camino de las urnas

Junts pel Sí exhibe su programa social en busca de los indecisos

Romeva, junto a Junqueras y Mas, durante el acto de ayer en el CCCB.

Romeva, junto a Junqueras y Mas, durante el acto de ayer en el CCCB.

JOSE RICO / BARCELONA

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Queda ya muy claro que la gran batalla de estas elecciones catalanas será movilizar, primero, y atraer, después, a los votantes indecisos que anidan sobre todo en el área metropolitana de Barcelona, el electorado a priori más refractario a la pulsión independentista. Para salvar su gran obstáculo, Junts pel Sí convocó ayer, 24 horas después de haber apuntalado su hoja de ruta hacia el Estado catalán, un acto específico para intentar neutralizar el argumento de sus detractores de que el programa de la lista de Artur Mas Oriol Junqueras que encabeza Raül Romeva empieza y acaba con la proclamación de la independencia. «Tenemos programa, y muy bueno», alardeó el presidente de la Generalitat.

Son 125 páginas, en las que la palabra 'independencia' se cita en 37 ocasiones y la famosa hoja de ruta figura en el frontispicio, pero seguida de dos bloques enteros destinados a esbozar las estructuras sociales y económicas que tendría una Catalunya soberana y medidas de regeneración democrática, tal como avanzó ayer EL PERIÓDICO. Fueron Romeva y Junqueras, el ala progresista de la coalición, los encargados de exponer algunas de ellas, mientras que a Mas el reparto de papeles le adjudicó la explicación (una vez más) del plan de «desconexión legal» de España.

SEGURIDAD SOCIAL

No es inocente que la primera de las estructuras sociales que menciona el documento sea una agencia catalana de Seguridad Social. En palabras de Junqueras, este organismo garantizará «mucho mejor» que la Seguridad Social española que los pensionistas seguirán cobrando las prestaciones. Y es que si hay un peligro que las fuerzas antiindependentistas auguran con insistencia en caso de secesión, ese es el del cierre del grifo de las pensiones. El programa sostiene que Catalunya tiene recursos suficientes para hacer frente a este gasto «en las mismas condiciones que hasta ahora».

La segunda pata de un Estado catalán, según el programa de Junts pel Sí, sería un nuevo marco de relaciones laborales que liquide la reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP (aunque cabe recordar que con el apoyo de CiU), y un «salario mínimo catalán «de acuerdo con los estándares de la carta social europea», que podría rondar los 1.000 euros mensuales.

EL BENEFICIO FISCAL

En el capítulo de la balanza fiscal, los cálculos de Junts pel Sí estiman el beneficio fiscal que obtendría Catalunya con la independencia en 11.591 millones de euros, un 5,95% del PIB. Una cuantía con la que la candidatura cree que sería posible elevar «progresivamente» la inversión en políticas sociales hasta el 30%, garantizar la «cobertura pública universal» y establecer una renta mínima de ciudadanía. Una fuerte impronta social que Romeva reforzó proclamando que el reto es garantizar un Estado del bienestar «para todos, sin exclusiones».

El cabeza de cartel de Junts pel Sí quiso hacer dos alegatos en presencia de Mas. Primero, su compromiso de «poner la economía al servicio de las personas» para que no sea «una herramienta al servicio del enriquecimiento». Y segundo, la reivindicación de un nuevo país limpio de corrupción y en el que su combate no admita «ambigüedades». Un recado que, con el 'caso 3%' encima de la mesa, es posible que chirriase en los oídos del 'presiden't.

Mas se reservó sus dardos ni más ni menos que para Angela Merkel yDavid Cameron, que le han advertido de que una Catalunya independiente tendría que salir de la UE y ponerse a la cola para volver a entrar. «Son voces interesadas de estados que se protegen entre ellos», desdeñó. Y les recordó que al independentismo «no se le ha ido la olla», sino que hace lo que hace porque se ha «topado con el muro del 'no'».