las negociaciones poselectorales

Ciudadanos, con el PSOE en Andalucía ...

La socialista Susana Díaz y el líder de C's Andalucía, Juan Marín, ayer.

La socialista Susana Díaz y el líder de C's Andalucía, Juan Marín, ayer.

JULIA CAMACHO / SEVILLA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Hemos venido a cambiar las cosas y ese cambio ya se está produciendo», sentenció este martes radiante la portavoz parlamentaria de Ciudadanos en AndalucíaIrene Rivera. La socialista Susana Díaz será investida presidenta de la Junta de Andalucía mañana por la tarde con el apoyo de los nueve diputados de la fuerza naranja, que le permiten romper el bloqueo de más de dos meses y lograr el voto de la mayoría de la Cámara regional (56 escaños) en la cuarta votación.

Para desatascar la investidura, una «situación insostenible» según coincidieron ambos partidos, el PSOE-A ha tenido que rubricar un documento de 72 puntos centrados en tres bloques: la lucha contra la corrupción y por la regeneración democrática, la reactivación económica en la comunidad «con más paro de España» y el blindaje de la educación, la sanidad y la dependencia. Aspectos estos últimos en los que según Ciudadanos hay una coincidencia de postulados cercana al 90%, al igual que dijo el PP.

«No es un viraje del PSOE-A al centroderecha», defendió el secretario de organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo, que achacó esa cercanía a que los otros partidos tal vez no están bien posicionados. «El acuerdo es bueno para Andalucía y para resolver los problemas de la gente y no es contradictorio con el programa con el que el PSOE ha concurrido a las elecciones autonómicas», zanjó.

Ciudadanos sí justificó su giro desde la abstención al  alegando que es «un acto de responsabilidad ante una situación que necesitaba desbloquearse» por el bien de los andaluces, según explicó el responsable regional del partido, Manuel Luzón. En la misma línea se manifestó el líder nacional de la fuerza naranja, Albert Rivera, quien en Twitter publicó poco antes que «solo se pueden regenerar las instituciones si exigimos cambio profundo a los gobiernos y si permitimos que se empiece a trabajar en ellas».

El candidato Juan Marín fue el encargado de rematar la negociación horas antes en una reunión con la propia Díaz, tras la que dijo que su partido viene «a dar la cara porque hay que ser valientes y asumir riesgos». Y ante la pregunta de si temen que les cueste apoyo electoral, la portavoz parlamentaria Irene Rivera soltó su respuesta de carrerilla. «No medimos nuestras actuaciones según la intención de voto, sino pensando de forma responsable en lo que conviene a los ciudadanos».

CONDICIONES SUAVIZADAS

El acuerdo suscrito coincide casi en su totalidad con el que estuvieron a punto de suscribir ambas fuerzas hace dos meses, pero que se frustró por la exigencia de la dirección nacional de Ciudadanos de que no haya imputados en los escaños. Este punto sigue encabezando el documento, pero ahora C's se muestra «flexible» a la espera de que en los próximos días llegue un pronunciamiento del Tribunal Supremo sobre la implicación de los expresidentes Manuel Chaves José Antonio Griñán en el 'caso ERE'. El compromiso de Díaz es reclamar públicamente su acta de diputados si resultan implicados, y ahora les basta con eso. No obstante, el partido de Rivera defendía ayer que «es el PSOE-A quien ha dicho sí» a sus propuestas.

También hay flexibilidad en aspectos como la responsabilidad patrimonial de los partidos en caso de corrupción de sus altos cargos, que ahora se limita a quienes cometan el delito; en la eliminación del aforamiento a los diputados o la reforma de la ley electoral para limitar mandatos de los presidentes (no se habla de los consejeros) e incluir las listas abiertas. Son compromisos que se irán analizando en grupos de trabajo y en una comisión de seguimiento integrada por PSOE-A y C's para analizar el grado de cumplimiento. En este punto es donde, según Luzón, hay diferencias con el acuerdo de la anterior legislatura con IU, que no logró sacar adelante un buen numero de las medidas pactadas.

«No estamos hablando de dar un cheque en blanco para que el PSOE-A gobierne Andalucía sin ninguna condición», insistió Luzón, recordando que ellos no serán parte del Ejecutivo y que serán una oposición «constructiva pero absolutamente exigente». «Se puede gobernar desde la oposición», subrayó Rivera, «no hay nada a cambio, es la primera vez en Andalucía que existe esto, y en eso consiste la nueva política».

Para los dirigentes socialistas, que no podían ocultar su satisfacción, se trata de un «buen acuerdo» que permitirá cerrar «un largo paréntesis de bloqueo político que los ciudadanos no entendían y que perjudicaba los intereses y la economía de la región», dijo el secretario de organización. E invitó a los partidos que siguen rechazando la investidura a que se sumen al acuerdo, destacando que, por ejemplo, «el paquete de medidas sobre regeneración es el de mayor nivel de exigencia a nivel nacional». Algo difícil cuando la líder de Podemos, Teresa Rodríguez, arremetía horas antes contra la actitud de Díaz, a la que acusó de dar un «portazo a la negociación» y de llamarles «dogmáticos». «Hoy es la primera vez que nos ha dicho la verdad, que es que no les gustan nuestras propuestas», resumió.