalunya llegan en torno a 3.500 alumnos procedentes de universidades de la UE. Si no se firma un convenio bilateral entre la UE y el nuevo Estado catalán, similar al que tienen Noruega, Liechtenstein, Islandia, Turquía y Macedonia, este programa educativo, con todo el impacto económico y social que comporta, quedaría paralizado, confirman los expertos consultados.

También se tendría que acabar de definir el funcionamiento de la Agència de Gestió d'Ajuts Universitaris i de Recerca (AGAUR) para que, según recoge el 'Llibre blanc de la transició nacional', pueda desarrollar competencias de homologación de estudios superiores, una función que ahora está en manos del Gobierno central (que es el que otorga los títulos universitarios, que son firmados por el rey de España).

Otro de los flecos que quedaban pendientes en educación superior lo resolvió el Parlament hace un par de meses, al aprobar la nueva ley de la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya (AQU), que la capacita para evaluar al profesorado universitario según criterios europeos. Es la herramienta que faltaba para que los profesores puedan ver reconocidos sus sexenios (o años de investigación y docencia), que tienen un efecto directo en sus salarios.