PROPUESTA DE MODIFICACIÓN DE LA LEY FUNDAMENTAL

Catalá ve "posible" una reforma de la Constitución muy limitada

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, el pasado diciembre en el Congreso junto al titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, el pasado diciembre en el Congreso junto al titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo. / periodico

EL PERIÓDICO / MADRID

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El Gobierno se había mostrado hasta ahora contrario a reformar la Constitución, ridiculizando la propuesta del PSOE de cambiar el actual sistema autonómico y pasar a uno de corte federal, pero ayer su titular de Justicia, Rafael Catalá, se abrió a una modificación de la ley fundamental muy limitada. Los aspectos que el ministro, quien expuso su tesis a título personal durante una entrevista con Europa Press, está dispuesto a estudiar son una «mejor» delimitación de las competencias del Estado y de las comunidades autónomas, la modificación de la actual preferencia del hombre sobre la mujer en la sucesión de la Corona, la supresión del aforamiento de los diputados autonómicos y el reconocimiento de derechos de nuevo cuño.

Se trata de una iniciativa que contiene puntos en común con la del PSOE, que ha encargado a un grupo de expertos constitucionalistas la concreción de su propuesta en su programa para las elecciones generales, pero el principal partido de la oposición tiene un enfoque bastante más amplio, que pasa, entre otros aspectos, por reconocer los hechos diferenciales, reformar el Senado, asegurar las garantías del Estado social frente a los recortes y avanzar en los mecanismos de participación ciudadana. Su secretario de política federal, Antonio Pradas, contestó que la oferta lanzada por el ministro tenía «muy poco calado».

La nueva posición de Catalá entronca con la iniciativa que su partido, el PP, desplegó en el 2006, como respuesta a una propuesta de los socialistas, entonces en el Gobierno, que defendieron un cambio constitucional en cuatro materias: sucesión a la Corona, cambios en la Cámara alta, inclusión del nombre de las autonomías en la Carta Magna y mención a la Constitución Europea. Los conservadores se negaron en principio a participar en el debate, pero después propusieron su propia reforma, basada en 14 puntos muy concretos, para «clarificar» las competencias de cada administración y evitar un «Estado residual». El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero llegó incluso a recibir del Consejo de Estado un informe favorable a su enfoque, pero la iniciativa acabó quedando en nada.

«REFORZAR» LA COOPERACIÓN

«El Estado autonómico podría definirse mejor», señaló ayer Catalá. A su juicio, «se podría aprovechar la experiencia de la Constitución de 1978 para ver cómo se refuerzan los mecanismos de coordinación y cooperación» de las administraciones y delimitar «mejor» las «competencias» del Estado y las comunidades.

«Yo creo que es posible. Creo que se puede hacer una reflexión tranquila, razonable, fruto de la experiencia en convivencia que llevaría a un planteamiento de reforma de la Constitución, sin duda», continuó el ministro, que insistió en que su planteamiento está alejado de «eslóganes» y centrado solo en «soluciones concretas que vayan encaminadas a reforzar el entramado institucional» de la Carta Magna, en lugar de a «revisar todo lo que funciona bien». Esta última frase iba dirigida tanto a Ciudadanos, por no aclarar «cuál es su modelo», como al PSOE, por proponer, continuó, una «revisión de la transición» basada en un «estado federal asimétrico» que él rechaza «completamente».

Los socialistas ven en la propuesta de Catalá una «cortina de humo» para tapar los problemas que tiene el Ejecutivo. En cualquier caso, Pradas instó al ministro a permitir que su enfoque se debata en el Parlamento. «Si de verdad quiere modificar la Constitución, que ponga en marcha en el Congreso la Subcomisión de Estudio de la Reforma Constitucional que le planteó el PSOE y que ha venido rechazando», dijo el dirigente socialista, para quien resulta «frívolo» que el Gobierno plantee una «reforma de tan poco calado en pleno mes de agosto». Aun así, Pradas dio la «bienvenida al PP a un debate que hasta hace poco ninguneaba».