PASEOS ELECTORALES: POR EL POBLE SEC

Ada Colau: "Es sintomático que el sentido común sea revolucionario"

Núria Abad, profesora de inglés de 39 años, muestra a Ada Colau el tejido comercial de su barrio, el Poble-sec, y el resultado de la reforma (poco apreciada por los vecinos) de la avenida del Paral·lel

JOAN CAÑETE BAYLE / BARCELONA

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Charla en la terraza de La Fíbula, en la calle de Blai, con Núria Abad (39 años, profesora de inglés y anfitriona de este paseo electoral por el Poble Sec) y Ada Colau, candidata de Barcelona en Comú a la alcaldía:

-¿Confía en los políticos?

-Núria Abad: No.

-Entonces no confiará en Ada Colau. Es una política.

-N. A.: Sí y no. La considero una política porque se presenta a las elecciones, pero es la primera vez que se mete en política, no es como los que llevan años, establecidos, rígidos...

-¿Usted se considera una política?

-Ada Colau: He hecho política toda mi vida. Política es juntarse con los otros para intentar transformar la realidad a mejor, y eso se puede hacer desde muchos espacios. El problema ha surgido cuando una gente se ha apoderado de las instituciones creando un abismo entre la ciudadanía y unos cuantos que manejan los recursos públicos.

La activista metida a la política institucional. La política que hará activismo desde las instituciones. Núria preparó a Colau un paseo por el Poble-sec muy de calle: las baldosas que se mueven en la reformada avenida del Paral·lel, tras unas obras polémicas; la calle de Blai, campo de batallas entre las terrazas y los vecinos, hábitat (aún) de pequeños y singulares comercios; el centro cívico El Sortidor, un ejemplo para Núria de implicación, muchas veces sin los recursos necesarios. Y aun teniendo un carácter tan local, el paseo, igual que la campaña de Colau, igual que el mismo 24-M, se resistió a dejarse encorsetar en lo puramente municipal, ya que la conversación viraba con facilidad a la participación vecinal, a la implicación ciudadana, a los procesos participativos... A la base del discurso de Colau.

Escala humana

¿Urbanismo? "No es momento de grandes obras faraónicas, sino de urbanismo a escala humana. Hay que coser las heridas de la ciudad, muchas pequeñas obras, pero siempre contando con la participación vecinal". ¿Seguridad ciudadana? "No se puede decir que Barcelona sea una ciudad insegura. Una gran ciudad siempre tiene conflictos, pero una ciudad desigual tiene muchos más. La primera medida de seguridad es combatir la desigualdad, impulsar la participación y la cogestión cívica". ¿Derecho a decidir? "La ciudadanía debe decidir las grandes cuestiones, sea la relación con el Estado, sean los presupuestos. Basta de tratar a la ciudadanía como menores de edad". ¿La gestión de los equipamientos? "La mejor gestión de equipamientos de barrios que he visto es la cívica o comunitaria: que las entidades y la gente del barrio se encarguen de los equipamientos porque así tienes a mucha gente que se toma el proyecto como propio. Una cosa es que haya un responsable de la gestión, pero después es el propio barrio el que fija las prioridades".

Salvando las distancias, el modelo de gestión de Barcelona que Colau le explicó a Núria es este: ciudadanos implicados marcando el rumbo y un gestor (la alcaldesa) al timón.

En la avenida del Paral·lel:

-Núria Abad: Con las bicicletas no hay reglamento ni sanciones. Soy conductora, y me encuentro bicis contra dirección que se saltan semáforos en rojo, que se te cruzan, que no respetan por dónde van, y no les pasa nada. Igual que los conductores y los motoristas, los ciclistas deberían pasar un examen, hacer unas prácticas, sacarse el carnet.

-Ada Colau: El problema es que los carriles bici se han hecho a medias, que no se conectan entre ellos.

Llama la atención que para responder a Núria Colau usó en varias ocasiones una expresión habitual de Mariano Rajoy: "sentido común". Es de sentido común que si no hay carriles para ellos los ciclistas se mezclarán con el tráfico, o que 2si se escuchara a la gente nos ahorraríamos muchos problemas", o que nadie quiere "una Barcelona de parque temático, sin alma". "Se ha intentado hacer contra nosotros una política del miedo, dicen que somos una incógnita, que paralizaremos la economía de la ciudad... En realidad lo que planteamos es sentido común, priorizar los derechos fundamentales, democracia de verdad, transparencia, participación. Es un síntoma de estos tiempos que vivimos que defender el sentido común y lo evidente suene a revolucionario".

El "sentido común" de Colau aplicado a la gestión del turismo es que "no puede dejarse que los lobis hagan o deshagan a espaldas de los vecinos y vecinas". En términos prácticos, se plasma en una "moratoria de todo tipo de alojamientos turísticos", un censo, distribuir el crecimiento por otros barrios que no están sobrexplotados y destinar la tasa turística a "gasto social". Es tan de sentido común que el modelo se parece mucho al de los otros alcaldables, incluso la conclusión: "Si, como sucede en algunas zonas de Ciutat Vella, acabas quitando el alma al barrio porque no hay vecinos ni comercio de proximidad ni vida, pones en peligro el mismo modelo. Los turistas no vienen a ver una Barcelona de mentira, quieren ver una Barcelona de verdad. Tiene que haber mezcla y convivencia entre turistas y vecinos".

Sombrero mexicano

Núria, amante confesa de los pequeños comercios, no puede estar más de acuerdo. De hecho, sería difícil encontrar a un barcelonés, ciudadano de a pie o candidato a la alcaldía, que no lo esté. Otro asunto es cómo lograr sustituir los sombreros mexicanos por una tienda de ropa infantil en la Sagrada Família.

El "sentido común" de Colau en la lucha contra la desigualdad: "Barcelona lo tiene todo para garantizar los derechos. Aquí se mueve mucho dinero, pero está peor repartido que nunca. Lo que hay que hacer es reorganizar las prioridades para garantizar los derechos básicos".

De regreso a la terraza de Blai. Una pregunta común: ¿Cuál sería la primera la decisión que tomaría como alcaldesa? Núria pone cara de que ella jamás será alcaldesa. Colau admite que no hace tanto hubiera puesto la misma expresión de Núria. Esa es al mismo tiempo su fuerza y su debilidad.

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