MOVIMIENTOS EN LAS FILAS CONSERVADORAS

Rajoy ultima cambios para dar al Gobierno y al PP brío electoral

Imagen de la primera reunión del Consejo de Ministros del Gobierno de Rajoy, en diciembre del 2011.

Imagen de la primera reunión del Consejo de Ministros del Gobierno de Rajoy, en diciembre del 2011.

GEMMA ROBLES / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las palabras más repetidas este martes en los círculos populares eran "cambios" e "inminentes". Los ministros y dirigentes del PP viven con inquietud y cierta ansiedad el hermetismo con el que está llevando su jefe de filas, Mariano Rajoy, los detalles de un plan de reestructuración que busca inyectar brío electoral a unas tropas deprimidas (y con razón tras el resultado del 24-M24-M), y que en contra de lo que siempre ha dicho el propio presidente --"los cambios no se anuncian hasta que no se han producido"--, se sabe que se van a llevar a cabo desde hace semanas aunque no se conozca quiénes son los afectados, dando pie a nervios, especulaciones y docenas de 'quinielas' para todos los gustos. Y algún que otro roce, que haberlos haylos en estos días en que todos están pendientes de sus teléfonos móviles. Por si reciben la llamada del líder.

Sabido es que a Rajoy le gusta tomarse su tiempo para adoptar decisiones. Él presume de ello. Pero parece que las que atañen al movimiento de fichas en su Ejecutivo pueden llegar este mismo miércoles o el jueves a mucho tardar, según el cálculo de sus colaboradores. En lo que concierne al PP --donde realmente van a producirse los movimientos de mayor calado y trascendencia política--, los anuncios se formalizarán el jueves en un comité ejecutivo que tendrá carácter vespertino, aunque no se descarta que pueda conocerse previamente el nombre de sus protagonistas. Eso sí, los veteranos del partido recomiendan estar atentos al próximo jefe o jefa del comité de campaña y a sus integrantes porque, según su opinión y su experiencia ante otros trances electorales complicados como el que se avecina, será ahí donde resida el verdadero poder del partido en los próximos meses.

CONSULTA GENERAL

Rajoy lleva semanas consultando la opinión de ministros, barones territoriales y dirigentes del PP. Por lo visto quería conocer su análisis tras el mal resultado electoral (y van dos con las europeas y partiendo de una amplia mayoría absoluta) y coger ideas de unos y de otros. El presidente se la juega. El partido se la juega. Y en ese contexto llegan los cambios. Primero,  a nivel gubernamental, donde nadie aguarda ya un 'tsunami'después de que el jefe del Ejecutivo popular reclamara que no se crearan "tantas expectativas" al respecto.

Hasta hace apenas unos días, se daba por seguro que le estaba buscando sustituto al ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, que le había manifestado a Rajoy su deseo de marcharse ya. Pero tal es el nivel de estrés en las filas populares por el baile que se intuye que esa hipótesis bajó ayer desde la categoría de casi certeza a la de simple posibilidad. En todo caso, el hecho de que el propio Rajoy haya recalcado que su equipo tiene un serio problema con la comunicación (él mismo está saliendo en estos días a la palestra más que nunca) provoca que muchos de los que le rodean piensen que la portavocía gubernamental, tras los cambios, dejará de ser una de las múltiples tareas que ejerza la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que hasta ahora ha coordinado el Ejecutivo y hablado en su nombre, además de encargarse del CNI. ¿Atenderá el presidente la sugerencia que algunos compañeros le hicieron antaño de recuperar dos vicepresidencias, una política y otra económica?. Está por comprobar.

Se han hecho también todo tipo de quinielas sobre quién puede ser el sustituto o sustituta de Santamaría en los menesteres de la comunicación, aunque sin duda alguna el ministro que más veces ha tenido que contestar a los periodistas en las últimas jornadas sobre sus propias posibilidades es Alfonso Alonso, el actual titular de Sanidad. Él se limita a elogiar a su jefe y a responder que quiere seguir ocupándose de la cartera que ocupa, lo que evidentemente no es incompatible con ser portavoz (prácticamente todos sus compañeros recalcan su facilidad para transmitir mensajes por complicados que sean) o con asumir alguna nueva función en su partido.

FEIJÓO O RUDI

Por más resonancia que pueda tener una remodelación del Ejecutivo, los cambios de trascendencia son los que van a realizarse en el PP. Al fin y al cabo se trata de colocar al partido en 'modo electoral'.  Suenan nombres como los de Alberto Núñez Feijóo o Luisa Fernanda Rudi. No hay dudas de que se consolidará a Pablo Casado en la dirección del partido tras su papel como portavoz durante la precampaña de las municipales, o de que se fortalecerá y ampliará el organigrama que Rajoy ha mantenido en el partido en los últimos años.

Dado lo avanzado del calendario de la legislatura, los conservadores, con Rajoy a la cabeza, van a centrar sus esfuerzos en preparar las próximas generales. Es más que previsible que el presidente, tras el susto electoral y la pérdida de poder en las municipales, trate en lo posible de aunar fuerzas de Gobierno y partido, dos instituciones que no han sabido entenderse en estos años de legislatura, como no han sabido hacerlo sus responsables,Santamaría desde el Ejecutivo y Dolores de Cospedal en el PP. Hasta el portavoz del grupo parlamentario, Rafael Hernando, reconoció que las relaciones entre ambas son "susceptibles de mejora". Por eso ha ganado fuerza la tesis de que, en este final de etapa, habrá ministros que también tengan responsabilidades relevantes en las filas populares y que los vicesecretarios tendrán más peso y capacidad de acción que la de algunos de los actuales. Ya queda menos para que el reloj de Rajoy marque la hora de anunciar los cambios. Y, de paso, tranquilice a los suyos.