CRONOLOGÍA DE UNA CUMBRE

Del viento de popa al temporal

Mas amenazó con no convocar el 27-S para convencer a las entidades y a ERC de la lista única con políticos

X. B. / F. M. BARCELONA

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Entre los muchos factores que determinaron el desenlace de la batalla de Lepanto, en 1571, el cambio del viento, de noroeste a oeste, fue más que decisivo. Oriol Junqueras acudió a la cumbre del lunes convencido de que su apuesta por la lista civil sin políticos contaba con el respaldo de la CUP, la ANC, Òmnium (que de hecho fue la promotora de la idea) y la AMI. A la hora de la verdad, cuando la reunión de partidos y entidades empezó, el viento de popa que, calculaba él, le podía llevar en volandas, se convirtió en un temporal frontal. En una reunión previa, Mas había forzado el cambio de posición de las entidades. Cabe recordar que si bien el secretariado de la ANC había votado en favor de la propuesta de Junqueras, su presidente, Jordi Sànchez, era público que se oponía. Y el que estuvo en la reunión con Mas fue Sànchez y no el secretariado de 60 personas. El ara que utilizó Mas para generar ese cambio de viento fue la amenaza de no convocar elecciones el 27-S.

Por tanto, Mas y las entidades defendieron la lista única con políticos. Es decir, la lista única de siempre. La de toda la vida. La del 25 de noviembre. De fondo, siempre, la amenaza de no convocar el 27-S.

Salida de la CUP

Viendo el panorama, la CUP puso pies en polvorosa. Y ERC se quedó sin saber qué hacer. Acogotados al pensar cómo se entendería en la ciudadanía que ellos también se fueran -el famoso miedo al entorno mediático de CDC- y la repercusión que esa lectura tendría en las urnas, Junqueras y Marta Rovira deciden seguir.

Las entidades se levantaron y dejaron a los adversarios negociando. Reparto 60%-40% tanto de los puestos de las listas (independientes aparte), como de las conselleries del próximo Govern. Cabezas de lista de la sociedad civil y estos, aunque al cierre de esta edición no estaban aun cerrados, sí había cierto grado de acuerdo en que tuvieran un perfil más o menos izquierdoso o, cuando menos, cercano a ERC. Perfiles que no provocarán repelús en el entorno metropolitano.

El programa electoral, además, se pactará en pie de igualdad entre CiU y ERC y tendrá un fuerte acento social, algo que encaja no solo con lo que defiende Esquerra, sino también con los movimientos últimos de Mas, que puso a Neus Munté, consellera de Benestar Social, como vicepresidenta.

Y puestos a reabrir carpetas en principio ya cerradas, como la de la lista única, se abrió, otra vez, la de la hoja de ruta. Es decir, detallar todo el proceso a la independencia situando el punto de ruptura con la legalidad española.